Telde: un municipio sólo "virtual"
A. J. FERNÁNDEZ
Nada relevante que vender. Cuando apenas restan seis meses para la celebración de nuevas elecciones locales, el municipio de Telde sigue con todas sus infraestructuras estrella a medio hacer o guardadas en el cajón de las maquetas y las infografías pendientes. Si en los primeros días del mandato, allá por el año 2003, se produjo la apertura del vial costero y del parque de bomberos -equipamientos promovidos por el Gobierno canario y el Cabildo respectivamente- en los 42 meses posteriores apenas se han producido estrenos de postín. El grupo de gobierno compuesto hasta hace poco por PP y AFV/Ciuca -a día de hoy, sólo Guillermo Reyes tiene competencias de gestión- ha pasado buena parte del tiempo presentando numerosas propuestas para priorizarlas frente a algunas actuaciones perfiladas por sus antecesores de Coalición Canaria (CC), pero las dificultades económicas, la falta de entendimiento con otras administraciones y las discrepancias internas han acabado por dejar en sueños para el futuro muchas de estas maquetas de cartón piedra y recreaciones a todo color.
Por un lado, y aludiendo a la herencia nacionalista, en 42 meses no se ha añadido ni un solo bloque más al Palacio de la Cultura y de las Artes de Arnao, el mismo que corrió el riesgo de ser reconvertido en oficinas municipales y que lleva años esperando por fondos que no llegan. La futura Ciudad Deportiva se ha ido levantando al golpito, pero su conclusión, que CC tenía previsto para este mandato, queda aún muy lejos. Un tercer proyecto, el recinto ferial que tanto demanda y necesita la ciudad, no ha experimentado el más mínimo avance. En las concejalías de Obras Públicas y Urbanismo se han parido la mayor parte de las infraestructuras relevantes, pero todo sigue igual.
En la época de María Antonia Torres se llegó a estudiar la opción de techar el auditorio del parque de San Juan. Se contactó con varios arquitectos. La cosa quedó en nada. La edil recogió el testigo de Julián González (ex CC) y defendió la construcción de un puente colgante emblemático en el barranco de Los Ríos para unir San Gregorio con San José de Las Longueras. Tres años después, el Cabildo tiene que volver a sacar a concurso esta obra y a actualizar precios, según su versión, por el retraso protagonizado por el Ayuntamiento a la hora de ceder el suelo que el viaducto ocupará.
Torres también vendió en rueda de prensa el proyecto de construcción de casi un centenar de cabañas de madera en El Caracol, pero la idea, respaldada por la ex edil de Juventud, Raquel León, fue posteriormente aparcada por Francisco Valido. León, a su vez, intentó sin éxito en los dos últimos años concluir el largo corredor costero ejecutando un paseo marítimo en un tramo de Playa del Hombre con pilares que finalmente sólo existe en simulaciones informáticas.
Servicios Sociales ha sido otra de las áreas damnificadas en la parálisis de desarrollo que ha experimentado Telde. Los 8.000 socios del hogar del pensionista de San Gregorio todavía siguen esperando a que el Gobierno de Canarias inicie las obras del nuevo edificio, emplazado en la red arterial.
Y la falta de financiación y los pleitos judiciales también mantienen en stand by dos de los proyectos estrella de la coalición AFV-Ciuca: de un lado, el gran centro de discapacitados en el que, se supone, quedará reconvertida la finca de San Rafael. La explotación fue adquirida, no sin polémica, en el verano de 2004. Dos años y medio después se conserva intacta. Del otro, la idílica ciudad de los mayores de La Garita. Sólo existe en planos.
En las dependencias de Urbanismo se conservan las utópicas reconstrucciones de sendos rascacielos que, según Guillermo Reyes, varios empresarios quisieron levantar a la entrada del casco. Hasta se habló de que en uno de ellos se emplazasen las nuevas oficinas de la Policía Local. No pasó de ahí.
El centro de ocio de La Mareta, a situar en una parte de los conflictivos terrenos alquilados por el anterior gobierno a Urbagest, no estará listo para este año. La explanada sólo se ha vallado, e incluso en el seno de la Concejalía de Urbanismo hay discrepancias sobre la posibilidad de ejecutarlo sin antes realizar otras intervenciones.
Otra propuesta defendida a capa y espada por Reyes ha sido la creación de un miniayuntamiento en Jinámar. Tras una polémica permuta, el gobierno local obtuvo un edificio al que se le han tenido que realizar numerosas intervenciones, pero que sigue cerrado a cal y canto casi tres años después de su adquisición. Todas las fechas de inauguración que se han dado se han incumplido.
Completan la relación la reconversión de la finca de La Herradura, hibernada a la espera de que otras administraciones sean más benévolas en el aspecto puramente económico, y los tres proyectos de nuevas piscinas que con más ahínco defendió en su día el ex titular de Deportes, José Suárez: la de Jinámar y la del centro deportivo y comercial de La Barranquera, por no hablar también de la que se quería ubicar en un solar de San Gregorio que se sigue utilizando como aparcamiento. El coste de todos estos proyectos supera con creces los 70 millones de euros. Todo sigue a la espera.
Así las cosas, sólo la iniciativa privada es la que ha dado, no sin roces, un aire de progreso al municipio. Horneras ha continuado desarrollando el entorno de La Mareta con la apertura de Decathlon, Techos Canarios hace ahora lo propio con Carolan, y la obra más llamativa es la del parque marítimo de Jinámar que Ambrosio Jiménez ultima en el litoral pese a las protestas de los ecologistas.
Información de: La Provincia, 7-12-2006
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