El porqué del colapso en las urgencias sanitarias
BERNARDO MEDINA RODRÍGUEZ*
Canarias tiene una de las economías más dinámicas en el conjunto de comunidades autónomas, con un crecimiento de su PIB unos tres puntos por encima de la media española. Paralelamente a este crecimiento económico nuestra población aumenta a un ritmo del 3 %, frente al 1,2 % de media en el Estado.
En 2003 según el Istac, éramos 1.843.755 habitantes, a los que hay que sumar una importante población flotante de más de 10 millones de turistas anuales, que suponen una presión demográfica permanente a las infraestructuras de 216.000 personas como mínimo. A lo anterior hay que añadir a los sin papeles. Increíblemente la financiación sanitaria por parte del Estado a Canarias, se basa en los criterios poblacionales establecidos en el año 1999, lo que nos lleva a estar por debajo de otras comunidades en cuanto a financiación. No ha existido voluntad política en buscar la corresponsabilidad del Estado con Canarias, ni de nuestros políticos en reclamarla y obtener resultados tangibles más allá de la mera queja verbal, y para de contar. Ese factor y otros, nos llevan a la existencia de profundas desigualdades en los recursos sanitarios entre comunidades autónomas, diferencias que en algunos casos pueden llegar a ser del 40 al 50 % entre las comunidades mejor y peor dotadas. Ese diferencial de financiación entre la que más recibe y la que menos se ha elevado en el periodo 2002-2004, de 191 a 483 euros por habitante y año.
El gasto por facturación farmacéutica canario es de los mayores del Estado, con una pésima gestión en esa materia por parte de los responsables sanitarios, que precisa de un urgente control y racionalización. Del gasto público en sanidad en nuestro Archipiélago, ese capítulo se lleva el 20% del presupuesto total que se destina a bienes y servicios. Absolutamente descabellado; máxime cuando se destina el 46% de ese presupuesto a servicios hospitalarios y tan sólo el 11,8% a la atención primaria. Cómo va a funcionar el sistema sanitario canario con esas variables, que deberían ruborizar a gestores y políticos. Y encima todo un presidente del Gobierno canario se mofa de nosotros, afirmando que la responsable del colapso en nuestra sanidad es la gripe. Cuando bajo su responsabilidad el sector privado concertado ha ganado un peso considerable en la provisión pública de la asistencia hospitalaria, en sólo tres islas se concierta con un mínimo de 26 centros privados. Mientras se dedica un 65% del gasto sanitario a la asistencia pública, se dedica un 35% a pagar asistencia concertada privada. Un par de datos ilustrativos: se conciertan más de 2.280 camas con el sector privado y se realizan en esos centros más de 36.249 intervenciones quirúrgicas, a costa del erario público. Mientras se invierte en infraestructuras públicas, por una nefasta política de personal, tenemos el número de médicos colegiados, así como de enfermeros, menor que la media. Por cada 100.000 habitantes, Canarias tiene 394 médicos, la media española es de 478. Y 380 enfermeros frente a 497 de media en España. Igualmente tenemos el peor abanico salarial de todo el Estado, donde se paga peor a los que menos cobran, considerados como trabajadores de segunda clase, con peores retribuciones y menor reconocimiento profesional: más de 8.570 trabajadores de los grupos C, D y E de 25 categorías profesionales diversas. En lucha por un salario digno en la actualidad. Tenemos una estancia media en hospitales del SCS de 9,8 días, una cifra demasiado alta y que genera poca rotación en la ocupación.
Les aseguro que la cifra de indicadores inadecuados, utilizando una terminología cariñosa, es para llenar multitud de folios, por esa mala gestión de lo público. La sanidad privada canaria parasita de lo público, y de qué manera. Mientras en España es la responsable del 20% del gasto sanitario total, en Canarias lo es del 35%. A causa de la gripe probablemente, de nuevo.
