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La Voz de Gran Canaria

Gran Canaria desde siempre

"Sombra del Nublo" es ya el Himno Oficial de Gran Canaria

El pleno del Cabildo de Gran Canaria aprobó este pasado viernes 28 de noviembre de 2008, por unanimidad de todos los consejeros de todos los partidos con representación, la moción institucional que convierte a la canción de Néstor Alamo Hernández "Sombra del Nublo" en el himno oficial de nuestra Isla.

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Letra del Himno de Gran Canaria

Sombra del Nublo,
Riscales los de Tejeda
Cadena de mis montañas.
Montañas las de mi Tierra.
Montañas las de mi Tierra.
Besos de mujer canaria.
Queso tierno y recental;
Vino caliente de abajo.
Y el gofio moreno oliendo;
¡Que más puedo desear...!
El agua por el barranco
Y mi amor en el telar
El agua por el barranco
Y mi amor en el telar.

Sombra del Nublo
Altar de mi tierra maga;
Hay nieve y sol en la Cumbre,
Cumbre de mi Gran Canaria;
¡Cumbre de mi Gran Canaria!
Roque Nublo, Roque Nublo.
Lírica Piedra Lunar;
Si a tu sombra yo he nacido;
Quiero vivir a tu sombra;
Y a tu sombra quiero amar…
El alma eres de mi tierra;
Fuego y lava… junto al mar.
El alma eres de mi tierra;
Fuego y lava… junto al mar.

Aniversario de "Sombra del Nublo"

Aniversario de "Sombra del Nublo" Luis Armando Doreste

Dedicado a Don Jerónimo Saavedra Acevedo

Si, querido lector, han transcurrido nada más y nada menos, que setenta y cinco años, desde que don Néstor Álamo Hernández, Cronista que fuera de nuestra amada isla de la Gran Canaria, se inspirara en aquella excursión a nuestras cumbres en el atardecer otoñal. ¡Y cómo gozaba don Néstor de aquel paisaje, observando las nubes de Arco Iris que le daba sombra a la Majestuosa Piedra!

En una de aquellas tardes en la Peregrina, me dibujó con precisión cada detalle de su visita a Tejeda ante mi curiosidad por saber cómo se parió su “Sombra del Nublo”. A todo esto, corría el año mil novecientos sesenta y nueve, cuando los americanos pisaron el astro lunar. Néstor, ese día estaba pletórico, ocurrente y con un humor muy poco habitual en él. ¿Sería el influjo de la Luna?

Pero intuí que la pregunta le hizo cambiar el semblante. La respuesta, no tuvo titubeo, al decirme, Luis. Es la primera vez, que alguien siente en lo más profundo, una explosión “de novelería” por adentrarse en las “Cavernas” del Roque Nublo. El mismo, que desde la Creación nos vigila y protege.

Doreste, el Roque, estaba abrigado por un vapor de algodón que con los destellos del crepúsculo, formaban una inmensa alfombra que adquiría la forma de una “Carroza Real”, que se extendía desde la cúspide de la sustancia mineral, hasta los barrancos que da a la mar.

Luis, te diré, que es un fenómeno para verlo con los ojos cerrados, imaginando que estás soñando por encima de aquellas toneladas de aire hecho masa. Y yo, en mi pretensión y anhelo, era como sentir en mis manos la recia madera del Cielo, para llegar “A la Bóveda Celeste”. Con paso lento por el angosto camino que me condujo a la Ermita, acompañado de mi inseparable bastón de pino canario, comencé a tararear en mudez, una melodía que rimaba cada nota de mi inventado pentagrama. Yo “mesturaba” la letra mental, como una musiquilla que iba cogiendo cabeza y extremidades. Tampoco sé, si la poesía llegó antes o después de la música. Era como un rompecabezas que había que ordenar en el tablero cerebral. Me senté varias veces, para descansar y deleitarme en el bellísimo paisaje de película que tenía ante mis agotados ojos.

