Delincuencia juvenil: una bomba de relojería a muy corto plazo
EMILIO DE FEZ MARRERO
Sobre este asunto, que evoluciona negativamente semana a semana, remití hace unos días (a 40 políticos que luego enumeraré) un amplio dossier de artículos e informaciones de prensa. La justificación de motivos incluida en dicho envío era textualmente la que sigue:
A) El rápido agravamiento, cuantitativo y cualitativo, de las actitudes antisociales, violentas y delictivas de un creciente número de niños y adolescentes no es sino la punta del iceberg de un problema que es, quizá, el más grave a que se enfrenta hoy nuestra sociedad.
B) Las causas de este deterioro son esencialmente las siguientes:
- La falta de autoridad en colegios e institutos.
- La impunidad ante conductas violentas y peligrosas.
- El nefasto efecto antieducativo de muchos programas televisivos.
- El acceso infantil/juvenil a contenidos perniciosos de Internet.
- La situación sociolaboral de muchos padres en el mundo actual.
C) Los dos últimos factores son de complejo abordaje, pero está en la mano de los poderes del Estado afrontar las tres primeras variables de forma inmediata y contundente. Ciertamente, la ceguera política y la suicida pasividad legislativa ha devenido en unas respuestas inexistentes (o tardías, o insuficientes, o titubeantes) que nos llevan al abismo.
D) En consecuencia, se espera y solicita que la presente recopilación motive la reflexión y, sobre todo, la actuación consecuente, de los políticos destinatarios y de todos los compañeros y órganos de sus partidos.
2º En realidad, señores lectores, ese material lo seleccioné con idea de que llegue de inmediato a todos los siguientes destinatarios: diputados y senadores de Canarias (que son 30), presidente y consejeros del Gobierno de Canarias (que son 12), presidentes y consejeros de Cabildos (unos 100), diputados regionales (60), alcaldes y concejales (más de 500 en el total de Canarias), miembros de órganos locales, insulares y regionales (otros 500) y militantes de base de todos los partidos (son miles, supongo).
3º Como excede de mis posibilidades económicas enviar esa documentación a tantos políticos, sólo se la mandé, como dije, a 40, rogándoles que hicieran copia para sus compañeros de partido, y razonándoles que si yo siendo un simple ciudadano me había tenido que gastar 70.000 pesetas para concienciarlos ante algo sobre lo que debían concienciarse solos, con más razón deben ellos (sin esfuerzo ni gasto porque el trabajo se lo pueden hacer gratis los conserjes de sus instituciones) ocuparse de someter ese material a la consideración de los compañeros y órganos de sus partidos.
4º Los políticos a los que sí se lo mandé fueron los siguientes:
- Diputados y senadores: Paulino Rivero, Román Rodríguez, Juan Fernando López, Pablo Matos, José Luis Perestelo y Casimiro Curbelo.
- Gobierno de Canarias: Adán Martín, José Miguel Ruano y Marisa Zamora.
- Diputados regionales: Juan Carlos Alemán, Miguel Zerolo, José Manuel Soria, María Australia Navarro, Fernando Toribio e Isabel Déniz.
- Presidentes o consejeros de Cabildo: Tomás Padrón, Ricardo Melchior, Mario Cabrera, José Vicente González, Ángel Llanos, Wladimiro Rodríguez y Ricardo Guerrero.
Otras personalidades públicas: presidente Zapatero y ministros Bono y Alonso; Antonio Morales Méndez, Maribel Oñate, Guillermo Guigou, José Segura y José Luis Fumero.
5º -Doy fe pública de esto porque el dossier es escalofriante, y conviene que la militancia y cargos de esos partidos (CC, PP, PSC-PSOE, NC, APL, etc.) sepan quiénes tienen el documento y no se lo escamoteen. Y para de paso rogar a todos que, en evitación de que la gravísima situación actual devenga en males aún mucho mayores, hagan todos un esfuerzo por afrontar sin pérdida de tiempo y con contundencia (legislativa y ejecutiva) este drama. Con la máxima altura de miras y sentido de futuro de que sean capaces y con la mínimas dosis de estériles pugnas partidistas.
Añadir, finalmente, que, para dejar algún tipo de constancia, envié también ese dossier a media docena de periodistas, entre ellos al director de este periódico, don Carlos Sosa.
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