Pelotazos oficiales
ÁNGEL TRISTÁN PIMIENTA
Lo que peor huele del asunto es que un tema tan importante haya salido a información pública en agosto. Quien utilice para sacar asignaturas pendientes y polémicas este mes de los ausentes, mes inhábil, en el que toda la gente se dedica al ocio, y el que no tiene más remedio que trabajar tiene la mente en otra parte, lo hace con mala intención. Con intención de escamotear el conocimiento, el debate y manipular la reacción. Claro que, cogidos en falta, los autores siempre hablan de casualidad y de que, miren ustedes qué simpática coincidencia, los trámites se han encadenado y han desembocado en plenas vacaciones.
Con estos antecedentes, la operación que mezcla a los locales de Hecansa en Monte Coello y a la biblioteca pública municipal en el edificio Woermann tiene motivos suficientes para la alarma. En realidad tiene todos los ingredientes de un ´pelotazo´, utilizando un lenguaje coloquial ya popularizado, que en otros tiempos dispararía un verdadero escándalo político y social. La Constitución, entre otras muchas cosas que dice y a las que se les hace poco o ningún caso, prohíbe que las instituciones se dediquen a la especulación. Y no cabe ninguna duda de que la esencia de estos manejos espuramente especulativa, y contraria a los intereses generales.
En primer lugar, cuando se diseñó el edificio Woermann el Ayuntamiento aseguró, para convencer a los que tenían dudas de la utilidad del ´hito´ urbanístico, que habría un espacio cultural en manos del Ayuntamiento, que cubriría carencias históricas de la zona y en concreto del barrio de La Isleta. Pero, tras el lanzamiento de La Gran Marina, por lo visto el PP consideró que era un despilfarro dedicar estos locales al pueblo, cuando se podían sacar grandes ventajas en cascada negociando su traspaso a entidades privadas o institucionales. Ha habido pues, un engaño a la ciudad, llámese como se llame, como dirían los gallegos, ´xama a o burro cabalo´.
¿Simple rectificación a la vista de las expectativas? Había que ser ciego o torpe cuando se empezaron a levantar los cimientos para ignorar que se trataba de un enclave privilegiado que rápidamente multiplicaría su valor. La justificación de la construcción, emblemática por su arquitectura y su altura, fue que se convertiría
en un polo de centralidad de amplio efecto multiplicador en el entorno.
La segunda cuestión, revestida también de razonables sospechas de tomadura de pelo, es lo que rodea a Hecansa. Se dijo, cuando el Gobierno negó las acusaciones de querer desmantelarla en Gran Canaria, que de lo que se trataba era de reformar esos estudios para hacerlos más competitivos y reglados. Muy bien. Muy justo y necesario. Muy moral y edificante. Pero entonces ¿cómo se explica que se desprenda de los locales de su sede en Monte Coello, que fue adquirida a la Caja de Ahorros cuando ésta entidad suprimió el viejo centro de minusválidos psíquicos?.
La adquisición del edificio se motivó en la necesidad de contar con unos localesque descongestionaran el Hotel Santa Brígida para que la actividad de la escuela no entorpeciera la actividad hostelera. A su vez, el fenomenal éxito de los estudios, con una gran demanda, hizo preciso disponer de unas dependencias más amplias. El cambio o el chalaneo edificatorio al que asistimos implica que ya no hace falta e indica que las ideas sobre las enseñanzas que se imparten no están claras y no son congruentes con los discursos. Si se tratara de mejorarlos, de ampliarlos conforme a su evolución natural ¿a quién se le ocurriría desprenderse de una sede que
todavía está siendo remodelada? De locos. O de muy listos.
El tercer aspecto es la privatización que se acomete y la destrucción de la que es una seña de identidad del Monte. Desde ´siempre´ el local tuvo un uso social: primero, la Obra Social de la Caja, y después Hecansa, la joya de la corona de la formación especializada en el sector turístico. ¿Se han acabado las necesidades sociales o educativas?, ¿acaso el Gobierno regional, dueño de la parcela, no tiene prioridades políticas que no sean el ping pong con propiedades estratégicas?.
ATI y el PP se han puesto de acuerdo en ´poner en valor´ una construcción que aplanada por los tractores puede
multiplicar su precio tras una previa recalificación urbanística. Veintiséis chalés pueden salir, y eso si al final no se sacan treinta, que es una práctica común en estos casos "porque es que nos hemos dado cuenta de que no salen los números y no se trata de perjudicar a nadie. Al fin y al cabo, donde comen dos, comen tres". Ya lo veremos. Pues no. Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es utilizar sus locales en el Woermann para biblioteca o para museo de bellas artes o para pintar gatos de colores; y lo que tiene que hacer Turismo es demostrar con hechos su voluntad de mantener, mejorar y ampliar Hecansa, y para eso es clave que disponga, como mínimo, de los medios de que dispone ahora.
Si no hacen nada en el resto de la gestión ¿porqué se empeñan en hacer algo que perjudica?. ¿Por qué no se quedan quietos, que ya no van a mejorar su fama?. A lo peor hasta se les ocurre llevar el tren de la transinsularidad al Madroñal. Y habrá quienes aplaudan.
