El editorialista malabarista y la verdadera capital del Archipiélago
GRUPO G. TAMARÁN*
Luego de soñar con una futura gran capital fusionada bien se llame Santa Cruz de La Laguna o La Laguna de Tenerife que sería la verdadera capital del Archipiélago el editorialista malabarista en su encíclica del pasado domingo, publicada en El Día de Santa Cruz de Tenerife, propone consultar al pueblo en referéndum después de que las dos Corporaciones (Santa Cruz y La Laguna) lo aprobaran (la fusión de dichas ciudades) en sesión plenaria, la gran capital, que bien podía llamarse Ciudad de Tenerife, Tenerife, Nivaria, Gran Tenerife, Gran Tinerfe, Santa Cruz de La Laguna, o La Laguna de Tenerife, competiría en igualdad de condiciones que Las Palmas de GC (quiere decir Las Palmas de Gran Canaria) en todos los sentidos y podría acogerse a mayores inversiones del Estado. Las Palmas de GC (quiere decir Las Palmas de Gran Canaria) tratará de impedir como pueda esta operación. Ya lo verán
Una vez más afloran los ocultos temores psíquicos que el complejo de inferioridad y el negro odio a Gran Canaria embargan el ánimo del editorialista malabarista. Intenta negar la, para él, triste realidad de que Las Palmas de Gran Canaria ha sido, es y seguirá siendo la gran ciudad capital del archipiélago Canario. Teme que el imaginario poderoso Sanedrín de Vegueta impida la fusión de las ciudades de su Tenerife-paraíso, olvidando que el susodicho Sanedrín no tiene por qué impedir nada, puesto que nada de lo que sueña el editorialista malabarista es o puede llegar a ser realidad. Su cometido, semana tras semana, se limita a considerar como realidad situaciones de fantasía, que únicamente existen en su calenturienta mente. Con ello consigue lo que ya hemos señalado en anterior ocasión: hacer daño a la hipotética unión del Archipiélago y a sus propios lectores, que pueden creer que su Tenerife-paraíso es lo que él sueña y no lo que realmente es, o sea, la isla secundaria de Canarias, en todo. Asegura que insisten muchos lectores en que expresemos su estupor por lo que ocurre en la universal y galáctica ciudad de la luz, pues ahora pretenden sus rectores que los barrios de Triana y Vegueta sean declarados Patrimonio de la Humanidad. Que ilusos.
Francamente, resulta patético que el editorialista malabarista intente pasar por alto el muy superior derecho de Vegueta-Triana a ser considerados Patrimonio de la Humanidad. Igualmente pasar por alto que Aguere (como él gusta denominar a la que fue capital de su Tenerife-paraíso, en realidad San Cristóbal de La Laguna), fuera diseñada y comenzada a construir veinte y pico años después de Vegueta, señero barrio fundacional de Las Palmas de Gran Canaria primera y principal capital de Archipiélago, cuyo trazado urbano sirvió de modelo tanto para La Laguna, como para las primeras ciudades levantadas por los castellanos en el Nuevo Mundo. Igualmente intenta pasar por alto que los edificios más importantes y antiguos de Canarias han sido levantados y están en Las Palmas de Gran Canaria. Así, la imponente Catedral de Canarias, las elegantes Casas Consistoriales, el magnífico Palacio Episcopal de Canarias y la Casa Regental de Canarias, por no mencionar iglesias y ermitas e innumerables casas particulares de hermoso aspecto señorial. El editorialista malabarista debe saber que para obtener la consideración de Patrimonio de la Humanidad no hace falta atrevimiento o astucia, como insinúa, sólo hace falta tener antigüedad, categoría y señorío y de eso están sobrados Vegueta y Triana.
El lector que haya coleccionado estas réplicas se ha tenido que percatar de lo reiterativas que son como consecuencia de lo reiterativo que es el editorialista malabarista. Lo sentimos pero no nos deja otra opción. Nosotros ni quitamos ni ponemos Rey pero defendemos a la verdad.
También se habrá percatado el lector que en el G. Tamarán, grupo de pocas personas, existen distintos posicionamientos en referencias a estas réplicas. Hay quien cree que el vetusto y provinciano editorialista malabarista es el líder del Tenerife profundo representado por los lectores de El Día de Santa Cruz de Tenerife, Atianos y demás, que siguen sus directrices. Por el contrario hay quien piensa que el editorialista y su equipo son portavoces interesados y no líderes del Tenerife profundo que, ya se sabe, es representado por los muchísimos lectores de sus panfletos dominicales que leen lo que quieren leer y, por eso, pagan. Por último están los que opinan que no vale la pena réplica alguna, pues a quien quiera que vaya dirigida sabe perfectamente lo que hay, que es, que van consiguiendo, por lo menos se lo creen, que su Tenerife-paraíso alcance la posición dominante en el Archipiélago. ¡ Para eso estamos en la A-ti-utonomía ¡. En lo que si estamos todos de acuerdo es que la opinión pública grancanaria debe conocer lo que en ese panfletario diario tinerfeño, El Día de Santa Cruz de Tenerife, se dice, envenenando las relaciones interinsulares, como mínimo, malévolamente, semana tras semana, sin que nadie intente ponerle coto, incluyendo en ese nadie, dolorosamente, a los políticos grancanarios.
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*El G. Tamarán es parte integrante del Grupo de Opinión Tamarán y está constituido por diferentes personas.
