En primera línea del pleito
Francisco J. Chavanel
A Mario Rodríguez, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, le han colocado en la primera línea del pleito aquellos que le brindaron el cargo, circunstancia que Rodríguez acepta como un cilicio que le arrancara las carnes al menor movimiento. Como ahora toca defender a Eustasio López del supuesto agravio infringido por los chichas de Adán Martín, allá va nuestro PIB, simplón y fugitivos de un tiempo que no existe, montando el numerito porque El Corte Inglés no haya logrado su híper en Meloneras pese a las muchas presiones ejercidas y aquí contadas con reiteracion.
Cierto es que don Eustasio lleva una temporadita de cosecha de fracasos varios, y esta semana tuvo que tragar lo suyo con la inauguración ática del Palacio de Congresos de Adeje, delante mismito del Rey, 9.000 millones de las antiguas pesetas oficiales en calidad de cobertura financiera, obra que se inició un año después que el palacio de Maspalomas y terminada, por lo menos, un año antes que éste, gracias a los continuos entorpecimientos tinerfeños, hábiles como siempre en el manejo del cronómetro y en el arte de la conspiración: no sé cómo pero siempre encuentran un traidor por aquí que les hace el trabajo sucio.
Si además nos acordamos del reciente derrape del gas, y del descarrilamiento de su principal adalid político en los últimos ocho años, José Carlos Mauricio, no está la cosa para brindis, aunque, en fin, las amarguras imaginamos serán menos con la presencia de Daryl Hannah y la inauguración del Casino mañana sábado, único símbolo triunfal de una época dominada por la avaricia del cacicato Soria/Mauricio y su grupo de empresarios elegidos para la gloria.
Asegura la CCE grancanaria que lo de El Corte Inglés es puro pleito y que de la misma manera que el Gobierno ha concedido uno para el Sur de Tenerife tendría que haber tomado igual medida para Meloneras Ya, pero será prevaricando. Porque mientras el chicha cumple con la ley y se mueve en los límites marcados por el reglamento, el de don Eustasio y don Isidoro Álvarez se va a los 30.000 metros cuadrados, muy por encima de los 7.500 de superficie de venta útil que exige la Ley de Comercio. Es decir: tienen un berrinche de cuidado porque a) don Eustasio y Cía repartieron a diestro y siniestro y de lo prometido no hay nada cumplido; b) los 7.500 se les quedan cortos para montar una gran superficie y su correspondiente área comercial, que era lo pactado; y c) los intermediarios de Gran Canaria poseen valor cero ante Adán: ni el PSOE, ni los jerifaltes de los periódicos, ni mucho menos los desechos de CC, ni el invisibilizado Mauricio, ni las invocaciones al pleito de una clase empresarial huérfana si el poder político no le mira ni le marca los objetivos, consiguen conmover a un presidente al que se le exige que cometa pecado de prevaricación si quiere evitar el pleito.
Mientras se sustancia el asunto, don Eustasio puede relamerse con el dolor que aflige a su dulce enemigo, Santiago Santana Cazorla, esto es: el escandalito de la urbanización Anfi-Tauro, resultado del viaje del salmón de Lynn y Soria. Y en cuanto a Mario Rodríguez, contemplarle ahí, investido en Demóstenes clamando por el equilibrio insular, causa grima. Basta que pida El Corte Inglés para Meloneras al lado de su clínica todavía no inaugurada, y todavía sin convenios debido en parte a la presión a la que somete Cobiella a Martín, para que toda esa arquitectura que ha montado en torno a la Clínica San Roque, y el esfuerzo de tantos años, corra el riesgo de desmoronarse.
Adán no cede, razón de más para formar el gran motín y echarle. Es en lo que ya están los principales poderes de Gran Canaria.
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