El Arzobispado de Canarias y su futura sede
NICOLÁS DÍAZ-SAAVEDRA DE MORALES
En los últimos tiempos los medios de comunicación del Archipiélago se han ocupado de la futura e inexorable creación del Arzobispado de Canarias y de la isla en que debe estar ubicada su sede. Algo se está cociendo... Recientemente en el periódico "La Provincia-Diario de Las Palmas" reconocidos defensores de Gran Canaria han tratado el tema. Clara o subliminalmente expresan su temor de que Gran Canaria sea postergada una vez más en la His-
toria como consecuencia de la indiferente abulia de quienes tienen obligación de mantenerla en el primigenio y principal lugar que le corresponde y, entre otras muchas cosas, conseguir que el Arzobispado, por la entidad espiritual que tiene, sea establecido aquí.
Como soy de los que consideran que, desde el punto de vista histórico-eclesiástico esta Isla es la que cuenta con mejor derecho para Sede de dicho Arzobispado ya que una vez incorporada a la Corona de Castilla fueron establecidos aquí, en Las Palmas (entonces no era "de Gran Canaria" y, además era mas bien conocida por Canaria) el Obispado, el Cabildo Catedral y constituida la Diócesis única a la que quedaron incorporados los Tribunales de la Inquisición y de Las Cruzadas y posteriormente el Seminario Conciliar, que llegó a ostentar la categoría de Universidad Pontificia, por lo que una vez convertida en cabeza de la Iglesia, desde aquí se dirigió el gobierno religioso de la región. Nadie debe ignorar que ca-
da Templo, Ermita, Convento, etc. a construir en cualquiera de las Islas había de contar, preceptivamente, con autorización del Obispado y del Cabildo Catedral de Canarias. Sin ir mas lejos y como ejemplo muy ilustrativo, la designación como Patrona del Archipiélago Canario, que lo fue hasta el año 1914, de la tinerfeña imagen de la Virgen de Candelaria fue
adoptada aquí, por el Obispo Bartolomé García-Ximenez Rabadán y naturalmente, ratificada por el Cabildo Catedral de Canarias, lo que prueba un espíritu regional que ya quisiéramos para estos tiempos...
De todos es bien sabido que en Canarias existieron tres Obispados, en la actualidad inoperan-
tes. El de Telde, establecido en 1351, que aún existe "de iure", el de Betancuria, establecido en 1424, que desconozco si subsiste en la misma situación que el teldense
y el de Rubicón, establecido en 1404, que definitivamente fue trasladado a esta Isla en 1482 dando con ello lugar al nacimiento del Obispado Rubicense-Canariense, hoy conocido por Canariense que, como he dicho, gobernó en solitario la vida religiosa del Archipiélago hasta que en 1819 fue dividido, con la creación del Nivariense. Ahora, con la anunciada reorganización de la Iglesia, antes de la creación del Arzobispado de Canarias habrá de ser
creado un nuevo Obispado en el Archipiélago.
Desde mi modesto punto de vista las Islas a las que asiste mejor derecho para Sede son las de Fuerteventura y Lanzarote. Sin embargo, si el más antiguo de Canarias, el de Telde, fue-
ra reactivado o, en otro caso de poder serlo, el de Betancuria, no sería preciso crear uno de nueva planta. En fin, doctores tiene la Iglesia...
Sería imperdonable que, por carencia de legítima iniciativa y razonada gestión de los grancanarios obligados a ello, el Arzobispado terminase establecido en otra isla, lo que constituiría un verdadero atropello al indudable mejor derecho de Gran Canaria. En intento de evitarlo, en mi propio nombre y en la representación voluntaria de aquellos del pueblo grancanario que piensen como yo, suplico públicamente a las Autoridades religiosas y civiles de la Provincia de Las Palmas que pongan de su parte lo preciso para que fructifiquen las gestiones que, me consta, en su día fueron iniciadas para que la Sede del futuro Arzobispado de Canarias sea establecida en Gran Canaria, Isla que fue cabeza de la Iglesia durante más de tres siglos, aportando sin dilación al Vaticano las pruebas documentales pertinentes que neutralicen de una vez por todas los intentos que, mediante influencia, están llevando a cabo determinados elementos de la fraterna Isla trasera que pretenden, una vez mas, torcer la Historia de Canarias.
En los últimos tiempos los medios de comunicación del Archipiélago se han ocupado de la futura e inexorable creación del Arzobispado de Canarias y de la isla en que debe estar ubicada su sede. Algo se está cociendo... Recientemente en el periódico "La Provincia-Diario de Las Palmas" reconocidos defensores de Gran Canaria han tratado el tema. Clara o subliminalmente expresan su temor de que Gran Canaria sea postergada una vez más en la His-
toria como consecuencia de la indiferente abulia de quienes tienen obligación de mantenerla en el primigenio y principal lugar que le corresponde y, entre otras muchas cosas, conseguir que el Arzobispado, por la entidad espiritual que tiene, sea establecido aquí.
