Entrevista a Mario Rodríguez: ´El desequilibrio regional canario se creó, se mantuvo y aún permanece´
AMADO MORENO
Entrevista a D. Mario Rodríguez, Presidente de la Confederación Canaria de Empresarios de la Provincia de Las Palmas
P. - ¿Cuáles son los objetivos de su presidencia de aquí a su despedida el año próximo?
R. - El tiempo que me queda de gestión al frente de la Confederación es muy corto y sobre la mesa hay una serie de problemas que nos van a agobiar. Por ejemplo, el retraso de los incentivos derivados del REF. Es un asunto que nos preocupa porque en Bruselas no ha terminado de solucionarse. Hemos venido advirtiendo sobre la inquietud que nos produce esta demora. Sabemos que algunos políticos se han preocupado. Sé que el consejero de Economía y Hacienda -José Carlos Mauricio- ha visitado constantemente Bruselas. Lo que ocurre es que ha surgido un problema cuya solución ya no depende sólo del Gobierno de Canarias, sino también del Gobierno español. Hasta que no se concrete la armonización autonómica por Madrid, Bruselas dice que no va a responder a nuestra petición. Igualmente nos afecta que no haya prosperado el proyecto de Constitución europea, pues el texto original reconocía la condición ultraperiférica de Canarias. Tenemos que seguir peleando. Estamos en meses cruciales.
P. - Usted no cree que obedezca a una desidia del Gobierno regional pero sí a una posible falta de conciencia del Ejecutivo de Madrid.
R. - No creo en la desidia del Gobierno canario, aunque pienso que hay algo de corresponsabilidad en todas las instituciones implicadas. Antes mandaba el PP y ahora el PSOE en el Gobierno central. Tras las últimas elecciones generales hemos perdido un poco de peso en Madrid. La expectativas del empresariado canario se han complicado.
P. - El Gobierno sigue rechazando la utilización de la RIC para la renovación de la planta hotelera y extrahotelera. La sospecha de que pueda servir de refugio para el dinero negro late en esa negativa política.
R. - Es muy difícil ofrecer una respuesta única a esta cuestión. Hay un problema aquí, cuyo análisis y solución debemos compartir entre todos. El supuesto frenazo económico y la moratoria han provocado trastornos o distorsiones respecto al objetivo inicial de la RIC. Esta reserva de inversiones es imprescindible, especialmente si tenemos en cuenta que cuando lleguemos al año 2013 seremos Objetivo Uno y perdemos todos los fondos que hoy nos vienen de Bruselas.
P. - Los críticos sostienen que la RIC ha servido sólo para engordar grandes fortunas y no para favorecer a la pequeña y mediana empresa, ni para generar empleo estable; ahora mismo hay 130.000 parados en Canarias...
R. - Esas observaciones sobre un supuesto uso negativo de la RIC me parece que son interesadas y que no se corresponden con la realidad. De los 400.000 puestos de trabajo creados hasta el pasado año, más de la mitad se generaron gracias a la RIC. Por ejemplo, en el sector sanitario, en el que yo me muevo principalmente, cada vez que se ha abierto un nuevo establecimiento implicó la creación de una cifra importante de empleo fijo en su mayoría. No hay que perder de vista que la RIC significa una inversión de unos 2.000 millones de euros cada año en Canarias. Si no se hace, el empresariado canario sabe que se arriesga a una sanción o pagar un cuantía importante en intereses. Pues bien, si suprimimos de un plumazo esa inversión, inmediatamente disminuyen los fondos estructurales europeos, y en el año 2013, que empezamos a ser aportadores netos, Canarias, lejos de crecer económicamente, sufrirá una recesión importante.
P. - ¿No deberían poner más acento esas inversiones en proyectos de I+D que en las inundaciones de cemento, particularmente en el litoral?
R. - Es lo que tenemos en España. ¿No ha visto usted cómo el país está basando su crecimiento casi exclusivamente en el sector inmobiliario? Por eso se habla mucho de la burbuja inmobiliaria y de los posibles pinchazos de ésta. Canarias es casi un reflejo de lo que está aconteciendo a nivel estatal, a pesar de que tengamos el REF. El mantenimiento de nuestras empresas sería muy complicado sin la existencia de este régimen económico y fiscal. El REF es absolutamente necesario para el mantenimiento de la economía canaria. Nuestra economía no se mueve ni se mantiene sin el REF, y a quienes les parezcan tajantes estas afirmaciones, cabe recordarles que tal singularidad canaria ya era reconocida desde los Reyes Católicos y doña Juana la Loca.
P. - Desde fuera se percibe como cierto escepticismo del empresariado canario a la hora de invertir en industrias de nuevas tecnologías.
R. - Para poder ser competitivos en este terreno hay que tener un mercado potencial acorde. En Canarias apenas somos dos millones de residentes en un territorio fragmentado por su condición insular. Las fuerzas están dispersas, no tenemos una concentración de medios y nos mantenemos alejados de nuestra metrópoli. Aunque también tengo que puntualizar que no son despreciables nuestras fuerzas en este campo. Disponemos de dos universidades. Habría que complementar los intereses de los empresarios con los de ambas instituciones educativas.
P. - Es una asignatura pendiente...
R. - Cierto. Queda mucho por avanzar en este terreno, aunque ya se han puesto en marcha iniciativas en esa dirección. Una cosa es la investigación pura y teórica de la Universidad y otra el pragmatismo y la aplicación inmediata que demandan las empresas.
