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La Voz de Gran Canaria

Insularismo grancanario

Insularismo grancanario JOSÉ A. ALEMÁN

CC (ATI, o sea) ya sopesa los pros y los contras de la ruptura con el PP. Entre sus preocupaciones figura cómo reaccionará Soria cuando se devuelvan mutuamente las cartas y el rosario. Dan por sentado, los áticos, que se atrincherará en un discurso insularista difícil de contrarrestar porque en Gran Canaria los psocialistas, sus probables nuevos socios, no están para echarles un vals y continúa la crisis en CC. Consideran clave superar esta crisis para armarse frente al discurso insularista que esperan de Soria.

Me parece muy bien, si así lo ven. Lo gracioso es que el principal elemento de preocupación sea la sensibilidad insularista grancanaria, nada menos, que capitalizaría Soria, despechado. Acabáramos. Tiene tela que ATI, nacida y crecida con el insularismo; que hizo ideología de las confrontaciones interinsulares como emanación de la naturaleza política canaria; que alimenta al periódico El Día, sustentado por el odio a cuanto pinte de amarillo (el color de los locos, por cierto), hable de la sensibilidad insularista de una isla que ha rechazado en las urnas, rotundamente y no pocas veces, a cuantos grupos intentaron, una y otra vez, convertirse en “la ATI de Gran Canaria” mediante propuestas insularistas de signo contrario.

Poca vergüenza o falta de ignorancia la de ATI. Por eso conviene recordar que los éxitos electorales de Soria nada tienen que ver con el insularismo. Comenzaron con su primera alcaldía de Las Palmas, a la que llegó precisamente porque quienes luego se integrarían en CC llevaron al Ayuntamiento al desastre con los alcaldes a tiempo parcial que se inventara Mauricio. La situación llegó a ser tan grave que muchos, entre los que me cuento, prefirieron probar con Soria para ponerle remedio a la debacle. Luego Soria salió como salió; pero bien sabemos que los psocialistas y los grupos que después integrarían CC le dieron la alternativa. Era el mal menor en aquel momento. No sé si Soria tirará por el insularismo; pero insisto en que su implantación electoral no le viene por ahí.

La incapacidad autocrítica de ATI es increíble. En su batalla por hacerse con la hegemonía de CC, no sólo descalabró a cuanto grancanario con posibilidades presidenciales se le puso por delante, incumpliendo incluso promesas solemnes, sino que, además, metió en el Gobierno a Mauricio y Mar Julios, en contra de la voluntad de la organización de CC en Gran Canaria. Abrieron los áticos la crisis y echaron sal en las heridas, de acuerdo con su estrategia de control de CC. Desde una óptica insularista pudiera pensarse que el respaldo ático a Mauricio es su recompensa por el desarbolamiento del Ayuntamiento de Las Palmas, por los duros golpes que ha dado a La Caja y por su contribución a liquidar a los presidenciables grancanarios y a marginar a CC de esta isla. Sea lo que sea, ATI alcanzó de este modo lo más alto y ahora, cuando las cañas amenazan convertirse en lanzas, trata de solucionar el problema que ella mismo creó. Pero partiendo de un análisis complaciente para ella y sus cómplices.

Les diré, porque aquí hay que estar aclarando de fijo, que no me va CC Gran Canaria. Sólo digo que ATI jugó contra sus compañeros grancanarios, procuró agudizar los enfrentamientos con la ayuda de Mauricio y que aquellos polvos trajeron estas criaturas.

Aunque esté feo decirlo, hace años, cuando ATI iniciaba su andadura, hablé en La Provincia de su estrategia de crear en Gran Canaria un insularismo que hiciera de enemigo necesario para justificar su antigrancanarismo militante. No tenía mérito la observación, tomada de no recuerdo qué politólogo. Pero lo cierto es que insularismos como el de ATI, al igual que algunos nacionalismos, necesitan un enemigo exterior para legitimarse. Lo que liga con otra observación no menos aguda y también prestada: los políticos son gentes que crean problemas para ponerse luego a resolverlos, con lo que se aseguran el puesto de trabajo. Por eso, cuando se van de vacaciones vivimos los demás más tranquilos, no sé si se han dado cuenta.

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