Si a lo anterior añadimos que tenemos 100.000 personas mayores de 65 años con algún tipo de dependencia y que necesitan cuidados, y tan sólo tenemos 1.323 camas geriátricas, frente a 8.491 camas hospitalarias, es fácil deducir, que el problema en los servicios de Urgencias Hospitalarias, extra Hospitalarias, y la deplorable situación en Atención Primaria, es sólo la punta del iceberg, de un mal que va mucho más allá que un simple constipado. El 60% del tiempo de los profesionales de Primaria lo dedican a los mayores de 65 años, y sin embargo tenemos uno de los peores indicadores en cuanto a atención domiciliaria, centros de día, de media estancia, etc. Siendo muy pobre la aplicación de sistemas y procesos que permitan la permanencia del mayor en su entorno sociofamiliar. Los servicios de urgencias son su único recurso, un drama en toda regla, por la ausencia de una atención integral y de políticas sanitarias y sociosanitarias que no están coordinadas, ni definidas.
Sí, señor Adán Martín, las 22.577 reclamaciones, la mitad por las listas de espera seguramente estuvieron motivadas por los resfriados. Y tener que esperar 217 días por una cita para el alergólogo y 99 días para el ginecólogo, también. Fuerte gripe cristiano.
Mientras el gasto público sanitario en Canarias prácticamente se ha triplicado en la última década, muchos gestores y políticos se han dedicado a despilfarrar ese dinero. Por favor, seamos serios, tenemos la asistencia hospitalaria mejor dotada de la media del conjunto español, las cifras ahí están para quien desee consultarlas. Falta voluntad política y de gestión para que el sector público funcione, con plantillas adecuadas, quirófanos abiertos de mañana y tarde, abrir las plantas cerradas, confiar en su personal, motivarlo y pagarle adecuadamente. Pero eso no interesa al señor de la gripe, por las poderosas razones de los 23 centros hospitalarios privados, más de 12 en Tenerife, más de 10 en Gran Canaria y alguno en Lanzarote, y cuando los hospitales privados producen el 37% de las altas hospitalarias de Canarias y el 19% de las consultas en hospitales. Sin contar los centros de geriatría privados. Puro negocio la gripe por lo que se ve.
Iluso de mí, todavía entiendo la salud como un derecho y un compromiso social de primera magnitud. O mucho me equivoco, o la población se va a levantar indignada contra estos atropellos.
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* Responsable de Comunicación de la Federación de Salud de Intersindical Canaria
Canarias tiene una de las economías más dinámicas en el conjunto de comunidades autónomas, con un crecimiento de su PIB unos tres puntos por encima de la media española. Paralelamente a este crecimiento económico nuestra población aumenta a un ritmo del 3 %, frente al 1,2 % de media en el Estado.
En 2003 según el Istac, éramos 1.843.755 habitantes, a los que hay que sumar una importante población flotante de más de 10 millones de turistas anuales, que suponen una presión demográfica permanente a las infraestructuras de 216.000 personas como mínimo. A lo anterior hay que añadir a los sin papeles. Increíblemente la financiación sanitaria por parte del Estado a Canarias, se basa en los criterios poblacionales establecidos en el año 1999, lo que nos lleva a estar por debajo de otras comunidades en cuanto a financiación. No ha existido voluntad política en buscar la corresponsabilidad del Estado con Canarias, ni de nuestros políticos en reclamarla y obtener resultados tangibles más allá de la mera queja verbal, y para de contar. Ese factor y otros, nos llevan a la existencia de profundas desigualdades en los recursos sanitarios entre comunidades autónomas, diferencias que en algunos casos pueden llegar a ser del 40 al 50 % entre las comunidades mejor y peor dotadas. Ese diferencial de financiación entre la que más recibe y la que menos se ha elevado en el periodo 2002-2004, de 191 a 483 euros por habitante y año.
