El naife canario, un cuchillo albaceteño de nombre inglés
El naife o cuchillo canario, una popular herramienta empleada durante siglos por los ganaderos y agricultores de las Islas Canarias, tiene su origen en las cuchillerías de Albacete y Toledo del siglo XVI, aunque deba su nombre coloquial al vocablo inglés de cuchillo: knife.
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Así lo ha concluido el experto en cuchillos canarios Alejandro Moreno Marrero, quien discrepa de las teorías de algunos historiadores que arraigan este instrumento en la industria inglesa, pues asegura que no se ha encontrado ningún antecedente de ello.
El cuchillo canario, que tuvo un uso indispensable en el cultivo del plátano, se diferencia del peninsular en las mayores dimensiones de su hoja de acero, de 15 a 23 centímetros y recambiable, además de disponer de un mango de oro, plata, níquel o marfil recubierto de forma artesanal con innumerables piezas de inspiración árabe realizadas por el maestro cuchillero.
Es "una obra de arte, no de artesanía", aseguró el estudioso Moreno Marrero, de la isla de Gran Canaria, quien dice ser el "primero" en confirmar la procedencia del cuchillo canario, ya que, hasta ahora, "no se ha escrito prácticamente nada" sobre este asunto.
Una vez abordadas las posibles teorías sobre la historia de este utensilio en Canarias, este experto cuchillólogo y coleccionista considera constatado que su origen se localiza en las "industrias cuchilleras de Toledo y Albacete, regiones donde permanecieron los árabes una vez finalizada la Reconquista", allá por el siglo XVI.
La llegada de los conquistadores castellanos, así como la gran afluencia de comerciantes y mercaderes foráneos venidos a Canarias desde ese siglo introdujeron este instrumento mudéjar en el archipiélago y su uso se extendió rápidamente entre la población insular.
Incluso, siglos más tarde, una factura de abril de 1892, que recoge los objetos que se llevaron desde Guía a la Exposición Fiesta de las Flores de Las Palmas de Gran Canaria, punto de encuentro de los más destacados artesanos de la época, demuestra que era "algo habitual la importación de hojas de cuchillo procedentes de Toledo". Así, este cuchillo es el resultado de la evolución sufrida en las islas por el hispanoárabe, que en Canarias fue modificado por los artesanos locales a fin de satisfacer las necesidades del hombre canario dedicado al trabajo de las plataneras.
No obstante, hasta aproximadamente mediados del siglo XIX no puede hablarse de un cuchillo canario "propiamente dicho", aunque Moreno recalcó que hoy aún conserva "muchos" de aquellos primitivos rasgos de marcada ascendencia morisca como motivos florales o vegetales, dameros o semejanzas a un tablero de ajedrez.
La tradición ancestral de fabricar tales cuchillos se localiza especialmente en los municipios grancanarios de Guía, Gáldar, Arucas y Telde, según investigaciones de la Fundación para el Estudio y Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC).
Así, hoy en día, existe "un gran elenco de maestros cuchilleros que garantizan la total y absoluta pervivencia en la cultura popular canaria de esta tan arraigada tradición", destacó Moreno, quien cree que hablar de cuchillo canario "se acerca más al arte, que a la artesanía". De hecho, en la actualidad este famoso naife, que imita a los albaceteños y toledanos, es apreciado más como un valioso objeto de decoración o mero abrecartas que un utensilio para la labranza. Por tanto, ha pasado de ser aquel "instrumento íntimamente ligado al ajuar de nuestros abuelos a ser considerado una verdadera pieza de orfebrería", subrayó el investigador grancanario.
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Así lo ha concluido el experto en cuchillos canarios Alejandro Moreno Marrero, quien discrepa de las teorías de algunos historiadores que arraigan este instrumento en la industria inglesa, pues asegura que no se ha encontrado ningún antecedente de ello.
El cuchillo canario, que tuvo un uso indispensable en el cultivo del plátano, se diferencia del peninsular en las mayores dimensiones de su hoja de acero, de 15 a 23 centímetros y recambiable, además de disponer de un mango de oro, plata, níquel o marfil recubierto de forma artesanal con innumerables piezas de inspiración árabe realizadas por el maestro cuchillero.
Es "una obra de arte, no de artesanía", aseguró el estudioso Moreno Marrero, de la isla de Gran Canaria, quien dice ser el "primero" en confirmar la procedencia del cuchillo canario, ya que, hasta ahora, "no se ha escrito prácticamente nada" sobre este asunto.
Una vez abordadas las posibles teorías sobre la historia de este utensilio en Canarias, este experto cuchillólogo y coleccionista considera constatado que su origen se localiza en las "industrias cuchilleras de Toledo y Albacete, regiones donde permanecieron los árabes una vez finalizada la Reconquista", allá por el siglo XVI.
La llegada de los conquistadores castellanos, así como la gran afluencia de comerciantes y mercaderes foráneos venidos a Canarias desde ese siglo introdujeron este instrumento mudéjar en el archipiélago y su uso se extendió rápidamente entre la población insular.
Incluso, siglos más tarde, una factura de abril de 1892, que recoge los objetos que se llevaron desde Guía a la Exposición Fiesta de las Flores de Las Palmas de Gran Canaria, punto de encuentro de los más destacados artesanos de la época, demuestra que era "algo habitual la importación de hojas de cuchillo procedentes de Toledo". Así, este cuchillo es el resultado de la evolución sufrida en las islas por el hispanoárabe, que en Canarias fue modificado por los artesanos locales a fin de satisfacer las necesidades del hombre canario dedicado al trabajo de las plataneras.
No obstante, hasta aproximadamente mediados del siglo XIX no puede hablarse de un cuchillo canario "propiamente dicho", aunque Moreno recalcó que hoy aún conserva "muchos" de aquellos primitivos rasgos de marcada ascendencia morisca como motivos florales o vegetales, dameros o semejanzas a un tablero de ajedrez.
La tradición ancestral de fabricar tales cuchillos se localiza especialmente en los municipios grancanarios de Guía, Gáldar, Arucas y Telde, según investigaciones de la Fundación para el Estudio y Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC).
Así, hoy en día, existe "un gran elenco de maestros cuchilleros que garantizan la total y absoluta pervivencia en la cultura popular canaria de esta tan arraigada tradición", destacó Moreno, quien cree que hablar de cuchillo canario "se acerca más al arte, que a la artesanía". De hecho, en la actualidad este famoso naife, que imita a los albaceteños y toledanos, es apreciado más como un valioso objeto de decoración o mero abrecartas que un utensilio para la labranza. Por tanto, ha pasado de ser aquel "instrumento íntimamente ligado al ajuar de nuestros abuelos a ser considerado una verdadera pieza de orfebrería", subrayó el investigador grancanario.
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