Presupuesto canario: menos inversión, más desequilibrios
Román Rodríguez
Vicepresidente del Cabildo Insular de Gran Canaria
Los presupuestos son el instrumento más potente de las administraciones públicas para incidir en el bienestar de los ciudadanos y para intervenir en la actividad económica, fomentando la demanda interna y animando la inversión. Más aún en época de crisis, en la que las prioridades del gasto deben ser cuidadosamente elegidas y dirigirse a objetivos que ayuden a paliarla. Además de elevar el gasto social que arrope a los más débiles, las administraciones deben controlar y reducir los gastos corrientes para orientar todos los recursos disponibles a impulsar la producción y la inversión.
El análisis de las cuentas públicas para 2009 permite conocer cuáles son las prioridades del Gobierno de Canarias y qué actuaciones piensa desarrollar para afrontar la grave situación económica que atraviesa el Archipiélago, en el que los efectos de la crisis son más duros que en el resto del Estado. Después de la algarada que Rivero y Soria montaron con los Presupuestos del Estado, cabría esperar que fueran consecuentes y que en los de Canarias se potenciara la inversión pública y se estimulara la actividad económica. Nada de eso: disminuye significativamente la inversión y aumenta el gasto corriente.
Los Presupuestos plantean un cuadro macroeconómico demasiado optimista. Las previsiones de crecimiento son del 1% para este año y del 0,3% para el 2009, contemplando una tasa de paro del 15,8% para el presente ejercicio y de un 17,1% para el próximo. Cifras, las del paro, ya superadas en octubre con una tasa del 18,2% y 190.469 parados registrados. En mi opinión, la situación del ritmo de crecimiento puede ser peor de la prevista en los Presupuestos, pues a nivel estatal la variación estimada del PIB para 2009 por los distintos organismos es negativa, disminuyendo entre 0,2 y 0,7% según las fuentes, pareciendo imposible que en 2009 Canarias crezca por encima del Estado.
En relación a los ingresos, cabe destacar que disminuyen los recursos del REF un 30% en relación a la equivocada estimación realizada por Soria para el 2008. Este hecho supone una importante reducción de recursos para las Corporaciones Locales, especialmente para los cabildos, lo que coloca a estos en una situación financiera muy difícil, no ya para ejecutar nuevas políticas sociales o inversoras sino en muchos casos para mantener los servicios que actualmente prestan a los ciudadanos.
Por otra parte, los Presupuestos definen un crecimiento nominal del gasto total del 2,3%, pero son los gastos corrientes los que crecen, exactamente un 4,1%, es decir, aumentan más que el crecimiento nominal del presupuesto. Y ello a pesar de lo anunciado por Rivero y Soria de reducir el gasto corriente ¡un 40%! Ver para creer. Mientras, los gastos de inversión se reducen en términos nominales un 4,3% (58,1 millones menos), que en términos reales, descontando la inflación prevista, suponen una reducción del 7,8%.
Por tanto, lejos de actuar anticíclicamente, reduciendo los gastos corrientes para dedicar los recursos escasos a impulsar la inversión, hacen justo lo contrario. No hay dinero para impulsar la inversión ni para apoyar los sectores productivos (disminuye el gasto para agricultura, turismo, industria o comercio) pero sí lo hay para poner en marcha la policía autonómica (4 millones) o para la Radiotelevisión Canaria (60), además de que Soria y Rivero se reservan más de 40 millones para subvenciones. Mientras disminuyen las partidas para políticas sociosanitarias, vivienda o justicia. Esas son las prioridades.
