´Hay carriles bici que empiezan en ninguna parte y llegan a ningún sitio´
La bicicleta en la calle y en la carretera y la seguridad de todos los usuarios’, fue el tema de la ponencia del presidente de la Federación Canaria de Ciclismo, César Acosta Lantigua (Madrid, 1963), quien participó ayer en la octava edición del ’Curso para especialistas de Carreteras de Canarias’ celebrado en el edificio de Usos Múltiples I de la capital insular.
Amparo R. Montero
ENTREVISTA
En su ponencia usted habla del mayor peso del uso de la bicicleta en las vías. ¿Cómo se refleja esto a nivel práctico?
Como usuario que soy, veo los distintos aspectos que genera el montar en bici a diario. En la ciudad, porque estamos ahora inmersos en el plan de desarrollo del Ayuntamiento en el cual la bicicleta tiene un importante peso. Y después, en la zona interurbana, porque vivimos del turismo.
Aún en fase de desarrollo de un plan de movilidad, ¿qué tipo de problemas se dan en la ciudad ahora mismo?
Hay que disculpar al Ayuntamiento porque están inmersos ahora en el plan de desarrollo. Hemos expuesto algunos errores viales que se han producido como en Lady Harimaguada que te encuentras una señal de carril bici obligatorio hacia la derecha y sin embargo, no tienes acceso cuando vienes por la autovía marítima. Y los que vienen del norte en bici por la GC-2 se encuentran con una señal que prohíbe a los ciclistas la entrada a los túneles de Julio Luengo, pero no hay desvío porque ya se ha pasado el del hospital. El mayor problema, no obstante, es la conectividad. Hay carriles bicis que yo decía que empiezan en ninguna parte y terminan en ningún sitio, porque no hay ninguna lógica. Hay que construirlos con unidad, interrelacionados y que lleven a los polos de atractivo de la ciudad. Asimismo, todavía se tienen que adecuar las Zonas 30.
¿Cree que las Zonas 30 serán beneficiosas?
Esto es algo que viene impuesto por la Dirección General de Tráfico que, acompañado. Con otras normativas y adecuación del viario, va a venir en beneficio de todos, del peatón el primero, porque la velocidad se reduce. Las ciudades hay que hacerlas para los vecinos, para que los niños puedan volver a corretear a las calles y que la movilidad sea de una forma lógica: autobuses, taxis, peatones y ciclistas tienen que ser los protagonistas o por lo menos ponerlos al mismo nivel.
¿Existe respeto entre los diferentes medios de transportes y sus usuarios?
Al estar todos inmersos en el mismo grupo, siempre se generan tiranteces. Hay que tener una empatía y una educación en todo esto. No obstante, hay unas normas que todos tenemos que cumplir. Por ejemplo, si el ciclista va por una acera por la que no puede circular y va en detrimento del peatón, tenemos que defender al viandante y el código de circulación contempla este tipo de casuísticas.
Usted ha participado en la elaboración de ese borrador de la nueva normativa, ¿qué otras cosas contempla?
Entre otras cosas, se pretende que el ciclista circule por el centro de la vía y no a un extremo de la calzada donde las puertas de los coches son un peligro. El que se permita circular en bici en sentido contrario en determinadas vías, es otro punto que además se da en muchas ciudades de Europa. Y sobre todo, se tiene en cuenta la adecuación y la buena señalización de las calles.
¿Qué me dice del sistema de préstamo municipal de bicis?
El sistema de préstamo ha sido un boom para la capital. Se ha notado que hay una elevada demanda que no se esperaba. Y esto va a generar mayor solicitud y, por lo tanto, la Administración se tiene que preocupar de ello y después velar por una mayor seguridad de los usuarios.
¿Hay que obligar a usar casco para ese aumento de seguridad o no?
El tan debatido casco podría ser positivo o negativo, según se mire. De todas maneras, el índice de siniestralidad con daño cerebral en el coche es de 3,8%, mientras que en la bicicleta está en el 2,5% y no les vamos a poner un casco a los conductores de automóvil. El casco puede ser, en algunos aspectos, negativo para los usuarios porque ahora tienes que pensar en que tienes que llevarlo. Y si se trata del sistema de préstamo, ¿tú te vas a poner el que haya llevado otra persona? Y luego, ¿dónde lo dejas? Hay que buscarle una solución a eso. De hecho, en casi ninguna ciudad europea es una obligación porque se ha comprobado que lo que trae consigo una disminución del uso de la bicicleta.
La Provincia, 26-11-2013
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