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La Voz de Gran Canaria

Obama en Tenerife

Obama en Tenerife Francisco Pomares

La noticia más comentada de ayer es que Ricardo Melchior invitó hace unos meses a Barack Obama para que visite Tenerife, como ya hizo hace unos años Bill Clinton. A Clinton -que dio una conferencia bastante aburrida en el Auditorio de Tenerife y jugó unos hoyos en un campo de golf del norte de la Isla- se le pagó una pasta gansa por darse un garbeo y hacerse unas fotografías, que -además de en el ¡Hola!- se publicaron en algún periódico fuera de las Islas.

Antes de la visita de Clinton -y después de ella- se estuvo hablando durante meses de la enorme trascendencia del asunto, del valor que tendría para Canarias el viaje del ex presidente estadounidense, de la plataforma tricontinental y etcétera. Pasados estos años, me temo que el único impacto perdurable de la visita fue la patética foto de Clinton con Pepe Rodríguez en la portada de su periódico... Y es que en Canarias hemos acabado por desarrollar una cierta tendencia al papanatismo más aldeano.

Creo que la visita a Tenerife -o a cualquier sitio de Canarias- de una estrella política mundial, más aún el de una estrella en proceso de retirarse del estrellato activo, como Bill Clinton, tiene mucho más impacto dentro que fuera. En términos prácticos, que Clinton visitara Tenerife tuvo la misma importancia para la historia o el progreso de las Islas que la que tuvo traer a Marc Anthony, sólo que a Marc Anthony fue a verlo muchísima más gente, y le fue tan bien que además decidió volver. Espero que no se me malinterprete: sinceramente, no me parece mal que Melchior invite a Obama, y mucho mejor me parecería que Obama se diera un garbeo por aquí para conocer las Islas.

Pero la verdad, no me lo creo mucho, vaya. Porque una cosa es traerse a un ex como conferenciante a tanto la pieza, y otra mover al presidente de los USA desde la Casa Blanca a la Plaza de España. Juan Verde ya ha dicho -con la corrección diplomática que le caracteriza- que le parece estupendo lo de la invitación, pero que quizá haya que esperar un poco. Por lo de cuadrar agendas, digo. Creo que Melchior es en esta ocasión demasiado optimista, y -ojalá me equivoque- ha apuntado más arriba de lo razonable. Comprendo que a Melchior le caiga bien Obama (comparte el gusto con una mayoría de ciudadanos estadouni- denses, y con una inmensa mayoría de habitantes del planeta), pero una cosa es que le guste y otra muy distinta que consiga el contacto necesario para que Obama haga antes de un año esa tourné chicharrera que Melchior ha prometido. Me temo que si el presidente del Cabildo tinerfeño quiere obsequiarse el ego con un presidente USA en activo, deberá apuntarse -como tantos- al 'Ala Oeste de la Casa Blanca'. Que -por cierto- acaba de llegar el DVD de su séptima y última temporada.

Información de: La Provincia, 20-11-2008

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