Magma que sube
ÁNGEL TRISTÁN PIMIENTA
Cuando los políticos entran en trance regionalista suelen negar en los últimos tiempos que exista el más leve atisbo del ´pleito insular´. Eso ´no viste´ hoy día. Y encima sería reconocer un fracaso compartido por parte de quienes llevan más de una década gobernando la Comunidad Autónoma. A nadie le gusta aparecer como un tramposo, si es la parte activa, o como mínimo un calzonazos, si es la pasiva. Pero la realidad es la realidad y una vez más aflora el conflicto, de la misma manera que el magma está subiendo a la superficie en las faldas del Teide. José Segura, el delegado del Gobierno, sabe perfectamente, y está preparando todos los medios de Protección Civil necesarios, incluyendo máscaras antigás, que de aquí a final de año lo más probable es que pase algo.
Pues de aquí a final de año algo pasará también en Canarias. El letargo y la tinta de calamar de siglas y más siglas, que ocultan temas vitales para el equilibrio del Archipiélago, como es la buena fe contractual, están dando paso a otra nueva crisis, que nada tiene que ver con la gubernamental, una situación en estado latente que forma parte ya del ´acervo´. Digan lo que digan los primeros actores de la película, nacionalistas y populares, y hasta los extras socialistas que ahora tienen puestas todos sus ilusiones en dejar de ser figurantes, aunque sea en el honroso e imprescindible papel de oposición democrática, y pasar al primer plano.
En el fondo de trata de una segunda parte del debate sobre la ´ley de sedes´, también abierto, como el actual, por este periódico. El desequilibrio en las sedes de la administración autonómica fue la consecuencia de un modo perverso de concebir la gobernación regional. El Parlamento tuvo que acometer la tarea de recomponer el equilibrio que fijaba el Estatuto... pero nunca se llegó a desarrollar más allá del papel, que como es sabido, aguanta todo lo que le escriban. Y esto por una poderosa razón: porque la madeja estaba tan liada que, sencillamente, desandar lo andado requería una determinación política que nadie tuvo.
Los primeros en saltar fueron los sindicatos que defendieron el criterio de que "a lo hecho, pecho", e incluso plantearon una cuestión de inconstitucionalidad, resuelta en fechas muy recientes con bastante sentido común por el TC. Y es que, por supuesto, siempre, siempre, siempre, se pueden utilizar argumentos en apariencia razonables para justificar lo injustificable. El arte del disimulo es muy importante. Cada vez que el croupier hace trampa desvía la atención hacia un señuelo. Se trata de mejorar la gestión, elevar la calidad, promover el progreso... pero el resultado es que a ATI se le puede aplicar el dicho de que moro viejo no aprende idiomas.
Es como la pantera del Libro de la Selva, que la pobre tiene que controlar sus ímpetus de pegar el zarpazo. Los empresarios grancanarios, que se han decidido a recriminar a la clase política insular por su pasotismo, cuando no por su complicidad, han reinterpretado convenientemente el desmontaje de la Consejería de Turismo con algunos hitos fundamentales, que ayudan a entender la globalidad: el cierre de los cursos de dirección de Hecansa, la desaparición
de Saturno, del Observatorio Turístico y de Canary Data... mientras las estadísticas demuestran que el número de visitantes de Tenerife supera en más de un millón al de Gran Canaria...sin el recurso natural de las playas. "O los turistas son bobos, o aquí pasa algo", dice un industrial del sector. Pasa algo, claro. "Es muy sospechoso - dice un ´canarión´ malpensado-que siempre que en Gran Canaria se va a hacer algo que no tiene Tenerife aparece algún inconveniente misterioso que lo retrasa. Fíjese usted qué historia más extraña la del palacio de Congresos de Maspalomas, cuyos problemas se van a arreglar una vez que esté inaugurado, casualmente, el de Las Américas. O miremos el caso del Hospital Militar. O el del viejo Pino. Ha llegado a publicarse, y nadie lo ha desmentido, que altos funcionarios han dicho que hasta que Santa Cruz no tenga su centro sociosanitario aquí todo quieto parado".
La viceconsejera de Turismo, Pilar Parejo, y el propio consejero Juan José Herrera Velázquez, han reiterado su criterio de que aquí no pasa nada, que nadie trata de llevarse la Consejería para Tenerife, en el todo o en la parte. Ambos han negado segundas intenciones en el desmantelamiento de Saturno; han dicho, muy alto y muy claro, que cualquier sospecha es infundada. Han puesto de relieve como se sigue trabajando codo con codo con todo el sector, como el empresariado ha participado en la definición de nuevos objetivos... Sí. Pero las sucesivas reuniones al respecto se han celebrado...en Santa Cruz de Tenerife y no en la sede oficial de la Consejería. ¿Es un tema menor?, ¿es algo irrelevante? Según como se mire. Lo mismo se decía antes de que los datos objetivos aconsejaran corregir el norte magnético y elaborar una Ley de Sedes que volviera a reponer el equilibrio estatutario. Por ejemplo: antes la consejería era de Turismo y Transportes.
Ahora es sólo de Turismo. ? A dónde ha ido Transportes?. ¿A Valsendero? Y queda el tema de las cuentas claras. O sea, insularizadas.
