El clan de la avaricia
FRANCISCO J. CHAVANEL
Introducción del primer programa "El espejo canario" emitido por la nueva emisora de radio CanariasAhora Radio.
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Señoras y señores, buenos días. Bienvenidos a esta nueva etapa que hoy estrenamos en CANARIAS AHORA RADIO.
Lo diré claramente, con el objeto de despejar cualquier duda y desde el promontorio de alguien que fue testigo presencial de los hechos que aquí se comentan: en la provincia de Las Palmas funciona un lobby, un conglomerado de intereses espúreos, que yo denomino EL CLAN DE LA AVARICIA. Forman parte de este club los señores Eustasio López; su hombre de confianza, el actual consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias, José Carlos Mauricio; el empresario Germán Suárez, y el presidente de Canarias7, y ex director de la Caja de Ahorros, Juan Francisco García González.
Dicho grupo se funda en el otoño de 2003, varios meses después de las elecciones autonómicas y locales, donde se consagra el nacimiento de lo que yo irónicamente bauticé en mis artículos EL PARAISO DEL CENTRO DERECHA, una alianza política entre Adán Martín y Paulino Rivero, por la provincia de Tenerife, y del citado Mauricio y José Manuel Soria, por la provincia de Las Palmas.
En el otoño de 2003 los cuatro destacados miembros del CLAN DE LA AVARICIA inician sus reuniones secretas en casa de Germán Suárez, patrocinador del primer encuentro Mauricio/Juan Francisco García en el mismo lugar apenas un mes antes. Son reuniones que se desarrollan todos los lunes de primero de mes, en las que los papeles de cada uno de los presentes queda claro desde el primer día. Eustasio López es el hombre del turismo; Germán Suárez, el del puerto; Mauricio, el responsable de resolver los problemas políticos que surjan; y García González, el encaregado de traducir mediáticamente lo que allí se decida. Estas reuniones no son nuevas para el señor Mauricio. Se parecen mucho a las que su persona lideró en la legislatura anterior, cuando sus acompañantes eran los entonces presidentes de la Confederación Canaria de Empresarios, y Cámara de Comercio, Alberto Cabré y Angel Ferrera, respectivamente , reuniones que, igual que éstas, se celebraban todos los lunes primeros de cada mes en la sede de Toyota. De modo que esta querencia de Mauricio por los empresarios, ese frente común donde se mezclan sin barreras, y de manera premeditada, política y negocios, lo que, en rigor, se llama lisa y llanamente TRAFICO DE INFLUENCIAS, no es nuevo. Lo único nuevo es el cambio de socios.
Considerando que Mauricio y Eustasio López son hoy por hoy la misma cosa, y que Mauricio en su relación con López más parece su Andreotti representando la bastardía de sus intereses, y que por representarlos se va a Nueva York a intentar cerrar la construcción de Veneguera, por ejemplo, o recibe, en compensación a sus esfuerzos, un terreno gratis para ubicar un chalé en Santa Brígida, que muchos ciudadanos deberían ver por dentro para que observen cómo un comunista es capaz de ahorrar 200 millones de pesetas ganando escasamente diez millones de pesetas al año, lo difícil fue convencer a Germán Suárez y, sobre todo, a García González de que se unieran al club.
Para ser sinceros el cambio de caballo de Germán Suárez fue relativamente sencillo. Lo impulsó él mismo. El propietario de Astican se ha acostumbrado en los últimos años a cambiar de piel a velocidad de vértigo, según quien sea el que manda. Ya estuvo con Mauricio cuando desembarcó en la UD Las Palmas en 1996, asistió al autohomenaje que se organizó el conseguidor en el Hotel Santa Catalina en diciembre de 1999, le concedió, siendo directivo, la medalla de oro de la UD Las Palmas, y es la UD Las Palmas, precisamente, quien los separa, cuando Mauricio,
intentando huir del linchamiento público que lo consideraba culpable de los desatinos económicos de la UD a causa de su permanente intervencionismo político, exige el cese de Sabino López, mano derecha de Germán Suárez, y buen conocedor de sus secretos más íntimos, fichajes, Magnifica Trading, y demás operaciones de maquillaje presupuestaria. Suárez, como algunos otros empresarios, se lanzó a los brazos del entonces presidente Román Rodríguez, que venía reclamando liderazgo y capacidad de decisión en la política local, frente a Mauricio, Adán Martín, y Soria. Rodríguez, con la ayuda de los citados fichajes, consigue varios éxitos importantes: a) colocar a Antonio Rivero en la Confederación (luego Rivero saldría rana); b) ubicar a José Miguel Suárez Gil en la Cámara cuando, en realidad, Suárez Gil era un mauricista camuflado; y c) cerrar la operación de compra de Binter, donde uno de los beneficiados fue Germán Suárez y su grupo de empresarios amigos Debe quedar para la historia que Juan Francisco García también fue invitado a participar en este negocio sabrosísimo, pues Binter costó poco más de 6.000 millones de pesetas cuando ganaba 1.500 de millones de pesetas netos al año, pero García, que primero dijo que sí, no se atrevió por temor a parecer ante los jueces, fiscales, y opinión pública en general, como demasiado avaricioso, en un instante donde aún no se había sustanciado la querella que, curiosamente, había impulsado Mauricio en el año 2000, en la que le acusaba de haber causado un quebranto patrimonial a la Caja de Ahorros en casi 6.000 millones de pesetas.
