Declaraciones del Delegado Episcopal de la Diócesis de Canarias, Julio Sánchez, respecto a la ubicación del futuro Arzobispado de Canarias
El historiador y Delegado Episcopal de la Diócesis de Canarias, Julio Sánchez, lamenta los intentos de cierta clase política por torpedear la creación del Arzobispado de Canarias, con plaza en Las Palmas de Gran Canaria.
"Olvidan algunos dirigentes civiles que la Iglesia, cuando toma sus decisiones de esta naturaleza, lo hace con arreglo a criterios pastorales y no de conveniencias territoriales o políticas", explica. "Así lo hizo cuando determinó la creación de la Diócesis tinerfeña, segregada de la de Canarias. El Papa tomó la decisión para atender mejor a los fieles, sin dejar de reconocer que la Diócesis matriz era la de Canarias, establecida en Las Palmas de Gran Canaria, donde se ha desarrollado el mayor número de sínodos, que son los instrumento de legislación y asambleas más importantes de la Iglesia".
Julio Sánchez no se sorprende con el rechazo de algunos políticos tinerfeños a la posible instalación del arzobispado canario en la capital grancanaria. "No es la primera vez -subraya-que recurren a la tergiversación de la historia. No tienen argumentos. Son los mismos personajes que un día negaron solemnemente que Cristóbal Colón hizo escala con sus carabelas en Gran Canaria, camino de América. Estamos ante un insularismo pueril. Para nada debe influir en las decisiones de la Iglesia, que en el caso de nuestra Diócesis ha tenido en las últimas décadas prelados enérgicos a la hora de marcar frontera respecto al poder político. Los episcopados de Pildáin, Infantes Florido y Echarren han sido ejemplares en esto. Son de dominio público algunos hechos polémicos en los que pusieron a determinados políticos en su sitio". "Por suerte, la opinión de gran parte del clero tinerfeño me consta que acepta como natural que el arzobispado canario tenga su sede en Las Palmas, por razones pastorales e históricas", concluye Julio Sánchez.
"Olvidan algunos dirigentes civiles que la Iglesia, cuando toma sus decisiones de esta naturaleza, lo hace con arreglo a criterios pastorales y no de conveniencias territoriales o políticas", explica. "Así lo hizo cuando determinó la creación de la Diócesis tinerfeña, segregada de la de Canarias. El Papa tomó la decisión para atender mejor a los fieles, sin dejar de reconocer que la Diócesis matriz era la de Canarias, establecida en Las Palmas de Gran Canaria, donde se ha desarrollado el mayor número de sínodos, que son los instrumento de legislación y asambleas más importantes de la Iglesia".
Julio Sánchez no se sorprende con el rechazo de algunos políticos tinerfeños a la posible instalación del arzobispado canario en la capital grancanaria. "No es la primera vez -subraya-que recurren a la tergiversación de la historia. No tienen argumentos. Son los mismos personajes que un día negaron solemnemente que Cristóbal Colón hizo escala con sus carabelas en Gran Canaria, camino de América. Estamos ante un insularismo pueril. Para nada debe influir en las decisiones de la Iglesia, que en el caso de nuestra Diócesis ha tenido en las últimas décadas prelados enérgicos a la hora de marcar frontera respecto al poder político. Los episcopados de Pildáin, Infantes Florido y Echarren han sido ejemplares en esto. Son de dominio público algunos hechos polémicos en los que pusieron a determinados políticos en su sitio". "Por suerte, la opinión de gran parte del clero tinerfeño me consta que acepta como natural que el arzobispado canario tenga su sede en Las Palmas, por razones pastorales e históricas", concluye Julio Sánchez.
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