El gasto por facturación farmacéutica canario es de los mayores del Estado, con una pésima gestión en esa materia por parte de los responsables sanitarios, que precisa de un urgente control y racionalización. Del gasto público en sanidad en nuestro Archipiélago, ese capítulo se lleva el 20% del presupuesto total que se destina a bienes y servicios. Absolutamente descabellado; máxime cuando se destina el 46% de ese presupuesto a servicios hospitalarios y tan sólo el 11,8% a la atención primaria. Cómo va a funcionar el sistema sanitario canario con esas variables, que deberían ruborizar a gestores y políticos. Y encima todo un presidente del Gobierno canario se mofa de nosotros, afirmando que la responsable del colapso en nuestra sanidad es la gripe. Cuando bajo su responsabilidad el sector privado concertado ha ganado un peso considerable en la provisión pública de la asistencia hospitalaria, en sólo tres islas se concierta con un mínimo de 26 centros privados. Mientras se dedica un 65% del gasto sanitario a la asistencia pública, se dedica un 35% a pagar asistencia concertada privada. Un par de datos ilustrativos: se conciertan más de 2.280 camas con el sector privado y se realizan en esos centros más de 36.249 intervenciones quirúrgicas, a costa del erario público. Mientras se invierte en infraestructuras públicas, por una nefasta política de personal, tenemos el número de médicos colegiados, así como de enfermeros, menor que la media. Por cada 100.000 habitantes, Canarias tiene 394 médicos, la media española es de 478. Y 380 enfermeros frente a 497 de media en España. Igualmente tenemos el peor abanico salarial de todo el Estado, donde se paga peor a los que menos cobran, considerados como trabajadores de segunda clase, con peores retribuciones y menor reconocimiento profesional: más de 8.570 trabajadores de los grupos C, D y E de 25 categorías profesionales diversas. En lucha por un salario digno en la actualidad. Tenemos una estancia media en hospitales del SCS de 9,8 días, una cifra demasiado alta y que genera poca rotación en la ocupación.
Les aseguro que la cifra de indicadores inadecuados, utilizando una terminología cariñosa, es para llenar multitud de folios, por esa mala gestión de lo público. La sanidad privada canaria parasita de lo público, y de qué manera. Mientras en España es la responsable del 20% del gasto sanitario total, en Canarias lo es del 35%. A causa de la gripe probablemente, de nuevo.
Si a lo anterior añadimos que tenemos 100.000 personas mayores de 65 años con algún tipo de dependencia y que necesitan cuidados, y tan sólo tenemos 1.323 camas geriátricas, frente a 8.491 camas hospitalarias, es fácil deducir, que el problema en los servicios de Urgencias Hospitalarias, extra Hospitalarias, y la deplorable situación en Atención Primaria, es sólo la punta del iceberg, de un mal que va mucho más allá que un simple constipado. El 60% del tiempo de los profesionales de Primaria lo dedican a los mayores de 65 años, y sin embargo tenemos uno de los peores indicadores en cuanto a atención domiciliaria, centros de día, de media estancia, etc. Siendo muy pobre la aplicación de sistemas y procesos que permitan la permanencia del mayor en su entorno sociofamiliar. Los servicios de urgencias son su único recurso, un drama en toda regla, por la ausencia de una atención integral y de políticas sanitarias y sociosanitarias que no están coordinadas, ni definidas.
Sí, señor Adán Martín, las 22.577 reclamaciones, la mitad por las listas de espera seguramente estuvieron motivadas por los resfriados. Y tener que esperar 217 días por una cita para el alergólogo y 99 días para el ginecólogo, también. Fuerte gripe cristiano.
Mientras el gasto público sanitario en Canarias prácticamente se ha triplicado en la última década, muchos gestores y políticos se han dedicado a despilfarrar ese dinero. Por favor, seamos serios, tenemos la asistencia hospitalaria mejor dotada de la media del conjunto español, las cifras ahí están para quien desee consultarlas. Falta voluntad política y de gestión para que el sector público funcione, con plantillas adecuadas, quirófanos abiertos de mañana y tarde, abrir las plantas cerradas, confiar en su personal, motivarlo y pagarle adecuadamente. Pero eso no interesa al señor de la gripe, por las poderosas razones de los 23 centros hospitalarios privados, más de 12 en Tenerife, más de 10 en Gran Canaria y alguno en Lanzarote, y cuando los hospitales privados producen el 37% de las altas hospitalarias de Canarias y el 19% de las consultas en hospitales. Sin contar los centros de geriatría privados. Puro negocio la gripe por lo que se ve.
Iluso de mí, todavía entiendo la salud como un derecho y un compromiso social de primera magnitud. O mucho me equivoco, o la población se va a levantar indignada contra estos atropellos.
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* Responsable de Comunicación de la Federación de Salud de Intersindical Canaria
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