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La Voz de Gran Canaria

EDITORIAL: Conmemorar hoy el orgullo de sentirnos grancanarios

EDITORIAL: Conmemorar hoy el orgullo de sentirnos grancanarios Hoy se celebra el 77 Aniversario de la creación de nuestra Provincia de Las Palmas, grata efeméride que podemos y debemos celebrar. Casi ciento veinte años después de habérsele sido arrebatada la capitalidad del Archipiélago por las malas artes de los políticos de Santa Cruz de Tenerife, apoyados por el régimen del nefasto rey absolutista Fernando VII, Gran Canaria volvía a respirar aires de libertad. Por fin éramos libres tras décadas de esfuerzo, tras tanto tiempo sometidos a los dictados caprichosos de la burguesía y el caciquismo tinerfeño. Al fin se acababan las marginaciones en todos los órdenes: comercial, comunicaciones, obras públicas, militar, inversiones, político, de libertad de prensa y de reunión, en que los grancanarios eran sistemáticamente tratados como siervos o lacayos de la isla picuda.

La relación de agresiones -aislamiento absoluto durante la epidemia de cólera morbo, secuestro de periódicos por la autoridad gubernativa, intento de linchamiento de nuestros representantes en los sucesos del Viernes Santo, negación de cualquier educación ya sea de instituto o de universidad, falseamiento de la historia con respecto a Colón, sólo por citar algunas- ha sido interminable desde que Gran Canaria perdiera la capitalidad regional y quedara sometida y postrada.

Afortunadamente, por fin un dirigente nacional, sensible a nuestras continuas demandas nos dió la tan ansiada libertad Tal día como hoy hace setenta y siete años, un 21 de septiembre de 1927, Miguel Primo de Rivera firmaba el Decreto que hacía por fin realidad la libertad para la Isla de Gran Canaria y las islas hermanas de Fuerteventura y Lanzarote.

Tras esta dicha nuestra Isla respiró aliviada, pero no así la burguesía caciquil de Tenerife, que en los años sucesivos seguía urdiendo planes con los que someternos nuevamente. Gracias a la labor decidida de destacados prohombres, fue posible abortar estos intentos llevados a cabo en el Parlamento de España. Sin embargo, el intento posterior de creación de un estatuto de autonomía durante la II República, hubiera supuesto volver a la situación anterior, circunstancia que fue solo evitada por la luctuosa guerra civil española.

Con la llegada de la dictadura, en Gran Canaria todo lo pasado quedó en el olvido, pero no fue así en la mentalidad de los tinerfeños. Tras la trancisión democrática y la instauración de la Junta de Canarias primero y de la Comunidad Autónoma después, comprobamos que el odio larvado en la isla de Tenerife contra todo lo que fuera emancipación grancanaria seguía plenamente vigente. Las soflamas de periódicos xenófobos, la debilidad perenne de los políticos grancanarios que dormían -y aún siguen durmiendo para nuestra desgracia-, y la constitución formal de partidos insularistas en todas las islas excepto la nuestra, destinados a rapiñarnos y a torpedear al máximo a la locomotora comercial, industrial y portuaria del Archipiélago dieron sus frutos.

Hoy podemos decir que sin lugar a dudas hemos vuelto a la situación anterior a 1927. Nuevamente Tenerife y sus sicarios de otras islas y de la nuestra propia, imponen sus dictados para nuestro perjuicio. Han vuelto con renovadas fuerzas las discriminaciones en las inversiones, en el robo de nuestros impuestos que tan necesarios nos son para reinvertirlos en tantas necesidades perentorias como tenemos, el desplazamiento de todos los centros de poder -no solo administrativos, sino también mediáticos- a la isla del Teide.

Por ello hoy debemos celebrar más que nunca este Aniversario, llevando los colores amarillos y azules que nos distinguen -el blanco sobra-, escribiendo cartas a los medios de comunicación que aun no estén comprados por el poder tinerfeñista y acudiendo a cuantos actos celebren aún el orgullo de sentirnos, sobre todo, grancanarios.

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