De modo que si la captación por parte de Mauricio de Germán Suárez resultó facilísima, pues la deslealtad forma parte del comportamiento tradicional de nuestro empresariado, la de Juan Francisco García González, en cambio, necesitó de algún golpe de suerte. Dicho golpe surgió a través de la compra por parte de García González de un paquete importante de acciones, que le otorgaban la mayoría en el seno del consejo de administración de Coprensa, madre de Inforcasa, la empresa editoria de CANARIAS7. García, con aviesas artes, se deshace de sus socios desde que el periódico se fundara en 1982, Severiano Déniz y Francisco Ramos, y a sus espaldas, pese a haber firmado los tres un contrato de sindicación de acciones, García y sus hombres se reúnen por separado con un grupo de accionistas, y por una cantidad ridícula de dinero logra prácticamente el 50% de las acciones de INFORCASA. Añado queCANARIAS7 recibió una propuesta de venta en el otoño del año 1999 por valor de 8.000 millones de pesetas, propuesta efectuada por el Banco de Santander, en los tiempos en que Emilio Botín, presidente de la entidad, vivía prendado de la idea de urbanizar Veneguera, de cuya sociedad posee el 75%, estando el otro 25% en manos de Eustasio López. García se gastó menos de 300 millones de pesetas en lograr la mayoría accionarial de Coprensa. Si algún accionista está escuchando esto que piense, medite, contraste los datos, y saque sus cuentas. Haya firmado lo que haya firmado, ha vendido a precio de baratillo lo que costaba diez veces más como mínimo.
Introducción del primer programa "El espejo canario" emitido por la nueva emisora de radio CanariasAhora Radio.
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Señoras y señores, buenos días. Bienvenidos a esta nueva etapa que hoy estrenamos en CANARIAS AHORA RADIO.
Lo diré claramente, con el objeto de despejar cualquier duda y desde el promontorio de alguien que fue testigo presencial de los hechos que aquí se comentan: en la provincia de Las Palmas funciona un lobby, un conglomerado de intereses espúreos, que yo denomino EL CLAN DE LA AVARICIA. Forman parte de este club los señores Eustasio López; su hombre de confianza, el actual consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Canarias, José Carlos Mauricio; el empresario Germán Suárez, y el presidente de Canarias7, y ex director de la Caja de Ahorros, Juan Francisco García González.
Dicho grupo se funda en el otoño de 2003, varios meses después de las elecciones autonómicas y locales, donde se consagra el nacimiento de lo que yo irónicamente bauticé en mis artículos EL PARAISO DEL CENTRO DERECHA, una alianza política entre Adán Martín y Paulino Rivero, por la provincia de Tenerife, y del citado Mauricio y José Manuel Soria, por la provincia de Las Palmas.
En el otoño de 2003 los cuatro destacados miembros del CLAN DE LA AVARICIA inician sus reuniones secretas en casa de Germán Suárez, patrocinador del primer encuentro Mauricio/Juan Francisco García en el mismo lugar apenas un mes antes. Son reuniones que se desarrollan todos los lunes de primero de mes, en las que los papeles de cada uno de los presentes queda claro desde el primer día. Eustasio López es el hombre del turismo; Germán Suárez, el del puerto; Mauricio, el responsable de resolver los problemas políticos que surjan; y García González, el encaregado de traducir mediáticamente lo que allí se decida. Estas reuniones no son nuevas para el señor Mauricio. Se parecen mucho a las que su persona lideró en la legislatura anterior, cuando sus acompañantes eran los entonces presidentes de la Confederación Canaria de Empresarios, y Cámara de Comercio, Alberto Cabré y Angel Ferrera, respectivamente , reuniones que, igual que éstas, se celebraban todos los lunes primeros de cada mes en la sede de Toyota. De modo que esta querencia de Mauricio por los empresarios, ese frente común donde se mezclan sin barreras, y de manera premeditada, política y negocios, lo que, en rigor, se llama lisa y llanamente TRAFICO DE INFLUENCIAS, no es nuevo. Lo único nuevo es el cambio de socios.