Alcé la cabeza, buscando el Pinar de Tamadaba y el en horizonte, el Teide. Con sus 3.707 metros de altura, que se me caía arriba. La tarde con su relente, no me hicieron mella y mucho menos impedirme que llevara a mí espíritu creativo, a darle el fruto a la composición, con la emoción, alma, fuerza, coraje y nervio que el Roque Nublo demandaba, a través de las musas de aquel “Bosque de Doramas”, que describiera el Príncipe de las Letras Canarias, Don Bartolomé Cairasco de Figueroa.

Doreste, de aquel dulce y maravilloso despertar, surgió el nombre y lo bauticé, “con o sin” sacerdote “Sombra del Nublo”, y no “Sombras” del Nublo, como muchos grupos y cantantes diversos se “emperran” en no fijarse. En definitiva, no leer o negarse a leer. Luis, he dicho hasta la saciedad, las veces que me han preguntado en diversas tertulias o en entrevistas en los medios informativos, que yo, en estos menesteres de la musicología, era y soy un constructor de ideas de diversidades complejas y según la Real Academia de la Lengua. “Autodidacta, es una persona que se instruye por sí mismo”.

Por tal razón, eso no es óbice que impida crear. Doreste, yo lo que tenía en mente, era materializar mi proyecto. Entonces, me vi en la necesidad de acudir a los amigos maestros músicos, duchos en la académica materia. Hice las gestiones precisas con varios amigos que me visitaban y yo a ellos. En tertulias, en el “Bar Suizo o Polo”, al primero en confiarle mi secreto, fue al amigo músico, don Luis Prieto, él, hizo un trabajo espléndido, pero le faltaba algún ingrediente que no daba ni él ni yo, con el punto.

Así, pasaron varios días hasta que me “trompico” con Víctor Doreste Grande, que estuvo trabajando muchas horas de tardes, y me trajo dos versiones. Una para piano y otra para guitarra. Ambas, tenían una simbiosis y casi le doy la conformidad a las dos, pero yo quería otra cosa. Y por fin, me veo con el entrañable amigo profesor, don Agustín Conchs, que le puso magistralmente la armonización a mi letra y música de “Sombra del Nublo”.

Luis, figúrate que me costó “Las brevas de Tirajana”, y los cuartos de cada uno, que tuve que abonar. Se trataba, que la obra no saliera deforme y viera la luz transparente, desde las cumbres hasta más allá de las riberas. Debo hacerte hincapié, que los tres músicos hicieron un trabajo genial. Refiriéndome a tu tío Víctor Doreste, noté que le había añadido la fuerza titánica del alemán, Johanan Sebastián Bach, el músico preferido por Víctor, posiblemente por su larga estancia en Alemania y sus famosos conciertos en Berlín, Colonia, Frankfurt y otras capitales extranjeras.

Una vez atravesado este obligado episodio, con las lógicas ansias y nervios, te diré que ese mismo sentimiento lo he tenido para arrancar con un libro o con cualquier otra creación que sea o en el caso que nos ocupa, “Sombra del Nublo”. Me encaminé, como el rayo que no cesa, con la partitura hasta la sede de la “Sociedad General de Autores y de la Propiedad Intelectual de España”, para su obligado registro de entrada, número 3.476, el día 8 de septiembre de 1933, que es precisamente el día de la Patrona de la Gran Canaria, Nuestra Señora La Virgen del Pino.

Señores lectores, una vez que hemos escuchado y leído al “Siempre Vivo” Néstor Álamo, creo, que todos los grancanarios y el Archipiélago por entero, debemos felicitarnos por éste importantísimo acontecer por partida doble. Por un lado, que nuestro Cabildo por unanimidad, haya aceptado y atendido la iniciativa de la Tertulia Artístico-cultural Víctor Doreste para que la composición musical “Sombra del Nublo” de Néstor Álamo se haya convertido de forma Oficial en el “Himno de la Gran Canaria”. Iniciativa que fue respaldada por todos los municipios como así, por el apoyo institucional de los seis cabildos de Canarias que gobernaban en su día y muchas instituciones de toda condición, y personas que se sumaron a la recogida de firmas que fueron remitidas al Cabildo de nuestra Isla. A todos ellos, mi gratitud y por supuesto de todos mis compañeros que forman parte de la entidad cultural que presido.

