El editorialista maniqueo. ¿Es la esquizofrenia el equilibrio?
G. TAMARÁN *
El editorial del pasado domingo día 26 de Junio, de nuestro inefable editorialista de El Día, lustroso y antiguo diario de Santa Cruz de Tenerife, nos sugiere que alguien supone que este asunto de los despojos, agravios, rapiñas supuestamente padecidas por la isla de Tenerife, representa una especie de juego de ingenio, basado en averiguar quien dice la mayor bobería o el disparate más ocurrente, como un mecanismo que les va a permitir obtener no se sabe muy bien qué ventaja o beneficio en perjuicio, ¡como no!, de la isla de Gran Canaria a la que la mezquindad de estos señores le niega el pan y la sal.
Pues bien, la UNESCO, siguiendo con el argumento de nuestro editorialista maniqueo, acaba de darle una sonora bofetada declarando a Gran Canaria, como no podía ser de otra manera, Reserva de la Biosfera en más de un cuarenta y seis por ciento de su territorio. Tomen nota, estimado editorialista de El Día, esa calificación se le otorga a la isla de Gran Canaria por sus extraordinarios valores paisajísticos, de biodiversidad y sobre todo porque representa un patrimonio inestimable para la humanidad que debe conservarse y protegerse.
Cuando se produzca la declaración del Teide como Patrimonio de la Humanidad los grancanarios lo celebraremos por todo lo alto, porque no sólo hemos aprendido desde nuestra infancia a quererlo sino porque, además, disfrutamos del maravilloso espectáculo de su vista simplemente con subir a las cumbres de Gran Canaria y contemplarlo.
Suponemos que sólo la esquizofrenia puede llevar a una persona normal a hacer afirmaciones por escrito como las que ustedes hacen en el mentado editorial como las siguientes: Esta es la única verdad porque desde numerosas instancias se ha intentado durante décadas que LPs de GC se convierta en la capital única de Canarias. Y eso no es posible. ¡Qué cinismo!. Aunque se repasen con lupa las páginas de la historia jamás encontrarán en ninguna parte referencia alguna a la mentada pretensión. Es más, el que probablemente ha sido el grancanario más importante en nuestra historia, D. Fernando de León y Castillo, se negó sistemática y continuamente, como así consta en sus archivos personales, a plantear una política divisionista o de enfrentamiento entre Gran Canaria y Tenerife y si en 1927 finalmente se produjo la División Provincial definitiva, circunstancia que en la actualidad ha pasado a ser una simple anécdota histórica, fue simplemente por el agotamiento de la sociedad grancanaria ante la intolerancia manifiesta de la oligarquía santacrucera.
Se confunde nuestro editorialista maniqueo cuando supone que el desequilibrio que se ha instaurado en el Archipiélago procede de un simple reparto de la bolsa, o que tiene algo que ver con la distribución de las obras públicas entre ambas islas, o con las prioridades que se le asignen a algunas de esas obras en relación con las de otras islas. Manifiesta una evidente ignorancia política y una auténtica estupidez intelectual.
Vamos a intentar explicarle en qué consiste el desequilibrio con la esperanza de que si lo entiende empezará a razonar, empeño que nos parece de todas formas poco menos que imposible. Cuando se puso en marcha la autonomía canaria todos los que la defendíamos pensábamos en términos canarios y sabíamos que nos esperaba un largo camino de dificultades, incomprensiones y pleitos históricos, que confiábamos en superar. Sin embargo, fueron demasiadas las cautelas, mecanismos de garantía, controles indirectos, etc. que se introdujeron en el Estatuto de Autonomía, hasta el punto de convertirlo casi en algo inoperante. Al final, toda la responsabilidad del equilibrio interinsular recayó en la capacidad, habilidad y honestidad de los partidos políticos para practicar el equilibrio respetando los intereses propios de cada isla y haciéndolos compatibles con el interés regional.
Pues bien, ese es el equilibrio que se ha roto. En este momento Canarias la gobierna ¿la gobierna? un partido insularista denominado ATI, cuyas intenciones nunca han estado ocultas y por consiguiente suscita legítimamente toda clase de sospechas y temores. Si a eso añadimos que es un partido que carece de programa de gobierno y que en circunstancias tan difíciles como las que atraviesa Canarias en este momento, carece de respuesta para el conjunto de problemas que nos afectan ¿Qué esperaban?.
