Hay que fichar políticos de fuera
JOSE A. ALEMAN
Juan Torres, decano del Colegio de Arquitectos y Javier Mena, presidente de la sección o como se llame de Las Palmas del mismo Colegio, han comentado lo de Soria. O sea, eso de que los arquitectos isleños son una mierda y hay que traerlos de fuera para que hagan las cosas importantes y les enseñen. Vino a decir, que si puede contarse con un Ronaldo, un Beckam o un Ronaldinho para qué perder tiempo con los Pérez y los Garcías canteranos.
Javier Mena respondió con una elegancia que no merece el papanatismo energuménico soriano. Y ambos dos, Torres y Mena, se mostraron sorprendidos de que Soria padezca el complejo de inferioridad isleño ante los foráneos que creían superado. No saben, a lo que se ve, que Soria no sólo tiene ese complejo y que todos ellos, al decir de los psicólogos, afloran en forma de prepotencia y tremenda eclosión de sus famosas zetas a prueba de logopeda cuando se siente confundido. Y me da que semejante salida del tiezto indica que está de los nervios. Quizá porque la actitud de los arquitectos le dificulta cumplir en tiempo y forma sus compromisos. Los que sean.
Dijo Torres, al respecto, que a él nunca se le ocurriría proponer la traída de políticos de fuera. Y ahí, ya ven, discrepo. Porque, queridísimos míos, es una buena idea. La cantera política canaria no ha dado en los últimos tiempos sino batatas, que diría mi abuelo. O sea, mediocridades y si Soria extrapoló a los arquitectos la práctica futbolera de buscar fuera cracks y hombres de mediapunta, no veo razón de que no podamos fichar presidentes de Cabildo. Sé que no es posible y que las elecciones y todo eso nos obligan a tirar de lo que hay de cantera; pero la idea no está mal.
Cambiando de tercio sin abandonarlo del todo, habrán visto que el concejal de Urbanismo de Telde, Guillermo Reyes, se ha revelado de la misma escuela de bocazas que Soria. No es del PP, pero admitan que está haciendo méritos. La oposición le está dando en el bebe por su proclividad a las permutas con Santana Cazorla y Reyes ha ordenado, en plan de se van a enterar, la revisión de las actuaciones de la oposición teldense cuando mandaba con Francisco Aureliano Santiago Castellano, etcétera. Otra joya, por cierto. Lo que me parece muy bien, no vayan a creer. Sólo que una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas.
Quiero decir, en fin, que Reyes actúa en represalias y a ver si a la oposición le entra el chirgo y se aviene a dejar estar a Reyes (y a la pepera Torres, no se me olviden) en paz. Yo callo tus vergüenzas si tú dejas estar las mías es la proposición implícita. Siempre supe que caimán no come caimán y que los políticos entrantes no denuncian las tropelías de los salientes en cumplimiento del principio universal de hoy por ti, mañana por mí. Sólo cuando las malas relaciones entre políticos se exacerban, pegan a rebuscar papeles.
Reyes, por ejemplo, lleva meses en su cargo de concejal de Urbanismo. Si hay o hubo algo, lo sabe. O sospecha que si lo busca, lo encuentra. Y ha decidido buscar vengativamente. Más o menos, vuelvo con los arquitectos, lo que han intentado Luzardo y Soria con Javier Mena al acusarlo de haberse beneficiado de la digitalización concursal que ahora combate porque ha pasado, según Mena, a ser ilegal. No sé si será ocioso recordar que las adjudicaciones a Mena reveladas las hizo en su día el mizmízimo Soria. Lo dicho: hay que traer políticos foráneos para que le enseñen a controlar el jarabe de pico.
Una pena, repito, que no podamos fichar políticos de fuera al menos hasta que se recomponga la cantera y surja una camada que merezca la pena. A Dios gracias, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
Juan Torres, decano del Colegio de Arquitectos y Javier Mena, presidente de la sección o como se llame de Las Palmas del mismo Colegio, han comentado lo de Soria. O sea, eso de que los arquitectos isleños son una mierda y hay que traerlos de fuera para que hagan las cosas importantes y les enseñen. Vino a decir, que si puede contarse con un Ronaldo, un Beckam o un Ronaldinho para qué perder tiempo con los Pérez y los Garcías canteranos.
Javier Mena respondió con una elegancia que no merece el papanatismo energuménico soriano. Y ambos dos, Torres y Mena, se mostraron sorprendidos de que Soria padezca el complejo de inferioridad isleño ante los foráneos que creían superado. No saben, a lo que se ve, que Soria no sólo tiene ese complejo y que todos ellos, al decir de los psicólogos, afloran en forma de prepotencia y tremenda eclosión de sus famosas zetas a prueba de logopeda cuando se siente confundido. Y me da que semejante salida del tiezto indica que está de los nervios. Quizá porque la actitud de los arquitectos le dificulta cumplir en tiempo y forma sus compromisos. Los que sean.
Dijo Torres, al respecto, que a él nunca se le ocurriría proponer la traída de políticos de fuera. Y ahí, ya ven, discrepo. Porque, queridísimos míos, es una buena idea. La cantera política canaria no ha dado en los últimos tiempos sino batatas, que diría mi abuelo. O sea, mediocridades y si Soria extrapoló a los arquitectos la práctica futbolera de buscar fuera cracks y hombres de mediapunta, no veo razón de que no podamos fichar presidentes de Cabildo. Sé que no es posible y que las elecciones y todo eso nos obligan a tirar de lo que hay de cantera; pero la idea no está mal.
Cambiando de tercio sin abandonarlo del todo, habrán visto que el concejal de Urbanismo de Telde, Guillermo Reyes, se ha revelado de la misma escuela de bocazas que Soria. No es del PP, pero admitan que está haciendo méritos. La oposición le está dando en el bebe por su proclividad a las permutas con Santana Cazorla y Reyes ha ordenado, en plan de se van a enterar, la revisión de las actuaciones de la oposición teldense cuando mandaba con Francisco Aureliano Santiago Castellano, etcétera. Otra joya, por cierto. Lo que me parece muy bien, no vayan a creer. Sólo que una cosa es una cosa y otra cosa son dos cosas.
Quiero decir, en fin, que Reyes actúa en represalias y a ver si a la oposición le entra el chirgo y se aviene a dejar estar a Reyes (y a la pepera Torres, no se me olviden) en paz. Yo callo tus vergüenzas si tú dejas estar las mías es la proposición implícita. Siempre supe que caimán no come caimán y que los políticos entrantes no denuncian las tropelías de los salientes en cumplimiento del principio universal de hoy por ti, mañana por mí. Sólo cuando las malas relaciones entre políticos se exacerban, pegan a rebuscar papeles.
Reyes, por ejemplo, lleva meses en su cargo de concejal de Urbanismo. Si hay o hubo algo, lo sabe. O sospecha que si lo busca, lo encuentra. Y ha decidido buscar vengativamente. Más o menos, vuelvo con los arquitectos, lo que han intentado Luzardo y Soria con Javier Mena al acusarlo de haberse beneficiado de la digitalización concursal que ahora combate porque ha pasado, según Mena, a ser ilegal. No sé si será ocioso recordar que las adjudicaciones a Mena reveladas las hizo en su día el mizmízimo Soria. Lo dicho: hay que traer políticos foráneos para que le enseñen a controlar el jarabe de pico.
Una pena, repito, que no podamos fichar políticos de fuera al menos hasta que se recomponga la cantera y surja una camada que merezca la pena. A Dios gracias, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
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