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La Voz de Gran Canaria

Los siete culpables

Los siete culpables FRANCISCO POMARES

Paulino Rivero es un bocazas. Pero que se haya pasado cinco pueblos no tendría demasiada importancia si, además de ser un bocazas, no fuera presidente del primer partido político de Canarias. Un partido, todo hay que decirlo, que no es exactamente un partido; con un grupo parlamentario que no es exactamente un grupo parlamentario; y con una ideología que no puede ser considerada más que de forma muy generosa como nacionalista.

Volviendo a la cuestión, el bocazas de Paulino Rivero ha amenazado con desvelar el nombre de los siete empresarios que -según él- intentan reavivar el pleito insular en Canarias. He de decir que espero en ascuas que Paulino Rivero siga adelante con su bravuconada y nos diga ya mismo los nombres de los siete culpables, que -cree Rivero- actúan por expresa indicación del PP soriano. El mismo partido, ahora demonizado por el señor Rivero, con el que los suyos llevaban gobernando ininterrumpidamente desde hacía doce años, hasta que Adán Martín decidió parar el baile, contra el criterio de Rivero.

En realidad, es cierto que vivimos un rebrote del pleito, y que su origen está en Gran Canaria. Pero es lógico que así ocurra: cuando Saavedra gobernaba las Islas, la ATI de Paulino inventó el pleito en su versión moderna. Cuando Hermoso se hizo con el Gobierno, Gran Canaria crujió y costó Dios y ayuda (la de Mauricio, dicho sea sin ganas de señalar) reconducir la situación. Volvió a cabrearse Tenerife -menos de lo habitual, porque los de Rivero controlaban ya más de la mitad del Gobierno y había que mantener las formas- cuando Román Rodríguez llegó a la presidencia. Y ahora revienta Gran Canaria de nuevo. Hace sólo unos meses la situación parecía pacificada. Pero la expulsión del PP del Gobierno y la rotura con Soria -líder principal de Gran Canaria- proyecta la sensación de que Gran Canaria no está ya representada en el poder regional. Eso no es cierto, pero la política de nombramientos de Adán Martín ha aumentado esa percepción, y algunos errores recientes -como esta estúpida declaración de Rivero contra la cúpula empresarial grancanaria- la agravan.

Y es que Rivero tiene muy poca memoria: si la tuviera recordaría que el insularismo como arma política es un invento de ATI. ATI descubrió el valor político del pleito y lo llevó hasta el extremo, jamás repetido en la historia de esta región, de lograr que cinco diputados socialistas tinerfeños fueran públicamente calificados
de "traidores a Tenerife". Ocurrió mientras ATI movilizaba cien mil personas en las calles para oponerse a la creación de la Universidad de Las Palmas, que los socialistas habían apoyado. Que Rivero amenace ahora con descubrir a los pleitistas daría risa. Si no diera asco.
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