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La Voz de Gran Canaria

No tenemos para donde revolvernos

No tenemos para donde revolvernos JOSÉ A. ALEMÁN

Según me cuentan, por los días en que se hablaba de partido unitario se abrió la posibilidad de afiliación directa a CC, sin necesidad de ir a través de alguno de los partidos integrantes de la cosa nostra de ellos. Dicen que unos cuatrocientos militantes entraron por esa vía y no pocos han ejercido cargos relevantes. Algunos aparecen ahora en la lista alternativa a la dirección insular que les negó su carácter de militantes para anular la lista en que figuran con el humanísimo propósito de no bajarse del machito. Viven de eso y no van a correr el riesgo de que una derrota los obligue a ponerse a trabajar. Después de tantos años el cuerpo se acostumbra a otra cosa y se resiente de cualquier súbito maltrato.

La lista rechazada procede, sin duda, del entorno mauriciano aunque, quizá, sea excesivo calificarla de mauricista. El consejero sólo se ocupa ahora de los grandes dineros y se le caerían los anillos de descender a la puta base para implantarse de nuevo en un territorio que ya tiene vendido. Así, en la lista presuntamente mauricista los hay que nada tienen que ver con él; simplemente, no están de acuerdo o han sido machacados por el sectarismo de Carmelo Ramírez y su dirección insular. Si no los quieren en un lado, han de irse a otro porque no existe tercera vía.

Esa es la madre del cordero, aunque sea cordero con más madres. Según me chisman, los alcaldes que se enfrentaron a Soria y que todo el mundo alinea con Ramírez, comienzan a mostrarle a éste ciertas reticencias. Comparten con él que tampoco quieren a Mauricio, pero distan bastante de cerrar filas con el comandante. Quizá por ahí surja algo políticamente potable, aunque sólo sea para sus respectivos electorados. Lo que ya sería mucho en estos tiempos. Esa querencia, digamos, permite barruntar que la aspiración de Soria (y de Ramírez en lo que pueda, ojo) a dominar la isla no se corresponde a ciertos movimientos profundos. No es extraño el alcalde de Agüimes sea casi el único salvable de entre los nacionalistas para quienes aguardan de él que dé un pasito.

Lo único positivo de la situación es que pone manifiesto que CC es el instrumento de ATI para controlar el archipiélago y que en Gran Canaria hay políticos –Soria y Mauricio entre ellos- dispuestos a colaborar porque es bueno para los negocios. El drama es que quienes se les oponen no son de fiar. Ramírez, además de sus limitaciones personales, estuvo de fiel servidor de ATI+Mauricio hasta el día antes de que éste le diera la primera puñalada. Una imperdonable falta de olfato sin que pueda alegar siquiera que no lo avisamos. No hay para donde revolverse.

El PSC-PSOE es otro que tal baila. El conato de renovación en Gran Canaria, cautamente premiado por los electores con un incremento de su apoyo, lleva camino de acabar en lo de siempre. La poca fuerza del liderazgo regional del partido se ha unido al estilo yoísta de Arcadio Díaz Tejera, que nunca servirá para bodeguero porque no tiene paciencia para esperar a que fermente el mosto ni se asienten las madres. Su ansiedad por ser aclamado líder providencial le induce a moverle la silla al secretario insular José Miguel Pérez a ver si logra que se le caiga el reloj con su leontina.

Es cierto que nada se sabe de lo que éste haciendo Pérez, un político demasiado silencioso. Cuestión de estilo personal. Es posible que quienes viven el día a día del PSOE sepan por donde para, pero fuera de esas cuatro paredes sigue inédito. Tardé en percatarme de que era él a quien señalaba Arcadio Díaz Tejera en su nuevo ataque de redentor apabullante. No hay duda de que tan alcaldable concejal es una mina para los escribidores; pero esa condición no es lo mejor para su partido, para la isla y para el archipiélago necesitada de opciones a tantas escandaleras y cancaburradas.

Lo dicho: no tenemos para donde revolvernos que es el modo isleño de expresar impotencia.

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