Cuando los políticos entran en trance regionalista suelen negar en los últimos tiempos que exista el más leve atisbo del ´pleito insular´. Eso ´no viste´ hoy día. Y encima sería reconocer un fracaso compartido por parte de quienes llevan más de una década gobernando la Comunidad Autónoma. A nadie le gusta aparecer como un tramposo, si es la parte activa, o como mínimo un calzonazos, si es la pasiva. Pero la realidad es la realidad y una vez más aflora el conflicto, de la misma manera que el magma está subiendo a la superficie en las faldas del Teide. José Segura, el delegado del Gobierno, sabe perfectamente, y está preparando todos los medios de Protección Civil necesarios, incluyendo máscaras antigás, que de aquí a final de año lo más probable es que pase algo.
Pues de aquí a final de año algo pasará también en Canarias. El letargo y la tinta de calamar de siglas y más siglas, que ocultan temas vitales para el equilibrio del Archipiélago, como es la buena fe contractual, están dando paso a otra nueva crisis, que nada tiene que ver con la gubernamental, una situación en estado latente que forma parte ya del ´acervo´. Digan lo que digan los primeros actores de la película, nacionalistas y populares, y hasta los extras socialistas que ahora tienen puestas todos sus ilusiones en dejar de ser figurantes, aunque sea en el honroso e imprescindible papel de oposición democrática, y pasar al primer plano.
En el fondo de trata de una segunda parte del debate sobre la ´ley de sedes´, también abierto, como el actual, por este periódico. El desequilibrio en las sedes de la administración autonómica fue la consecuencia de un modo perverso de concebir la gobernación regional. El Parlamento tuvo que acometer la tarea de recomponer el equilibrio que fijaba el Estatuto... pero nunca se llegó a desarrollar más allá del papel, que como es sabido, aguanta todo lo que le escriban. Y esto por una poderosa razón: porque la madeja estaba tan liada que, sencillamente, desandar lo andado requería una determinación política que nadie tuvo.
Los primeros en saltar fueron los sindicatos que defendieron el criterio de que "a lo hecho, pecho", e incluso plantearon una cuestión de inconstitucionalidad, resuelta en fechas muy recientes con bastante sentido común por el TC. Y es que, por supuesto, siempre, siempre, siempre, se pueden utilizar argumentos en apariencia razonables para justificar lo injustificable. El arte del disimulo es muy importante. Cada vez que el croupier hace trampa desvía la atención hacia un señuelo. Se trata de mejorar la gestión, elevar la calidad, promover el progreso... pero el resultado es que a ATI se le puede aplicar el dicho de que moro viejo no aprende idiomas.
Es como la pantera del Libro de la Selva, que la pobre tiene que controlar sus ímpetus de pegar el zarpazo. Los empresarios grancanarios, que se han decidido a recriminar a la clase política insular por su pasotismo, cuando no por su complicidad, han reinterpretado convenientemente el desmontaje de la Consejería de Turismo con algunos hitos fundamentales, que ayudan a entender la globalidad: el cierre de los cursos de dirección de Hecansa, la desaparición
de Saturno, del Observatorio Turístico y de Canary Data... mientras las estadísticas demuestran que el número de visitantes de Tenerife supera en más de un millón al de Gran Canaria...sin el recurso natural de las playas. "O los turistas son bobos, o aquí pasa algo", dice un industrial del sector. Pasa algo, claro. "Es muy sospechoso - dice un ´canarión´ malpensado-que siempre que en Gran Canaria se va a hacer algo que no tiene Tenerife aparece algún inconveniente misterioso que lo retrasa. Fíjese usted qué historia más extraña la del palacio de Congresos de Maspalomas, cuyos problemas se van a arreglar una vez que esté inaugurado, casualmente, el de Las Américas. O miremos el caso del Hospital Militar. O el del viejo Pino. Ha llegado a publicarse, y nadie lo ha desmentido, que altos funcionarios han dicho que hasta que Santa Cruz no tenga su centro sociosanitario aquí todo quieto parado".
La viceconsejera de Turismo, Pilar Parejo, y el propio consejero Juan José Herrera Velázquez, han reiterado su criterio de que aquí no pasa nada, que nadie trata de llevarse la Consejería para Tenerife, en el todo o en la parte. Ambos han negado segundas intenciones en el desmantelamiento de Saturno; han dicho, muy alto y muy claro, que cualquier sospecha es infundada. Han puesto de relieve como se sigue trabajando codo con codo con todo el sector, como el empresariado ha participado en la definición de nuevos objetivos... Sí. Pero las sucesivas reuniones al respecto se han celebrado...en Santa Cruz de Tenerife y no en la sede oficial de la Consejería. ¿Es un tema menor?, ¿es algo irrelevante? Según como se mire. Lo mismo se decía antes de que los datos objetivos aconsejaran corregir el norte magnético y elaborar una Ley de Sedes que volviera a reponer el equilibrio estatutario. Por ejemplo: antes la consejería era de Turismo y Transportes.
Ahora es sólo de Turismo. ? A dónde ha ido Transportes?. ¿A Valsendero? Y queda el tema de las cuentas claras. O sea, insularizadas.
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