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La Voz de Gran Canaria

A los ciegos

A los ciegos

FRANCISCO J. CHAVANEL

No se precisa ser un Buchanan de la economía para argumentar lo que es sabido por todos y, sin embargo, rebatido por una serie de lectores que no sé muy bien en qué planeta habitan. Que el manantial del dinero autonómico lo controla ATI desde 1991 me parece que es tan evidente que sobran los comentarios; que esos dineros se han repartido de forma "tan equilibrada" que la locomotora financiera del Archipiélago ha dejado de ser la isla de Gran Canaria para ser sustituida por Tenerife me parece que tampoco necesita de contestación: que ese reparto no hubiera podido hacerse con unos políticos locales vigilantes y responsables, tan ausentes para lo importante y tan presentes cuando se trata de alimentar egos personales, me parece que cae por su propio peso.

Que la Caja de Tenerife era una entidad bancaria enterrada en el subdesarrollo en 1995, y que ahora es la que pita, que desde su consejo de administración nutre de créditos a la élite empresarial chicha, y que dichos empresarios ya están pensando en lanzarse al asalto de Gran Canaria habida cuenta, entre otras razones, de que la Caja de Las Palmas de Gran Canaria ha quedado prácticamente inutilizada por las aberraciones cometidas en ella por los políticos canariones, es una verdad terrorífica, conocida por el who is who local, y que no obstante un cierto grupo de señores no están dispuestos a admitir.

Para este grupo es mucho más operativo insultar a quien lo dice, inventarse datos que no existen, mezclar asuntos contrapuestos entre sí. Entiendo que exista una parroquia que me aborrezca, incluso que me odie. Que todo lo que exponga, escriba, o hable, le parezca motivo de crítica o de cínico sectarismo. Lo entiendo: va en la profesión. No elijo a mis lectores, ni siquiera a mis enemigos. Otro en mi lugar estaría orgulloso de la importancia que me confieren.

Lo que me asombra es la ceguera de unos cuantos. No sé si es un problema de militancia o de simple estupidez. Prefieren morir con el líder que aman antes de mover una neurona y preguntarse si está en un error. Incluso dan por hecho que es un error, pero pretenden alargarlo el mayor tiempo posible para que su cómoda vida no sufra alteración alguna durante todo un periodo suplementario. Luego, cuando llegue el momento, no dudarán en traicionar a aquél o aquello en lo que creyeron, y se apuntarán a otro carro. Lo he contemplado en miles de ocasiones.

Es amarga la verdad, dijo el poeta. No es necesario ser Fukuyama ni Greenspan para reconocer el cuerpo malherido de Gran Canaria y quienes son sus lanceadores. Elogio a los tinerfeños por su inteligencia, su habilidad, y su capacidad de captación de fernandosguanartemes en Gran Canaria. E hinco todo el fulgor arrebatado de mi crítica contra los políticos locales que lo entregaron todo, incluyendo la Caja de Canarias y parte de nuestro sistema financiero. O reaccionamos o lo peor está por venir. Y al que no le guste esta apreciación, queridos ciegos míos, que le eche azúcar.

1 comentario

Chorrillo -

Chavanel: por favor no uses mas la palabra CANARIÓN, si no te importa dí GRANCANARIO. Lo contrario es seguir la senda marcada por los que no lo son que en lugar de aplicarla como aumentativo la emplean como despreciativo.