Como soy de los que consideran que, desde el punto de vista histórico-eclesiástico esta Isla es la que cuenta con mejor derecho para Sede de dicho Arzobispado ya que una vez incorporada a la Corona de Castilla fueron establecidos aquí, en Las Palmas (entonces no era "de Gran Canaria" y, además era mas bien conocida por Canaria) el Obispado, el Cabildo Catedral y constituida la Diócesis única a la que quedaron incorporados los Tribunales de la Inquisición y de Las Cruzadas y posteriormente el Seminario Conciliar, que llegó a ostentar la categoría de Universidad Pontificia, por lo que una vez convertida en cabeza de la Iglesia, desde aquí se dirigió el gobierno religioso de la región. Nadie debe ignorar que ca-
da Templo, Ermita, Convento, etc. a construir en cualquiera de las Islas había de contar, preceptivamente, con autorización del Obispado y del Cabildo Catedral de Canarias. Sin ir mas lejos y como ejemplo muy ilustrativo, la designación como Patrona del Archipiélago Canario, que lo fue hasta el año 1914, de la tinerfeña imagen de la Virgen de Candelaria fue
adoptada aquí, por el Obispo Bartolomé García-Ximenez Rabadán y naturalmente, ratificada por el Cabildo Catedral de Canarias, lo que prueba un espíritu regional que ya quisiéramos para estos tiempos...
De todos es bien sabido que en Canarias existieron tres Obispados, en la actualidad inoperan-
tes. El de Telde, establecido en 1351, que aún existe "de iure", el de Betancuria, establecido en 1424, que desconozco si subsiste en la misma situación que el teldense
y el de Rubicón, establecido en 1404, que definitivamente fue trasladado a esta Isla en 1482 dando con ello lugar al nacimiento del Obispado Rubicense-Canariense, hoy conocido por Canariense que, como he dicho, gobernó en solitario la vida religiosa del Archipiélago hasta que en 1819 fue dividido, con la creación del Nivariense. Ahora, con la anunciada reorganización de la Iglesia, antes de la creación del Arzobispado de Canarias habrá de ser
creado un nuevo Obispado en el Archipiélago.
Desde mi modesto punto de vista las Islas a las que asiste mejor derecho para Sede son las de Fuerteventura y Lanzarote. Sin embargo, si el más antiguo de Canarias, el de Telde, fue-
ra reactivado o, en otro caso de poder serlo, el de Betancuria, no sería preciso crear uno de nueva planta. En fin, doctores tiene la Iglesia...
Sería imperdonable que, por carencia de legítima iniciativa y razonada gestión de los grancanarios obligados a ello, el Arzobispado terminase establecido en otra isla, lo que constituiría un verdadero atropello al indudable mejor derecho de Gran Canaria. En intento de evitarlo, en mi propio nombre y en la representación voluntaria de aquellos del pueblo grancanario que piensen como yo, suplico públicamente a las Autoridades religiosas y civiles de la Provincia de Las Palmas que pongan de su parte lo preciso para que fructifiquen las gestiones que, me consta, en su día fueron iniciadas para que la Sede del futuro Arzobispado de Canarias sea establecida en Gran Canaria, Isla que fue cabeza de la Iglesia durante más de tres siglos, aportando sin dilación al Vaticano las pruebas documentales pertinentes que neutralicen de una vez por todas los intentos que, mediante influencia, están llevando a cabo determinados elementos de la fraterna Isla trasera que pretenden, una vez mas, torcer la Historia de Canarias.
4 comentarios
María Moraima Enríquez Arias -
Necesito esos documentos pues estoy en trámites para acogerme a la Ciudadanía Española y la entrevista con la Embajada es el 21 de Octubre del año en curso.
Con gracias anticipadas queda de ustedes,
Atentamente:
Sra: María Moraima Enríquez Arias.
Pueden enviar acuse de recibo a:
e-mail: leococo@rreloj.icrt.cu
dirección particular: Calle Jovellar No. 313, entre M y N, Apto. 12, Plaza de la Revolución, C.P: 10400, La Habana, Cuba.
Teléfono: 8791791
Jorgen Vilches Garcia. -
Un saludo desde Miami.
Jorge Vilches.
Belkis Suarez -
Lucinda Hernández Palmer -
Por la presente les remito este correo en la certeza de que atenderán mi necesidad y tratarán de apoyarme en la gestión que solicito, pues no tengo alternativa para obtener la certificación de nacimiento o Fe de bautismo de mi difunto abuelo y tramitar mi nacionalidad por la Ley de Memoria Histórica. Mi nombre es Lucinda Hernández Palmer y soy ciudadana cubana con ascendencia canaria, por abuelos materno y paterno.
Cómo me resulta virtualmente imposible adquirir la constancia del nacimiento de mi abuela por otra vía, espero contar con vuestro apoyo y servicios para la adquisición de este importante documento a través del correo postal.
Espero poder remitirles los datos que poseo por email.
Gracias,
Lucinda Hernández.