Medioambiente, la asignatura pendiente
JOSE ANTONIO CHOMON VALLEJO
Con motivo del día internacional del Medioambiente, asistí el domingo a una fiesta- exposición en la finca de Osorio (Teror). Aunque es difícil que la información sobre acciones y agresiones medioambientales me lleguen a sorprender, la magnitud del problema, no me dejó impasible: En uno de los vídeos proyectados se informaba de que en la fabricación de un ordenador se generaba 1 tonelada de residuos y en la de un teléfono móvil, más de 70 kg.
La información en temas medioambientales es primordial a la hora de la protección y conservación de la naturaleza. Se protege lo que se ama y sólo se ama lo que se conoce. Pero, como todos sabemos, la información, la concienciación y la sensibilización no bastan, y son inútiles si no damos algún paso más.
Nadie puede negar el empeño y vehemencia con el que la ministra Cristina Carbona trata de llevar su preocupación por la salud de nuestro medioambiente a todos los ciudadanos. Pero hechos son amores y no buenas razones. Nuestra distancia a Kyoto sigue aumentando.
Sabemos que difícil lo tiene, Sra. Ministra. Romper con la inercia y con la insensibilidad más pública que privada, sobre el respeto al medioambiente y a su legislación, no se consigue en cuatro días. Si el grado de desarrollo de este país sólo se mide en términos macroeconómicos, los entendidos dicen que los gobiernos anteriores no lo hicieron nada mal. Pero si consideráramos el legado que nos han dejado con respecto al deterioro medioambiental, otro gallo nos cantaría.
Sra. Ministra, usted sabe que el medioambiente no es un departamento estanco al margen de las demás actividades. Si el ministerio que usted dirige no está coordinado con los ministerios de industria o comunicaciones, pongamos por ejemplo, de poco o nada servirá su labor. Porque, como usted sabe, ciertas acciones son incompatibles: No se puede defender el medioambiente fomentando el consumismo en los medios públicos de comunicación. No se protege nuestro hábitat natural, permitiendo el sistemático incumplimiento de la ley de costas, sin que nadie pise la cárcel. No se salvaguarda el medioambiente si muchos ayuntamientos incumplen la ley de envases y no son penalizados. No se protege el medioambiente, Sra. Ministra si no se desarrollan las energías renovables, aunque ello lleve consigo un aumento del precio del kwh eléctrico producido. No se protege el medioambiente si resultan más baratos los envases de plástico que los de vidrio. No cuidamos nuestro entorno si la palabra reutilización desaparece de nuestro vocabulario, porque no compensa reutilizar los envases de vidrio el papel, los libros, los CDs... La cultura de usar y tirar debe caer por su propio peso, esto es porque resulte más caro adquirir un producto nuevo que reutilizar el que tenemos.
Sra. Ministra, lo tiene usted muy difícil. Renunciar al consumismo barato es algo que no va a ocurrir de forma espontánea, por mucho empeño y concienciación que se ponga. Nuestra salud y la del nuestro entorno no es una cuestión de mayorías. No podemos hipotecar a las generaciones futuras manteniendo este desaforado consumismo. No puede salirnos gratis cambiar de móvil, simplemente porque no contabilizamos los daños causados por los residuos que generamos. Contaminar debería ser más caro.
La protección del nuestro hábitat es una labor de todos, y especialmente de los poderes públicos. El cumplimiento de los acuerdos de Kyoto no es un fin por el que luchar. Es un compromiso que debemos alcanzar. Y cuidado, Sra. Ministra, que el tiempo se va. Ya sé que, en este país, nadie de los que lo firmaron han hablado de desarrollo sostenible, tal vez porque desconozcan este término. Pero usted, Sra. Ministra, sí lo sabe y no vamos por el buen camino, a pesar de sus esfuerzos y de sus palabras que no dudo en calificar de honestas.
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