Gáldar espera sacar su particular beneficio de la visita de casi 150.000 personas cada año al museo y parque arqueológico de la Cueva Pintada, cuya prevista reapertura tendrá lugar el próximo día 26. La localidad norteña ha invertido en los últimos años cerca de 2,48 millones para acondicionar el conjunto del casco y de su zona comercial abierta, aunque sigue sin solucionar dos de sus grandes inconvenientes, como son los atascos en el tráfico y la falta de aparcamientos.
La Cueva Pintada volverá a abrirse al público el día 26 de este mes tras permanecer 24 años cerrada al público por una decisión precipitada de los expertos para evitar la degradación del conjunto prehistórico. La inauguración del nuevo museo y parque arqueológico convertirá a Gáldar en un nuevo reclamo de proyección turística para Gran Canaria. Pero, además del interés cultural y de su impacto turístico, el municipio aspira a llevarse parte de este gran negocio en el que se ha convertido La Cueva Pintada.
El museo y parque arqueológico recibirá cada día la visita de un máximo de 475 personas, según las últimas cifras que maneja el director gerente del centro, Fernando Pérez, lo que supondría al año unas 150.000 visitantes, ya que se tendrán en cuenta cierres por motivos de conservación. A esta cifra hay que sumar la llegada de algunos cientos de personas más cada día, aunque no lleguen a entrar a la instalación, según estimaciones realizadas por empresarios de la zona.
Promoción exterior
Si tenemos en cuenta que un estudio del Ayuntamiento estima que cada turista que visita el municipio deja ahora una media de unos tres euros en gastos directos como cafeterías, comidas o aparcamientos (sin contar los que deje dentro del Museo y en el transporte) vendría a aportar de forma directa en los empresarios que están en la ´zona caliente´ del recinto aborigen unos 500.000 euros cada año.
Hay que tener en cuenta que los visitantes que llegan en guaguas deberán bajarse a la entrada de la calle Capitán Quesada (calle Larga), con lo cual tendrán que recorrer toda la calle comercial hasta la puerta del centro, y que muchos de ellos deberán esperar en el entorno de la plaza y la iglesia durante un largo rato hasta que le toque el turno para recorrer el interior del centro a través de visitas guiadas en cuatro idiomas, que están limitadas a pequeños grupos y cuya duración se prolonga por espacio de hora y media.
El alcalde, Manuel Godoy, asegura que la apertura de la Cueva Pintada supondrá "una visita obligada" a Gáldar para los turistas interesados en la cultura que llegan a Gran Canaria, y que su difusión servirá para dar a conocer el municipio en el exterior. De forma paralela, añade el regidor, servirá de estímulo para que nuevos empresarios se interesen por instalarse en la localidad, "incentivando el tejido económico de la ciudad". Godoy admite que, con el paso del tiempo, los empresarios también irán adaptando su oferta a la demanda de los visitantes del museo, con el fin de obtener mayores réditos.
Fernando Pérez destaca el incalculable impacto y la repercusión exterior que tendrá para Gáldar el conjunto aborigen, lo que supondrá un efecto inmediato en la dinamización socioeconómica de la zona, además de situar al municipio en centro de interés "de primera magnitud". Hay que tener en cuenta que la Cueva promoverá todo un programa paralelo, al que serán invitados personas relevantes de todos los ámbitos. Todo eso, redundara en la economía local, y en el interés del visitante por otros centros locales de interés. "Gáldar dará mucho que hablar, y el boca a boca de restaurantes etc, también tendrá su repercusión, lo que supondrá un efecto multiplicador que beneficiará a todos, porque se hablará mucho de Gáldar".
El casco recibe 2,48 millones en los últimos siete años
El conjunto histórico y la zona comercial abierta de Gáldar han recibido desde el año 2001 inversiones por valor de 2,48 millones de euros, según el Ayuntamiento. Los recursos, provenientes de distintos planes, se han destinado a obras de pavimentación, peatonalización, mobiliario urbano e infraestructuras.
Gáldar ha vivido una completa transformación, cuyo ejemplo palpable está en la peatonalización de la calle Capitán Quesada, y la renovación del mobiliario urbano y el pavimento. Estos cambios se han ido reproduciendo en las calles adyacentes y en la plaza de Santiago. Los trabajos acometidos en el casco antiguo y su área comercial han permitido delimitar las zonas de aparcamientos públicos, se han instalado alcorques con sus árboles, y se ha transformado la imagen externa, aunque aún se sigue insistiendo en la posibilidad de enterrar los contenedores para evitar su impacto visual y que "contaminen la estética del sitio".
Este año se están acometiendo obras de la séptima fase de la comercial abierta y del Plan de Dinamización Turística del Norte cerca de la Cueva Pintada, con el fin de seguir homogeneizando la imagen del casco como área turístico-comercial. Además, entre los trabajos previstos se proyecta colocar una escultura en homenaje a la Reina Arminda. Estos proyectos se prorrogarán el próximo año en las calles aledañas a la Plaza Chica y la Casa Parroquial, según fuentes municipales.
Los turistas que llegan en guaguas tendrán que caminar de forma obligatoria por la calle Capitán Quesada, donde conviven unos 62 locales, pero que en cuyo entorno comercial se concentran 300 empresas que dan empleo a casi 1.500 trabajadores y que mueven negocios por 90 millones, según estimaciones realizadas hace unos años por los empresarios.
A pesar de todo, un experto admite que si bien la Cueva Pintada genera expectativas económicas, también convive un sentimiento de incertidumbre. Y apunta que los negocios del casco no se han adaptado aún a la nueva clientela que se les avecina. En primer lugar, porque no existen restaurantes con capacidad para grupos numerosos, ni locales con la oferta gastronómica, de recuerdos y de ocio que requerirían estos visitantes. En cualquier caso, espera que la experiencia sirva para adaptarse a los negocios que ahora se abren.