Para acabar, se me ocurre aportar una idea a la señoras alcaldesas de Tejeda y Artenara y la isla por entero para que se organice un magno senderismo en domingo para cantarle al “Roque Nublo” por el aniversario de su canción. Hoy ya “Himno de la Gran Canaria” y al Cabildo, con toda la Corporación Insular sin distinción. Un Homenaje ofrenda a Néstor Álamo en su morada, que está en el Cementerio del Campo Santo de San Lázaro. Y allí, cantarle su:

Sombra del Nublo

I

Sombra del Nublo.
Riscales los de Tejeda
Cadena de mis montañas.
Montañas las de mi Tierra.
Montañas las de mi Tierra.
Besos de mujer canaria.
Queso tierno y recental;
Vino caliente de abajo.
Y el gofio moreno oliendo;
¡Que más puedo desear...!
El agua por el barranco
Y mi amor en el telar
El agua por el barranco
Y mi amor en el telar.

II
Sombra del Nublo
Altar de mi tierra maga;
Hay nieve y sol en la Cumbre,
Cumbre de mi Gran Canaria;
¡Cumbre de mi Gran Canaria!
Roque Nublo, Roque Nublo.
Lírica Piedra Lunar;
Si a tu sombra yo he nacido;
Quiero vivir a tu sombra;
Y a tu sombra quiero amar…
El alma eres de mi tierra;
Fuego y lava… junto al mar.
El alma eres de mi tierra;
Fuego y lava… junto al mar.
“Roque Nublo”;
¡Feliz Cumpleaños ¡


Néstor Álamo

El nombre correcto

El nombre correcto

ANA DOMÍNGUEZ

Los canarios, en general, nos llevamos mal con el nombre de la isla de Gran Canaria. No hay manera de que lo digamos y lo leamos, como es lo normal con los de las restantes islas del Archipiélago. No somos capaces de decir que somos de Gran Canaria. No leemos en nuestras carreteras el nombre de nuestra capital: Las Palmas de Gran Canaria. Las Palmas es lo que se oye y se lee por todas partes. Incluso las agencias de viaje reconocen que a nivel internacional se conoce a dicha isla por el nombre de Las Palmas, ya que en su día se dio este topónimo y está codificado informáticamente así. Cuando raramente aparece escrito, se limita a G.C. o G.Canaria. Lo mismo sucede en la calle y los medios de comunicación.

Nuestras autoridades deberían hacer un esfuerzo para divulgar nuestra toponimia correcta, pues ya ha llegado la hora de corregir lo equivocado. Por ejemplo, que el cabildo de la isla y los municipios cuando renueven las señalizaciones de las carreteras se lea en ellas Las Palmas de Gran Canaria y no Las Palmas.

Las Palmas es una provincia y no una isla o una localidad.

Gran Canaria según la crónica del padre Fray José de Sosa

Gran Canaria según la crónica del padre Fray José de Sosa

Con la crónica del padre Abreu y Galindo abrimos nuestra nueva sección temática Gran Canaria desde siempre, destinada por un lado a deshacer los bulos y mentiras de quienes quieren falsear la historia a su antojo y, por otro, a dar a conocer a los canarios todos de las ocho islas -porque digan lo que digan La Graciosa, como territorio permanentemente habitado también cuenta-, lo más importante del pasado de nuestra querida Gran Canaria a través de las más renombradas fuentes históricas de Canarias: el origen de su nombre, historia, monumentos, gestas y hechos.

De esta manera, la isla de Gran Canaria, la que dió nombre a todo el Archipiélago Canario y sus habitantes (de ahí lo de Islas "Canarias" y "canarios") seguirá siendo reconocida en su importancia preeminente, pese a las insidias y maquinaciones de quienes nos envidian.

Hoy traemos a nuestra pantalla al padre Fray José de Sosa, nacido en el Real de Las Palmas el 9 de marzo de 1646, y que en su obra dice lo siguiente:

Gran Canaria siempre tubo este nombre por que como la crio Dios para cabessa y superior de las otras siete yslas, nunca fue mudable. [...] Es redonda esta ysla Gran Canaria y en medio se levanta a modo de Piramide, y asi del mar tiene hermosa vista. Su circunferencia es de 45 leguas y de travesia tiene catorce por todas partes. Y asi es la que tiene mas tierra entre todas siete, aunque la mas es quebrada y de mucha cal, por cuia causa no se podra fabricar muy facilmente.