Por descontado que este grupo de opinión no suscribe los exabruptos, ni descalificaciones provinientes de personas que hasta hace muy poco tiempo, participando del festín, no tenían nada que decir. Pensamos que Canarias necesita en este momento un verdadero revulsivo que sea capaz de acabar con el espectáculo lamentable que continuamente ofrecemos en nuestras instituciones públicas y le sugerimos a nuestro editorialista maniqueo que dedique sus mejores energías a esta finalidad y que reflexione sobre los hechos siguientes:
Canarias hoy es una de las comunidades autónomas con menor crecimiento económico; tenemos la tasa de desempleo más alta del conjunto del país; padecemos la crisis turística más aguda dentro del sector a nivel nacional; perdemos nuestra condición de región objetivo 1 y, por consiguiente, fondos estructurales europeos; padecemos graves incertidumbres sobre el futuro de nuestra agricultura; soportamos el coste de la crisis energética más que ninguna otra comunidad ya que dependemos absolutamente del petróleo y al parecer nadie se ha preocupado excesivamente de desarrollar energías alternativas. ¡Para que seguir!.
Canarias no necesita explosiones de histeria o esquizofrenia insularista, como tampoco necesita exaltaciones patrioteras de algo que enorgullece a todos los canarios, cualquiera que sea la isla donde se encuentren o donde hayan nacido y mucho menos necesita que se produzcan pleitos artificiales derivados de la esquizofrenia de algunos. Canarias necesita respuestas basadas en la capacidad de su gobierno para afrontar los problemas con decisiones racionales y comprensivas para el conjunto de sus ciudadanos. Programas y decisiones que podemos ofrecer y proponer en un contexto de sosiego, respeto y equilibrio, algo de lo que al parecer el editorialista maniqueo carece y desgraciadamente también el actual Gobierno de Canarias.
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*El Grupo "G" Tamarán es parte integrante del Grupo de Opinión Tamarán y está constituido por diferentes personas. En esta ocasión lo encabeza Óscar Bergasa Perdomo.
El editorial del pasado domingo día 26 de Junio, de nuestro inefable editorialista de El Día, lustroso y antiguo diario de Santa Cruz de Tenerife, nos sugiere que alguien supone que este asunto de los despojos, agravios, rapiñas supuestamente padecidas por la isla de Tenerife, representa una especie de juego de ingenio, basado en averiguar quien dice la mayor bobería o el disparate más ocurrente, como un mecanismo que les va a permitir obtener no se sabe muy bien qué ventaja o beneficio en perjuicio, ¡como no!, de la isla de Gran Canaria a la que la mezquindad de estos señores le niega el pan y la sal.
Pues bien, la UNESCO, siguiendo con el argumento de nuestro editorialista maniqueo, acaba de darle una sonora bofetada declarando a Gran Canaria, como no podía ser de otra manera, Reserva de la Biosfera en más de un cuarenta y seis por ciento de su territorio. Tomen nota, estimado editorialista de El Día, esa calificación se le otorga a la isla de Gran Canaria por sus extraordinarios valores paisajísticos, de biodiversidad y sobre todo porque representa un patrimonio inestimable para la humanidad que debe conservarse y protegerse.
Cuando se produzca la declaración del Teide como Patrimonio de la Humanidad los grancanarios lo celebraremos por todo lo alto, porque no sólo hemos aprendido desde nuestra infancia a quererlo sino porque, además, disfrutamos del maravilloso espectáculo de su vista simplemente con subir a las cumbres de Gran Canaria y contemplarlo.
Suponemos que sólo la esquizofrenia puede llevar a una persona normal a hacer afirmaciones por escrito como las que ustedes hacen en el mentado editorial como las siguientes: Esta es la única verdad porque desde numerosas instancias se ha intentado durante décadas que LPs de GC se convierta en la capital única de Canarias. Y eso no es posible. ¡Qué cinismo!. Aunque se repasen con lupa las páginas de la historia jamás encontrarán en ninguna parte referencia alguna a la mentada pretensión. Es más, el que probablemente ha sido el grancanario más importante en nuestra historia, D. Fernando de León y Castillo, se negó sistemática y continuamente, como así consta en sus archivos personales, a plantear una política divisionista o de enfrentamiento entre Gran Canaria y Tenerife y si en 1927 finalmente se produjo la División Provincial definitiva, circunstancia que en la actualidad ha pasado a ser una simple anécdota histórica, fue simplemente por el agotamiento de la sociedad grancanaria ante la intolerancia manifiesta de la oligarquía santacrucera.
