La Cultura, el desempleo y los jardines, claro, en Telde
JESÚS CALZADA NEGRÍN
En estos días me decidí a caminar con unos amigos que visitaban nuestra ciudad y me sentí orgulloso por unas cosas y por otra no. Al pasar por delante de la figura de Gandhi, ya vi que le limpiaron el grafitti muy bien, al menos no se ve sucio. Al adentrarnos poco después en el parque de San Gregorio, observamos una gran piedra con el nombre de los poetas teldenses, impresionante, pero me hicieron la pregunta: ¿ y por qué la Casa de la Cultura se llama Juan Ramón Jiménez? Ahí me quedé callaíto, por no decir exhausto. Nos volvimos a la oficina de desempleo para ver las ofertas de trabajo y me dicen: sí, con 9.000 parados va a ver ofertas. ¿Y la concejala donde está? De vacaciones todo el mes. Eso es preocupante, les dije, y ahí también me quedo exhausto, aunque sé por la prensa que uno está en el puerto currando y la otra, del puerto, trabaja en Telde.
Repentinamente nos vamos a caminar por la avenida de Melenara y me preguntan: ¿qué pasó aquí con los árboles, un incendio? No, les dije, fue una tala incontrolada, pero como hay un nuevo responsable político, pronto estará verdecito. Sí, Con Cariño para Noviembre (CCN) estará todo bien replantadito, aunque en el parque de San Juan los patos al no tener la laguna llena de agua tengan que bañarse en una acequia pequeñita; exhausto me dejaron con sus preguntas mis amigos. Si sigo un poco más termino en la Mutua Universal, pues ya no es Asepeyo.
Mis amigos dicen que hablar con claridad es lo mejor, incluso mi amigo Pepe de La Pardilla, dice que hay que hablar sin tapujos, aunque el presidente del Gobierno venga a Canarias y el máximo de los pepes mande a otros a recibirlo. A eso le llamo agarrar el toro por los cuernos. Ahora sí puedo decir que no estoy exhausto, pues eso sí me lo esperaba.
La verdad sigue ahí fuera, claro, en Telde.
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