Considerando que Mauricio y Eustasio López son hoy por hoy la misma cosa, y que Mauricio en su relación con López más parece su Andreotti representando la bastardía de sus intereses, y que por representarlos se va a Nueva York a intentar cerrar la construcción de Veneguera, por ejemplo, o recibe, en compensación a sus esfuerzos, un terreno gratis para ubicar un chalé en Santa Brígida, que muchos ciudadanos deberían ver por dentro para que observen cómo un comunista es capaz de ahorrar 200 millones de pesetas ganando escasamente diez millones de pesetas al año, lo difícil fue convencer a Germán Suárez y, sobre todo, a García González de que se unieran al club.
Para ser sinceros el cambio de caballo de Germán Suárez fue relativamente sencillo. Lo impulsó él mismo. El propietario de Astican se ha acostumbrado en los últimos años a cambiar de piel a velocidad de vértigo, según quien sea el que manda. Ya estuvo con Mauricio cuando desembarcó en la UD Las Palmas en 1996, asistió al autohomenaje que se organizó el conseguidor en el Hotel Santa Catalina en diciembre de 1999, le concedió, siendo directivo, la medalla de oro de la UD Las Palmas, y es la UD Las Palmas, precisamente, quien los separa, cuando Mauricio,
intentando huir del linchamiento público que lo consideraba culpable de los desatinos económicos de la UD a causa de su permanente intervencionismo político, exige el cese de Sabino López, mano derecha de Germán Suárez, y buen conocedor de sus secretos más íntimos, fichajes, Magnifica Trading, y demás operaciones de maquillaje presupuestaria. Suárez, como algunos otros empresarios, se lanzó a los brazos del entonces presidente Román Rodríguez, que venía reclamando liderazgo y capacidad de decisión en la política local, frente a Mauricio, Adán Martín, y Soria. Rodríguez, con la ayuda de los citados fichajes, consigue varios éxitos importantes: a) colocar a Antonio Rivero en la Confederación (luego Rivero saldría rana); b) ubicar a José Miguel Suárez Gil en la Cámara cuando, en realidad, Suárez Gil era un mauricista camuflado; y c) cerrar la operación de compra de Binter, donde uno de los beneficiados fue Germán Suárez y su grupo de empresarios amigos Debe quedar para la historia que Juan Francisco García también fue invitado a participar en este negocio sabrosísimo, pues Binter costó poco más de 6.000 millones de pesetas cuando ganaba 1.500 de millones de pesetas netos al año, pero García, que primero dijo que sí, no se atrevió por temor a parecer ante los jueces, fiscales, y opinión pública en general, como demasiado avaricioso, en un instante donde aún no se había sustanciado la querella que, curiosamente, había impulsado Mauricio en el año 2000, en la que le acusaba de haber causado un quebranto patrimonial a la Caja de Ahorros en casi 6.000 millones de pesetas.
De modo que si la captación por parte de Mauricio de Germán Suárez resultó facilísima, pues la deslealtad forma parte del comportamiento tradicional de nuestro empresariado, la de Juan Francisco García González, en cambio, necesitó de algún golpe de suerte. Dicho golpe surgió a través de la compra por parte de García González de un paquete importante de acciones, que le otorgaban la mayoría en el seno del consejo de administración de Coprensa, madre de Inforcasa, la empresa editoria de CANARIAS7. García, con aviesas artes, se deshace de sus socios desde que el periódico se fundara en 1982, Severiano Déniz y Francisco Ramos, y a sus espaldas, pese a haber firmado los tres un contrato de sindicación de acciones, García y sus hombres se reúnen por separado con un grupo de accionistas, y por una cantidad ridícula de dinero logra prácticamente el 50% de las acciones de INFORCASA. Añado queCANARIAS7 recibió una propuesta de venta en el otoño del año 1999 por valor de 8.000 millones de pesetas, propuesta efectuada por el Banco de Santander, en los tiempos en que Emilio Botín, presidente de la entidad, vivía prendado de la idea de urbanizar Veneguera, de cuya sociedad posee el 75%, estando el otro 25% en manos de Eustasio López. García se gastó menos de 300 millones de pesetas en lograr la mayoría accionarial de Coprensa. Si algún accionista está escuchando esto que piense, medite, contraste los datos, y saque sus cuentas. Haya firmado lo que haya firmado, ha vendido a precio de baratillo lo que costaba diez veces más como mínimo.
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