La resurrección de los muertos
JULIO MONTSERRAT DARIAS
Antes de entrar en el asunto que me trae a estas páginas, debo decir que el director del Instituto Canario de Estadística no me ofrece ninguna credibilidad por su postura partidista, acreditada desde su nombramiento, de pretender y lograr el traslado de la sede de dicho Instituto a Tenerife.
De que el personal de ATI llega a lo estrambótico ya nos dieron prueba el señor Hermoso Rojas y sus ediles cuando aprobaron, por arte de birlibirloque, una moción donde transmitían al pueblo santacrucero que Cristóbal Colón no estuvo nunca en Gran Canaria. Síntoma clamoroso de padecimiento de una esquizofrenia obsesiva cuya pretensión es la de difuminar, anular o borrar del mapa a nuestra isla.
Sé que esta gente de ATI tiene unas prisas tremendas para que la hegemonía de Tenerife sea total y absoluta en todos los aspectos, no en vano la prensa chicharrera azuza a los políticos para que nombren cuanto antes a la capital tinerfeña como única capital de Canarias y el índice de población es un dato recurrente para este fin, por lo que, a lo mejor, el director Magnífico del Istac se ha puesto manos a la obra.
Si los datos de población publicados por el Istac son ciertos, y no ha resucitado a muertos, entonces vienen a confirmar que los centros productivos se han desplazado, sin lugar a dudas, desde Gran Canaria a Tenerife, pues sabemos cómo se han valido de toda clase de artimañas para que la industria, servicios, etc., se trasladen a Tenerife, logrando en 25 años lo que a los grancanarios les costó 500 años de honesto trabajo. Contando, eso sí, con el beneplácito de nuestros políticos, pero también del pueblo grancanario al que parece que su futuro le importa un pito, aunque quiero pensar que está dormido.
Mientras nos gobernábamos provincialmente, es decir, cada cual con lo suyo, vivíamos sin estos sobresaltos. Sobresaltos que no acabarán con lo aquí narrado, ya que nos espera la operación maniatar al Puerto de la Luz que consistiría en que el control del mismo pasara a manos de ATI, quienes lo dejarían morir por inanición.
Grancanario, ¿para cuándo la doble autonomía?
Antes de entrar en el asunto que me trae a estas páginas, debo decir que el director del Instituto Canario de Estadística no me ofrece ninguna credibilidad por su postura partidista, acreditada desde su nombramiento, de pretender y lograr el traslado de la sede de dicho Instituto a Tenerife.
De que el personal de ATI llega a lo estrambótico ya nos dieron prueba el señor Hermoso Rojas y sus ediles cuando aprobaron, por arte de birlibirloque, una moción donde transmitían al pueblo santacrucero que Cristóbal Colón no estuvo nunca en Gran Canaria. Síntoma clamoroso de padecimiento de una esquizofrenia obsesiva cuya pretensión es la de difuminar, anular o borrar del mapa a nuestra isla.
Sé que esta gente de ATI tiene unas prisas tremendas para que la hegemonía de Tenerife sea total y absoluta en todos los aspectos, no en vano la prensa chicharrera azuza a los políticos para que nombren cuanto antes a la capital tinerfeña como única capital de Canarias y el índice de población es un dato recurrente para este fin, por lo que, a lo mejor, el director Magnífico del Istac se ha puesto manos a la obra.
Si los datos de población publicados por el Istac son ciertos, y no ha resucitado a muertos, entonces vienen a confirmar que los centros productivos se han desplazado, sin lugar a dudas, desde Gran Canaria a Tenerife, pues sabemos cómo se han valido de toda clase de artimañas para que la industria, servicios, etc., se trasladen a Tenerife, logrando en 25 años lo que a los grancanarios les costó 500 años de honesto trabajo. Contando, eso sí, con el beneplácito de nuestros políticos, pero también del pueblo grancanario al que parece que su futuro le importa un pito, aunque quiero pensar que está dormido.
Mientras nos gobernábamos provincialmente, es decir, cada cual con lo suyo, vivíamos sin estos sobresaltos. Sobresaltos que no acabarán con lo aquí narrado, ya que nos espera la operación maniatar al Puerto de la Luz que consistiría en que el control del mismo pasara a manos de ATI, quienes lo dejarían morir por inanición.
Grancanario, ¿para cuándo la doble autonomía?
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