Se confunde nuestro editorialista maniqueo cuando supone que el desequilibrio que se ha instaurado en el Archipiélago procede de un simple reparto de la bolsa, o que tiene algo que ver con la distribución de las obras públicas entre ambas islas, o con las prioridades que se le asignen a algunas de esas obras en relación con las de otras islas. Manifiesta una evidente ignorancia política y una auténtica estupidez intelectual.
Vamos a intentar explicarle en qué consiste el desequilibrio con la esperanza de que si lo entiende empezará a razonar, empeño que nos parece de todas formas poco menos que imposible. Cuando se puso en marcha la autonomía canaria todos los que la defendíamos pensábamos en términos canarios y sabíamos que nos esperaba un largo camino de dificultades, incomprensiones y pleitos históricos, que confiábamos en superar. Sin embargo, fueron demasiadas las cautelas, mecanismos de garantía, controles indirectos, etc. que se introdujeron en el Estatuto de Autonomía, hasta el punto de convertirlo casi en algo inoperante. Al final, toda la responsabilidad del equilibrio interinsular recayó en la capacidad, habilidad y honestidad de los partidos políticos para practicar el equilibrio respetando los intereses propios de cada isla y haciéndolos compatibles con el interés regional.
Pues bien, ese es el equilibrio que se ha roto. En este momento Canarias la gobierna ¿la gobierna? un partido insularista denominado ATI, cuyas intenciones nunca han estado ocultas y por consiguiente suscita legítimamente toda clase de sospechas y temores. Si a eso añadimos que es un partido que carece de programa de gobierno y que en circunstancias tan difíciles como las que atraviesa Canarias en este momento, carece de respuesta para el conjunto de problemas que nos afectan ¿Qué esperaban?.
Por descontado que este grupo de opinión no suscribe los exabruptos, ni descalificaciones provinientes de personas que hasta hace muy poco tiempo, participando del festín, no tenían nada que decir. Pensamos que Canarias necesita en este momento un verdadero revulsivo que sea capaz de acabar con el espectáculo lamentable que continuamente ofrecemos en nuestras instituciones públicas y le sugerimos a nuestro editorialista maniqueo que dedique sus mejores energías a esta finalidad y que reflexione sobre los hechos siguientes:
Canarias hoy es una de las comunidades autónomas con menor crecimiento económico; tenemos la tasa de desempleo más alta del conjunto del país; padecemos la crisis turística más aguda dentro del sector a nivel nacional; perdemos nuestra condición de región objetivo 1 y, por consiguiente, fondos estructurales europeos; padecemos graves incertidumbres sobre el futuro de nuestra agricultura; soportamos el coste de la crisis energética más que ninguna otra comunidad ya que dependemos absolutamente del petróleo y al parecer nadie se ha preocupado excesivamente de desarrollar energías alternativas. ¡Para que seguir!.
Canarias no necesita explosiones de histeria o esquizofrenia insularista, como tampoco necesita exaltaciones patrioteras de algo que enorgullece a todos los canarios, cualquiera que sea la isla donde se encuentren o donde hayan nacido y mucho menos necesita que se produzcan pleitos artificiales derivados de la esquizofrenia de algunos. Canarias necesita respuestas basadas en la capacidad de su gobierno para afrontar los problemas con decisiones racionales y comprensivas para el conjunto de sus ciudadanos. Programas y decisiones que podemos ofrecer y proponer en un contexto de sosiego, respeto y equilibrio, algo de lo que al parecer el editorialista maniqueo carece y desgraciadamente también el actual Gobierno de Canarias.
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*El Grupo "G" Tamarán es parte integrante del Grupo de Opinión Tamarán y está constituido por diferentes personas. En esta ocasión lo encabeza Óscar Bergasa Perdomo.
1 comentario
J.Jorge Naranjo Israel -
Este tipo ò no ha venido nunca aqui, ò es un indocumentado ò lo que es peor , es un sinverguenza.