Además si se analiza la estructura de financiación de los gastos de capital (inversiones), que ascienden a 1.300 millones, se puede apreciar que 651,5 (más de la mitad) provienen de recursos estatales y de la Unión Europea, 443 millones se obtienen incrementando el endeudamiento y 190 de recursos propios (ahorro bruto y enajenación de inversiones) que apenas representa el 15% del total del gasto de capital. Si la crisis se agudiza y se prolongara varios años podríamos estar en el escenario de que el Gobierno canario no tendría recursos propios para afrontar las inversiones; dependeríamos sólo de las aportaciones estatales o de la capacidad de endeudamiento, estando esta última limitada por la reglas de estabilidad presupuestaria y por la respuesta de los mercados financieros. El mantenimiento de la crisis obligaría a un replanteamiento profundo de la política fiscal, competencial y consecuentemente de los gastos de la Administración Autonómica y de las Administraciones Locales.
Gran Canaria
Respecto a temas concretos que afectan a Gran Canaria, no incluyen ni un sólo euro para el tren en las cuentas públicas para 2009. Sí lo hace para el tranvía de Tenerife, dedicando cerca de 9 millones. Aunque hay que destacar el reciente acuerdo unánime del Cabildo de Gran Canaria pidiendo recursos a los gobierno de Canarias y del Estado para el transporte guiado en la isla
Igualmente, se reducen la financiación al Cabildo de Gran Canaria y a otros cabildos para políticas sociosanitarias; y no hay continuidad para otros planes sectoriales, como el de carreteras. Asimismo, no figura partida alguna para el puerto de Agaete, infraestructura estratégica para el norte de la isla, mientras sí figuran para los de Tazacorte y Garachico. Además, eliminan los recursos para el Partido Judicial de Santa Lucía o no se financia adecuadamente el Palacio de Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, cuya construcción se eterniza.
En definitiva, estos Presupuestos han sido elaborados por un Gobierno desorientado, débil y sin liderazgo. Unos Presupuestos que, al disminuir notablemente la inversión e incrementar el gasto corriente, no sirven para revertir la actual situación de retroceso de la economía y de destrucción acelerada de empleo, que nos puede colocar en 250.000 parados en el primer semestre del próximo año. Y se trata de unas cuentas públicas que, además, vuelven a acentuar los desequilibrios entre las islas. Razones más que suficientes para rechazarlos y para continuar trabajando para que Canarias tenga pronto un Gobierno a la altura de las actuales circunstancias.
Vicepresidente del Cabildo Insular de Gran Canaria
Los presupuestos son el instrumento más potente de las administraciones públicas para incidir en el bienestar de los ciudadanos y para intervenir en la actividad económica, fomentando la demanda interna y animando la inversión. Más aún en época de crisis, en la que las prioridades del gasto deben ser cuidadosamente elegidas y dirigirse a objetivos que ayuden a paliarla. Además de elevar el gasto social que arrope a los más débiles, las administraciones deben controlar y reducir los gastos corrientes para orientar todos los recursos disponibles a impulsar la producción y la inversión.
El análisis de las cuentas públicas para 2009 permite conocer cuáles son las prioridades del Gobierno de Canarias y qué actuaciones piensa desarrollar para afrontar la grave situación económica que atraviesa el Archipiélago, en el que los efectos de la crisis son más duros que en el resto del Estado. Después de la algarada que Rivero y Soria montaron con los Presupuestos del Estado, cabría esperar que fueran consecuentes y que en los de Canarias se potenciara la inversión pública y se estimulara la actividad económica. Nada de eso: disminuye significativamente la inversión y aumenta el gasto corriente.
Los Presupuestos plantean un cuadro macroeconómico demasiado optimista. Las previsiones de crecimiento son del 1% para este año y del 0,3% para el 2009, contemplando una tasa de paro del 15,8% para el presente ejercicio y de un 17,1% para el próximo. Cifras, las del paro, ya superadas en octubre con una tasa del 18,2% y 190.469 parados registrados. En mi opinión, la situación del ritmo de crecimiento puede ser peor de la prevista en los Presupuestos, pues a nivel estatal la variación estimada del PIB para 2009 por los distintos organismos es negativa, disminuyendo entre 0,2 y 0,7% según las fuentes, pareciendo imposible que en 2009 Canarias crezca por encima del Estado.