Todo lo que corre a la parte del Norte y desde el sureste al oeste es tierra muy fresca y abundante de mucho provecho en los frutos de pan, vino, carnes y pescado que es el mas gustoso y saludable que se coge en sus riveras (por que es esta ysla quien provee maiormente a los barcos en los años esteriles por ser abundante de todo mantenimiento). La parte que cae hacia el sul es tierra muy fragosa y agria por los levantados riscos y trabaxosos lomos que tiene, y esta poco labrada por faltarle vezinos que la rompan. Crianse en sus asperesas cantidades de cabras y otros ganados salvajes que abundan la ysla de carne y se embarcan para las otras quando les falta.

Tiene divididas muchas montañas de pinales, lentiscales, palmares y otros diversos arboles frondosos. A la parte de el Norte, poco mas o menos a una legua apartada del mar, tiene una muy celebre y hermosa que llaman Doramas, fertilisima de arboles y abundantisima en aguas saludables, tan vistosa y apasible que en el sentir de muchos, siendo la mexor de estas siete afortunadas yslas, es una de las hermosas y nombradas del mundo.

FRAY JOSÉ DE SOSA. Topografía de la Isla Afortunada de Gran Canaria, cabeza de toda la provincia, comprehensiva de las siete islas llamadas vulgarmente Afortunadas, su antigüedad, conquistas e invasiones, sus puertos, playas, murallas y castillos, con relación de sus defensas, 1678.

El nombre de la Gran Canaria según Fray Juan de Abreu Galindo (1632)

El nombre de la Gran Canaria según Fray Juan de Abreu Galindo (1632)

Esta isla de Gran Canaria es la quinta en la orden que llevo de la conquista de estas islas Fortunadas, y la que más trabajo y sangre costó a los que la redujeron a la santa fé católica. Luego que los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel tomaron en sí de Diego de Herrera y doña Inés Peraza de las Casas las tres islas que estaban por conquistar, que eran Canaria, Tenerife y La Palma, y le pagaron los cinco cuentos que les dieron por ellas, procuraron mandar persona que las sujetajse, por ser la gente de ellas feroz y belicosas, principalmente la de esta isla de la Gran Canaria (por lo cual mereció alcanzar el nombre de Grande) y que fuesen capitanes diestros en la guerra y de buen consejo.

Porque, cuando Juan de Betancor vino a estas ilas, ganó con facilidad las cuatro islas Lanzarote, Fuerteventura, Gomera y Hierro; y viniendo a esta de Canaria, la halló con tanta resistencia, fuerte e inexpugnable, y la gente recibiendo notables daños, que tomó partido por dejarla e ir en demanda de las demás, poníendole nombre bien conveniente a sus hechos, nobleza y ser, de Grande, que ha tenido y tiene y durará; llamándose Grande, no porque sea grande la isla, ni la mayor, ni la mayor en cantidad, sino en cualidad, por la grande resistencia y fortaleza que en ella halló de los naturales en defenderse y ofender con destreza de los que mal y daño les querían hacer.

Fray Juan de Abreu Galindo, Historia de la conquista de las siete islas de Gran Canaria, Libro segundo, capítulo I Que porqué se dice la Gran Canaria (1632)*
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Para mostrar que aquellos que a lo largo de la historia han perseguido a Gran Canaria no tienen reparos en falsear o cambiar la historia con tal de perjudicarnos -como hoy hace el sectario periódico santacrucero "El Día"-, no hay más que citar que el texto del padre Abreu -según revela el experto D. Simón Benítez Padilla en su magna obra Gran Canaria y sus obras hidráulicas (1959), página 47- tiene realmente el nombre original con que lo hemos citado. Sin embargo, ya en la edición del mismo hecha en Tenerife en 1848, cambian interesadamente su título real a "Historia de la conquista de las siete islas de Canaria", lo que también repiten con la edición -casualmente también impresa en la capital tinerfeña- de Goya Ediciones en 1977 entre otras, estudiada por el rumano pro tinerfeñista afincado en Canarias, Alejandro Cioranescu.