El nombre de la Gran Canaria según Fray Juan de Abreu Galindo (1632)
Esta isla de Gran Canaria es la quinta en la orden que llevo de la conquista de estas islas Fortunadas, y la que más trabajo y sangre costó a los que la redujeron a la santa fé católica. Luego que los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel tomaron en sí de Diego de Herrera y doña Inés Peraza de las Casas las tres islas que estaban por conquistar, que eran Canaria, Tenerife y La Palma, y le pagaron los cinco cuentos que les dieron por ellas, procuraron mandar persona que las sujetajse, por ser la gente de ellas feroz y belicosas, principalmente la de esta isla de la Gran Canaria (por lo cual mereció alcanzar el nombre de Grande) y que fuesen capitanes diestros en la guerra y de buen consejo.
Porque, cuando Juan de Betancor vino a estas ilas, ganó con facilidad las cuatro islas Lanzarote, Fuerteventura, Gomera y Hierro; y viniendo a esta de Canaria, la halló con tanta resistencia, fuerte e inexpugnable, y la gente recibiendo notables daños, que tomó partido por dejarla e ir en demanda de las demás, poníendole nombre bien conveniente a sus hechos, nobleza y ser, de Grande, que ha tenido y tiene y durará; llamándose Grande, no porque sea grande la isla, ni la mayor, ni la mayor en cantidad, sino en cualidad, por la grande resistencia y fortaleza que en ella halló de los naturales en defenderse y ofender con destreza de los que mal y daño les querían hacer.
Fray Juan de Abreu Galindo, Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria, Libro segundo, capítulo I Que porqué se dice la Gran Canaria (1632)*
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Para mostrar que aquellos que a lo largo de la historia han perseguido a Gran Canaria no tienen reparos en falsear o cambiar la historia con tal de perjudicarnos -como hoy hace el sectario periódico santacrucero "El Día"-, no hay más que citar que el texto del padre Abreu -según revela el experto D. Simón Benítez Padilla en su magna obra Gran Canaria y sus obras hidráulicas (1959), página 47- tiene realmente el nombre original con que lo hemos citado. Sin embargo, ya en la edición del mismo hecha en Tenerife en 1848, cambian interesadamente su título real a "Historia de la conquista de las siete islas de Canaria", lo que también repiten con la edición -casualmente también impresa en la capital tinerfeña- de Goya Ediciones en 1977 entre otras, estudiada por el rumano pro tinerfeñista afincado en Canarias, Alejandro Cioranescu.
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