P. - Las patronales del sector han solicitado que se prorrogue tres años más la moratoria turística.
R. - La Confederación asume lo que proponga la sectorial. ¡Qué remedio! La sectorial del Turismo y la Construcción, entre otras, se ponen de acuerdo y emiten un comunicado. Hemos tenido una moratoria importante en Canarias, a la que se sumaron o impulsaron, no sólo algunos políticos. Intereses empresariales la animaron; entendían que había que moderar un poco la situación. Pero la propuesta de la moratoria se llevó mal inicialmente y se ejecutó igual de mal, de manera que provocó una construcción masiva de camas hoteleras, antes de que empezara a aplicarse. Aquellos polvos trajeron los lodos actuales. Nadie quería quedarse sin aplicar la RIC y todo ello determinó una aceleración de la construcciones.
P. - Los efectos perniciosos son evidentes.
R. - Efectivamente. Y lo peor es que se han prolongado en el tiempo. Se ha introducido una serie de camas hoteleras y extrahoteleras que no estaban previstas, ni eran demandadas por el mercado. Sucede que se han quebrado las previsiones de aquellos que creían que ahora no se iba a construir nada por la moratoria y que se las prometían felices con la ocupación completa de sus hoteles, y no ha sido así. No sé qué hay de positivo en la moratoria turística. El mal ya se hizo, produciendo un frenazo de la economía. Mantengo la opinión de que el mercado debe ser libre. No debe estar la mano del gobierno tutelando e incidiendo en la libertad del mercado. Soy liberal y, por tanto, no me convence en absoluto el intervencionismo del Estado en el mercado, que ha de autorregularse solo. Ahora se dice: vamos a seguir con la moratoria. Piensan que si la levantan, se puede montar otra movida gordísima. Es para estar preocupados.
P. - ¿Recuperar una comunicación fluida con el presidente del Gobierno regional y con el consejero de Economía y Hacienda no figura entre las prioridades de la institución que usted preside? ¿O acaso prefiere su Patronal esperar a un vuelco en las urnas en las próximas elecciones?
R. - Que los políticos se muestren disconformes con la lectura del informe anual económico de nuestra Patronal me parece muy bien. Pero es que los datos con los que trabajamos son del Istac, una institución oficial. Yo no me los invento.
P. - Es decir, que no hay manipulación de las cifras...
R. - Por supuesto que no. Ahora bien, si las manipula el Istac, no lo sé. La relación con el Gobierno no es fácil, pero he de confesar que no tengo, por ejemplo, un problema de comunicación con el consejero de Economía y Hacienda. Yo tengo hilo directo con él. Esto no debe traducirse en una pertenencia por mi parte a su clan de amigos o enemigos.
P. - ¿Echa de menos algo en esta relación o comunicación institucional?
R. - Evidentemente al Gobierno le es más cómodo que asociaciones o confederaciones como la nuestra sean dóciles y no críticas. Pero es claro que todo presidente de esta institución va a tener problemas con cualquier gobierno, pues está obligado a denunciar lo que tiene que denunciar. Y por ejercer ese derecho, yo fui víctima de una campaña el pasado año, cuando dimos a conocer el informe o memoria que expresaba un desequilibrio de las inversiones públicas; su difusión casi coincidió con la ruptura del gobierno de coalición de CC y los populares. Yo no estoy al servicio de ningún partido político, sino de la Confederación Canaria de Empresarios que presido. Sostenía entonces, y no soy un insularista, que a Gran Canaria se la estaba minusvalorando y retrocedía. El Gobierno que se conformó tras aquella ruptura mostraba un mayor peso específico de ATI. Por tanto, no es fácil la relación con el Ejecutivo regional.
P. - ¿Estima que ese desequilibrio se ha corregido?
R. - ¿Cómo que se ha corregido? Se hizo como he dicho y se acabó. No hay equilibrio ninguno. No hay más que mirar la composición y el perfil de los componentes de este gobierno regional. Está más claro que el agua. ¿Quiénes han quedado? María del Mar Julios y José Carlos Mauricio. Y punto. Yo prefiero estar al margen de la política pero le respondo a una pregunta comprometida. La realidad es que el desequilibrio regional se creó, se mantuvo y aún permanece.
P. - ¿Desea entonces la llegada de las próximas elecciones en la confianza de un cambio?
R. - No. Para entonces yo estaré ya fuera de la presidencia de la CCE. No obstante, en los siete meses que me quedan en la presidencia voy a a intentar ayudar en lo que pueda al Gobierno desde la independencia de esta institución empresarial, al tiempo que seguiremos atentos para que no ocurra ningún desatino con el REF o ninguna inercia negativa derivada de una posible inhibición del Ejecutivo.
P.- ¿Prevé una consolidación de ese desequilibrio en el tiempo preelectoral que resta?
R. - Yo creo que el ambiente va a estar enturbiado por la propia situación preelectoral, lo cual va a ser muy nocivo para las expectativas empresariales.
P. - ¿No corresponde también al empresariado grancanario una cuota de responsabilidad por su inacción o pasividad ante esos desequilibrios?
R. - Es difícil responder a eso con total libertad. Yo creo más bien que el problema fundamental reside en la ley electoral. Los votos no valen lo mismo en una isla que en otra. Esta circunstancia distorsiona el resultado de las urnas y origina gran parte del desequilibrio.
P. - ¿Le han pillado por sorpresa los escándalos canarios de corrupción en la administración pública con la Operación Eolo en Industria, Faycán en Telde y de Turismo con agencias de viajes?
R. - Todo lo que tenga que ver con corrupción me parece vergonzoso. Todo el mundo sabe que siempre ha habido cierto tipo de influencias, tráfico de influencia o pequeñas corruptelas en las instituciones canarias, y también en las de la Península. Lo que me preocupa es que sólo hayan estallado en la provincia de Las Palmas, y concretamente en Gran Canaria. Me sorprende la bonanza en las otras islas
Información de: La Provincia, 6-8-2006
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