En relación a los ingresos, cabe destacar que disminuyen los recursos del REF un 30% en relación a la equivocada estimación realizada por Soria para el 2008. Este hecho supone una importante reducción de recursos para las Corporaciones Locales, especialmente para los cabildos, lo que coloca a estos en una situación financiera muy difícil, no ya para ejecutar nuevas políticas sociales o inversoras sino en muchos casos para mantener los servicios que actualmente prestan a los ciudadanos.
Por otra parte, los Presupuestos definen un crecimiento nominal del gasto total del 2,3%, pero son los gastos corrientes los que crecen, exactamente un 4,1%, es decir, aumentan más que el crecimiento nominal del presupuesto. Y ello a pesar de lo anunciado por Rivero y Soria de reducir el gasto corriente ¡un 40%! Ver para creer. Mientras, los gastos de inversión se reducen en términos nominales un 4,3% (58,1 millones menos), que en términos reales, descontando la inflación prevista, suponen una reducción del 7,8%.
Por tanto, lejos de actuar anticíclicamente, reduciendo los gastos corrientes para dedicar los recursos escasos a impulsar la inversión, hacen justo lo contrario. No hay dinero para impulsar la inversión ni para apoyar los sectores productivos (disminuye el gasto para agricultura, turismo, industria o comercio) pero sí lo hay para poner en marcha la policía autonómica (4 millones) o para la Radiotelevisión Canaria (60), además de que Soria y Rivero se reservan más de 40 millones para subvenciones. Mientras disminuyen las partidas para políticas sociosanitarias, vivienda o justicia. Esas son las prioridades.
Además si se analiza la estructura de financiación de los gastos de capital (inversiones), que ascienden a 1.300 millones, se puede apreciar que 651,5 (más de la mitad) provienen de recursos estatales y de la Unión Europea, 443 millones se obtienen incrementando el endeudamiento y 190 de recursos propios (ahorro bruto y enajenación de inversiones) que apenas representa el 15% del total del gasto de capital. Si la crisis se agudiza y se prolongara varios años podríamos estar en el escenario de que el Gobierno canario no tendría recursos propios para afrontar las inversiones; dependeríamos sólo de las aportaciones estatales o de la capacidad de endeudamiento, estando esta última limitada por la reglas de estabilidad presupuestaria y por la respuesta de los mercados financieros. El mantenimiento de la crisis obligaría a un replanteamiento profundo de la política fiscal, competencial y consecuentemente de los gastos de la Administración Autonómica y de las Administraciones Locales.
Gran Canaria
Respecto a temas concretos que afectan a Gran Canaria, no incluyen ni un sólo euro para el tren en las cuentas públicas para 2009. Sí lo hace para el tranvía de Tenerife, dedicando cerca de 9 millones. Aunque hay que destacar el reciente acuerdo unánime del Cabildo de Gran Canaria pidiendo recursos a los gobierno de Canarias y del Estado para el transporte guiado en la isla
Igualmente, se reducen la financiación al Cabildo de Gran Canaria y a otros cabildos para políticas sociosanitarias; y no hay continuidad para otros planes sectoriales, como el de carreteras. Asimismo, no figura partida alguna para el puerto de Agaete, infraestructura estratégica para el norte de la isla, mientras sí figuran para los de Tazacorte y Garachico. Además, eliminan los recursos para el Partido Judicial de Santa Lucía o no se financia adecuadamente el Palacio de Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, cuya construcción se eterniza.
En definitiva, estos Presupuestos han sido elaborados por un Gobierno desorientado, débil y sin liderazgo. Unos Presupuestos que, al disminuir notablemente la inversión e incrementar el gasto corriente, no sirven para revertir la actual situación de retroceso de la economía y de destrucción acelerada de empleo, que nos puede colocar en 250.000 parados en el primer semestre del próximo año. Y se trata de unas cuentas públicas que, además, vuelven a acentuar los desequilibrios entre las islas. Razones más que suficientes para rechazarlos y para continuar trabajando para que Canarias tenga pronto un Gobierno a la altura de las actuales circunstancias.
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