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Lo que peor huele del asunto es que un tema tan importante haya salido a información pública en agosto. Quien utilice para sacar asignaturas pendientes y polémicas este mes de los ausentes, mes inhábil, en el que toda la gente se dedica al ocio, y el que no tiene más remedio que trabajar tiene la mente en otra parte, lo hace con mala intención. Con intención de escamotear el conocimiento, el debate y manipular la reacción. Claro que, cogidos en falta, los autores siempre hablan de casualidad y de que, miren ustedes qué simpática coincidencia, los trámites se han encadenado y han desembocado en plenas vacaciones.
Con estos antecedentes, la operación que mezcla a los locales de Hecansa en Monte Coello y a la biblioteca pública municipal en el edificio Woermann tiene motivos suficientes para la alarma. En realidad tiene todos los ingredientes de un ´pelotazo´, utilizando un lenguaje coloquial ya popularizado, que en otros tiempos dispararía un verdadero escándalo político y social. La Constitución, entre otras muchas cosas que dice y a las que se les hace poco o ningún caso, prohíbe que las instituciones se dediquen a la especulación. Y no cabe ninguna duda de que la esencia de estos manejos espuramente especulativa, y contraria a los intereses generales.
En primer lugar, cuando se diseñó el edificio Woermann el Ayuntamiento aseguró, para convencer a los que tenían dudas de la utilidad del ´hito´ urbanístico, que habría un espacio cultural en manos del Ayuntamiento, que cubriría carencias históricas de la zona y en concreto del barrio de La Isleta. Pero, tras el lanzamiento de La Gran Marina, por lo visto el PP consideró que era un despilfarro dedicar estos locales al pueblo, cuando se podían sacar grandes ventajas en cascada negociando su traspaso a entidades privadas o institucionales. Ha habido pues, un engaño a la ciudad, llámese como se llame, como dirían los gallegos, ´xama a o burro cabalo´.
¿Simple rectificación a la vista de las expectativas? Había que ser ciego o torpe cuando se empezaron a levantar los cimientos para ignorar que se trataba de un enclave privilegiado que rápidamente multiplicaría su valor. La justificación de la construcción, emblemática por su arquitectura y su altura, fue que se convertiría
en un polo de centralidad de amplio efecto multiplicador en el entorno.
La segunda cuestión, revestida también de razonables sospechas de tomadura de pelo, es lo que rodea a Hecansa. Se dijo, cuando el Gobierno negó las acusaciones de querer desmantelarla en Gran Canaria, que de lo que se trataba era de reformar esos estudios para hacerlos más competitivos y reglados. Muy bien. Muy justo y necesario. Muy moral y edificante. Pero entonces ¿cómo se explica que se desprenda de los locales de su sede en Monte Coello, que fue adquirida a la Caja de Ahorros cuando ésta entidad suprimió el viejo centro de minusválidos psíquicos?.
La adquisición del edificio se motivó en la necesidad de contar con unos localesque descongestionaran el Hotel Santa Brígida para que la actividad de la escuela no entorpeciera la actividad hostelera. A su vez, el fenomenal éxito de los estudios, con una gran demanda, hizo preciso disponer de unas dependencias más amplias. El cambio o el chalaneo edificatorio al que asistimos implica que ya no hace falta e indica que las ideas sobre las enseñanzas que se imparten no están claras y no son congruentes con los discursos. Si se tratara de mejorarlos, de ampliarlos conforme a su evolución natural ¿a quién se le ocurriría desprenderse de una sede que
todavía está siendo remodelada? De locos. O de muy listos.
El tercer aspecto es la privatización que se acomete y la destrucción de la que es una seña de identidad del Monte. Desde ´siempre´ el local tuvo un uso social: primero, la Obra Social de la Caja, y después Hecansa, la joya de la corona de la formación especializada en el sector turístico. ¿Se han acabado las necesidades sociales o educativas?, ¿acaso el Gobierno regional, dueño de la parcela, no tiene prioridades políticas que no sean el ping pong con propiedades estratégicas?.
ATI y el PP se han puesto de acuerdo en ´poner en valor´ una construcción que aplanada por los tractores puede
multiplicar su precio tras una previa recalificación urbanística. Veintiséis chalés pueden salir, y eso si al final no se sacan treinta, que es una práctica común en estos casos "porque es que nos hemos dado cuenta de que no salen los números y no se trata de perjudicar a nadie. Al fin y al cabo, donde comen dos, comen tres". Ya lo veremos. Pues no. Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es utilizar sus locales en el Woermann para biblioteca o para museo de bellas artes o para pintar gatos de colores; y lo que tiene que hacer Turismo es demostrar con hechos su voluntad de mantener, mejorar y ampliar Hecansa, y para eso es clave que disponga, como mínimo, de los medios de que dispone ahora.
Si no hacen nada en el resto de la gestión ¿porqué se empeñan en hacer algo que perjudica?. ¿Por qué no se quedan quietos, que ya no van a mejorar su fama?. A lo peor hasta se les ocurre llevar el tren de la transinsularidad al Madroñal. Y habrá quienes aplaudan.
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