Un panorama político deprimente

JOSÉ A. ALEMÁN
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La operación de centro derecha de Mauricio y Soria con ATI ya casi está. Dinero desaprensivo para comerle el coco al electorado no habrá de faltarles, bonito fuera; sólo les queda aguardar a que se cumplan los tiempos para lanzarla; en lo que ultiman acuerdos y compromisos con quienes están dispuestos a “invertir” en política. Son sólo negocios, ya saben.

La operación trata, por un lado, de placar al PSOE, que sigue en la luna de Valencia y se placa solito. Del otro, echar de CC a Román Rodríguez, Carmelo Ramírez, Juan Carlos Becerra y a cuantos en otras islas disientan de la línea de negocios establecida. Sólo cabe en la operación la gente fina, que no es la fina de toda la vida sino la que ha hecho dinero a paletadas en los últimos años.

No sé en que estarán pensando los psocialistas, pero en cuanto a los carmelitas diz que cogerán puerta en uno o dos meses y montarán nuevo chiringuito con los descartes de CC en otras islas. Confían en llegar a acuerdos con el PSOE para contrarrestar al centro derecha mauriciano, labor por la que no están los psocialistas, pues, dicen, entre los nacionalistas no hay indios buenos.

Eso me cuentan, pero no me provoca el asunto. Me da igual que me da lo mismo. Aparte de que los personajes en presencia dejan mucho que desear, en todo este lío sigue siendo Gran Canaria la isla perdedora neta. No tiene perspectivas con ninguna de las opciones.

Mauricio, Soria y compañía no tienen la decencia de abrir la boca a favor de su isla porque necesitan la cobertura de ATI para someternos mejor. Así que dejan a los áticos hacer y deshacer a su antojo. Ahí tienen a Pilar Parejo, consejera de Turismo de facto, como última abanderada ática tan protegida por el centro derecha canarión que quienes protestaron inicialmente ante algunas de sus medidas ahora callan. Por miedo a no estar entre los elegidos y perderse las migajas del cuerno de la Abundancia que les tienen prometido. La propia Parejo ya adelantó que las protestas por lo de Hecansa, concretamente, sólo durarían un par de días y a otra cosa. Sabía de qué hablaba.

En cuanto a los psocialistas, su implantación principal es en Tenerife y han de templar gaitas, no vayan a retroceder, de modo que sus compañeros grancanarios ni chicha ni limonada. La disciplina, ya saben. Si éstos no están en condiciones de ofrecer alternativas insulares, Alemán no las tiene regionales porque le echarían encima los del centro derecha al Tenerife profundo. Es cierto que no hay indios buenos en CC, pero la realidad es que, de llegar a acuerdos con los carmelitas, ATI+Mauricio+Soria acusarían a Alemán de acanarionado, lo último que se puede ser. Carece del coraje del líder para afrontarlo. Quiere Alemán llegar al Gobierno en solitario, de manera gradual, a fuerza de años de probo funcionario, sumando votitos y sin ofrecer un programa político alternativo de verdad por temor a que lo que guste en una isla disguste en la otra. Cree que el poder cae por gravedad y que madurará la baya con una reprobación de vez en cuando que caliente el ambiente.

Por lo que toca a Carmelo Ramírez, Román, Becerra, etcétera, qué voy a decirles. A Ramírez y a los carmelitas les quedó grande el salto a la política insular y ni les digo la regional. Ésta la dejaron un tiempo en manos de Mauricio y se limitaron a seguir, arrobados, las intervenciones en el Congreso del hoy consejero de Hacienda respaldando sus atrocidades; contra los periodistas respondones, por ejemplo. Sólo cuando Mauricio les dio la puñalada reaccionaron. Pero lo hicieron con mentalidad pueblerina y dudo que su ascendente electoral rebase el ámbito de sus municipios tradicionales. Con la salvedad de que ya no serán tan brillantes sus resultados porque es muy superior la capacidad adquisitiva del centro derecha. Román se subió a ese barco y su figura se ha desdibujado, sin capacidad de respuesta a las insidias de la dirección regional de CC que apoya a Mauricio.

Es, como ven, un feo panorama. Por los sujetos y las actitudes en presencia y porque carecemos de electorado consciente e informado. El peso mediático del centro derecha es decisivo para la desinformación. A lo que se une un hecho aún más determinante: no hay a quien votar en la esperanza de cambio real.