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La Voz de Gran Canaria

Que no pierdan el norte de Tenerife, según el editorialista malabarista

Que no pierdan el norte de Tenerife, según el editorialista malabarista G. TAMARAN*

El pasado domingo día 24 de abril, comienza el inefable editoralista-malabarista explicando que “unas quince mil personas se concentraron el lunes en las Palmas…, para exigir unas mejores vías de comunicación para esa zona (el Norte) de G. Canaria.

Tienen todo el derecho del mundo a manifestarse, faltaría más, pero el mismo derecho tenemos los tinerfeños a exigir que se construyan primero las obras pendientes en la isla…”. Olvida el editorialista plumífero el viejo aforismo que reza que los primeros serán los últimos y por tanto los últimos serán los primeros. Habría que preguntarse en virtud de qué privilegio especial invoca la prioridad que proclama y reclama para las obras en Tenerife. ¿Será por aquello de Tenerife über alles o estará relacionado con el hecho de que el presidente de la comunidad autónoma es de Tenerife? ¿O será una manera de intentar rematar al consejero de Infraestructuras, Antonio Castro Cordobez que, por ser palmero, es capaz de considerar prioritarias obras en Gran Canaria que, efectivamente, lo son? Sin embargo, escamotea que Castro Cordobez, en la misma ocasión, afirmó también que era igualmente prioritario el cierre del anillo insular de Tenerife

¡Aviso a navegantes! Los ecologistas pronto deberán esconderse por los montes de la fraterna isla trasera si continúa la campaña de exterminio que contra ellos ha desatado el editorialista sarantontón, sobre todo, teniendo en cuenta que habla del poderoso “dinero amarillo”, lo que desprende cierto tufo asiático. ¿Se referirá a los chinos?

Continúa el editorialista totorota afirmando, “este nefasto político (Castro Cordobez) ha perdido el norte, pero el norte de Tenerife, el sur y el área metropolitana. Es decir, ha perdido la isla de Tenerife por completo y ha olvidado al pueblo”. El editorialista majadero se debe referir a su pueblo porque, que sepamos, Canarias está habitada por ciudadanos todos iguales, con iguales derechos y, por consiguiente, con las mismas prioridades frente a las necesidades. Y el editorialista singuango, además, se apunta a agorero cuando apuesta que se construirán primero las infraestructuras canarionas que “las nuestras” y además se atreve a abrir la veda para la cacería política contra quien considera “palmero desenfrenado en sus ansias pro canarionas”.

Sigue el editorialista acomplejado con una especie de carta a los Reyes Magos a los que reitera sus peticiones de “el cierre del anillo insular de carreteras, la construcción de la segunda pista del aeropuerto Reina Sofía, el puerto de Granadilla y la línea de alta tensión al sur, además de otras instalaciones que no vamos a detallar” y confiesa que Tenerife “ya languidece y cederá al final ante G. Canaria y todo por el empeño de algunos de allá y de aquí, de que Las Palmas de G.C., la tercera en superficie e importancia general sea la capital única del archipiélago”. ¿No es esto último un claro reflejo de la envidia del segundón?

Por otra parte, el editorialista petardo se hace eco de unas declaraciones del presidente del Cabildo de Tenerife que considera la Ley de Sedes un disparate. Por fin se quitan la careta detrás de la que han camuflado la continua absorción por Tenerife de departamentos y organismos de la Administración autonómica mediante desdoblamientos injustificados, que han supuesto un sobrecoste presupuestario innecesario y un ataque al principio de regionalidad y… ¡todavía les parece poco!

El editorialista esquizofrénico se adentra en el terreno del desvarío cuando, refiriéndose a la asignación de la competencia sobre los Parques Nacionales a la Comunidad Autónoma, que reclama para los cabildos insulares, afirma: “Además, y aquí nos conocemos todos, los canariones intentarían destruir los tres Parques Nacionales que embellecen y magnifican nuestra provincia tinerfeña. Ellos no necesitan ningún Parque, porque no lo tienen y porque van a ser Reserva de la Biosfera”. La sintaxis es de lo más gloriosa. Gran Canaria con todo derecho, aspira desde hace mucho tiempo a que se reconozcan los extraordinarios valores que justifican la existencia del Parque Nacional del Nublo. Esto ya es pura demencia…

Para terminar nuestras apostillas al editorialista tolete, tenemos que expresar nuestro sentimiento de comprensión hacia la congoja que le produce el que en la fachada del edificio del Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife haya un letrero que reza “Subdelegación del Gobierno” cuando, según su tinerfeña megalomanía el que debería estar es el de “Virreinato de Canarias”.

No cejaremos en el estudio y comentario semanal de tan sabrosos editoriales.

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* El Grupo Tamarán es parte integrante del Grupo de Opinión Tamarán y está constituido por diversas personas. En esta ocasión lo encabeza Óscar Bergasa Perdomo

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