Luego de soñar con una futura gran capital fusionada bien se llame Santa Cruz de La Laguna o La Laguna de Tenerife que sería la verdadera capital del Archipiélago el editorialista malabarista en su encíclica del pasado domingo, publicada en El Día de Santa Cruz de Tenerife, propone consultar al pueblo en referéndum después de que las dos Corporaciones (Santa Cruz y La Laguna) lo aprobaran (la fusión de dichas ciudades) en sesión plenaria, la gran capital, que bien podía llamarse Ciudad de Tenerife, Tenerife, Nivaria, Gran Tenerife, Gran Tinerfe, Santa Cruz de La Laguna, o La Laguna de Tenerife, competiría en igualdad de condiciones que Las Palmas de GC (quiere decir Las Palmas de Gran Canaria) en todos los sentidos y podría acogerse a mayores inversiones del Estado. Las Palmas de GC (quiere decir Las Palmas de Gran Canaria) tratará de impedir como pueda esta operación. Ya lo verán
Una vez más afloran los ocultos temores psíquicos que el complejo de inferioridad y el negro odio a Gran Canaria embargan el ánimo del editorialista malabarista. Intenta negar la, para él, triste realidad de que Las Palmas de Gran Canaria ha sido, es y seguirá siendo la gran ciudad capital del archipiélago Canario. Teme que el imaginario poderoso Sanedrín de Vegueta impida la fusión de las ciudades de su Tenerife-paraíso, olvidando que el susodicho Sanedrín no tiene por qué impedir nada, puesto que nada de lo que sueña el editorialista malabarista es o puede llegar a ser realidad. Su cometido, semana tras semana, se limita a considerar como realidad situaciones de fantasía, que únicamente existen en su calenturienta mente. Con ello consigue lo que ya hemos señalado en anterior ocasión: hacer daño a la hipotética unión del Archipiélago y a sus propios lectores, que pueden creer que su Tenerife-paraíso es lo que él sueña y no lo que realmente es, o sea, la isla secundaria de Canarias, en todo. Asegura que insisten muchos lectores en que expresemos su estupor por lo que ocurre en la universal y galáctica ciudad de la luz, pues ahora pretenden sus rectores que los barrios de Triana y Vegueta sean declarados Patrimonio de la Humanidad. Que ilusos.
Francamente, resulta patético que el editorialista malabarista intente pasar por alto el muy superior derecho de Vegueta-Triana a ser considerados Patrimonio de la Humanidad. Igualmente pasar por alto que Aguere (como él gusta denominar a la que fue capital de su Tenerife-paraíso, en realidad San Cristóbal de La Laguna), fuera diseñada y comenzada a construir veinte y pico años después de Vegueta, señero barrio fundacional de Las Palmas de Gran Canaria primera y principal capital de Archipiélago, cuyo trazado urbano sirvió de modelo tanto para La Laguna, como para las primeras ciudades levantadas por los castellanos en el Nuevo Mundo. Igualmente intenta pasar por alto que los edificios más importantes y antiguos de Canarias han sido levantados y están en Las Palmas de Gran Canaria. Así, la imponente Catedral de Canarias, las elegantes Casas Consistoriales, el magnífico Palacio Episcopal de Canarias y la Casa Regental de Canarias, por no mencionar iglesias y ermitas e innumerables casas particulares de hermoso aspecto señorial. El editorialista malabarista debe saber que para obtener la consideración de Patrimonio de la Humanidad no hace falta atrevimiento o astucia, como insinúa, sólo hace falta tener antigüedad, categoría y señorío y de eso están sobrados Vegueta y Triana.
El lector que haya coleccionado estas réplicas se ha tenido que percatar de lo reiterativas que son como consecuencia de lo reiterativo que es el editorialista malabarista. Lo sentimos pero no nos deja otra opción. Nosotros ni quitamos ni ponemos Rey pero defendemos a la verdad.
También se habrá percatado el lector que en el G. Tamarán, grupo de pocas personas, existen distintos posicionamientos en referencias a estas réplicas. Hay quien cree que el vetusto y provinciano editorialista malabarista es el líder del Tenerife profundo representado por los lectores de El Día de Santa Cruz de Tenerife, Atianos y demás, que siguen sus directrices. Por el contrario hay quien piensa que el editorialista y su equipo son portavoces interesados y no líderes del Tenerife profundo que, ya se sabe, es representado por los muchísimos lectores de sus panfletos dominicales que leen lo que quieren leer y, por eso, pagan. Por último están los que opinan que no vale la pena réplica alguna, pues a quien quiera que vaya dirigida sabe perfectamente lo que hay, que es, que van consiguiendo, por lo menos se lo creen, que su Tenerife-paraíso alcance la posición dominante en el Archipiélago. ¡ Para eso estamos en la A-ti-utonomía ¡. En lo que si estamos todos de acuerdo es que la opinión pública grancanaria debe conocer lo que en ese panfletario diario tinerfeño, El Día de Santa Cruz de Tenerife, se dice, envenenando las relaciones interinsulares, como mínimo, malévolamente, semana tras semana, sin que nadie intente ponerle coto, incluyendo en ese nadie, dolorosamente, a los políticos grancanarios.
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*El G. Tamarán es parte integrante del Grupo de Opinión Tamarán y está constituido por diferentes personas.
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