"Si el PP hubiese querido, hoy habría oficina del Parlamento en Gran Canaria"
Entrevista a JOSE MIGUEL BRAVO DE LAGUNA
Recientemente ofreció usted una conferencia en Estados Unidos sobre la construcción europea y aprovechó la ocasión para explicar las singularidades del sistema económico y fiscal de Canarias. ¿Hay interés allí por invertir en las Islas?
- Tuve el honor de ser invitado a Atlanta para explicar la experiencia española en los 18 años de incorporación a Europa. Naturalmente he aprovechado para hablar de Canarias y explicar el REF, las razones de por qué tenemos una tributación más baja, por qué tenemos medidas para compensar la lejanía e insularidad, nuestra condición de región ultraperiférica. Si en un foro de esas características transmites las ventajas de Canarias, sería pedante pensar que eso vaya a producir directamente ningún tipo de inversión. Pero la economía es cada vez más global y precisamente el objetivo de esos foros internacionales es dar información, por lo que pueden surgir oportunidades de negocios o de interrelación con despachos de otros países.
Los sectores económicos están muy preocupados por el futuro del sector turístico y líderes políticos como Jerónimo Saavedra han dado la voz de alarma. ¿Se pueden sacar ya conclusiones sobre los efectos de la moratoria?
- Siempre pensé que la moratoria llegó tarde, pues se pensó para un momento de gran aceleración económica, de una gran actividad constructora y una excesiva ampliación de la oferta turística en Canarias. Pero cuando llega la moratoria coincide con un bajón y una parada en el mercado turístico. Llega en un momento económicamente inadecuado. Por otra parte, yo soy bastante reacio al intervencionismo público en la esfera privada, me parece que las reglas del mercado son las que marcan más estas cosas. Eso no debe confundirse con que yo sea partidario de que cada uno haga lo que le dé la gana o en cualquier sitio. Los poderes públicos están para controlar, por ejemplo, que no se construya en espacios protegidos, para preservar la altura de las construcciones o la calidad de la oferta turística, pero ir tan al pie de la letra en la intervención sobre la propia actividad económica no produce buenos beneficios. No debemos ser alarmistas, pero debemos estar seriamente preocupados con la situación actual y debemos aprender la lección. Es decir, ni una carrera precipitada a la sobreoferta y a la construcción indiscriminada. Tampoco al sálvese quien pueda y a la insularización excesiva de esa oferta, de manera que unas Islas hagan competencia desleal a las otras al poner un exceso de oferta.
Las personas que, como usted, han estado en primera línea de la política, nunca se acaban de retirar de ella. ¿Que actividad tiene ahora?
- No sé si soy una excepción a esa regla. Creo que en este año que no ocupo cargo político he demostrado que no tengo ningún tipo de nostalgia, no he hecho críticas ni guardo rencor a nadie. Ahora no tengo actividad política alguna.
A usted le atribuyen muy buenas relaciones con Mariano Rajoy, que a partir de octubre ya será el líder claro del PP. ¿Eso puede llevarle a participar de nuevo en la vida interna del PP?
- No, en principio lo descarto. Tengo buena relación con Rajoy, le admiro mucho, sé que es una cabeza privilegiada desde el punto de vista político. Le deseo lo mejor a él y al partido, pero nunca he tratado de que esa relación de amistad pudiera servirme de catapulta para nada. Y menos en las circunstancias actuales, que estoy concentrado en mi profesión.
Por contra, se dice que las relaciones de Rajoy con la cúpula del PP canario no son las mejores y que José Manuel Soria actúa por libre. De hecho, se ha insinuado una futura unión con CC, la denominada ´upenización´.
- Estoy tan desconectado de la actividad política que desconozco el grado actual de esas relaciones. Supongo que serán buenas. El PP es el que es en este momento y yo no tengo nada que decir al respecto. De la ´upenización´ o de formar un gran centro-derecha en Canarias se habló mucho porque había sectores de CC que lo proponían. Sin ninguna connotación política y como comentario de un simple ciudadano, pienso que eso era factible cuando en PP gobernaba, ahora que el PP no gobierna desconozco si un sector de CC está a favor de unirse a algo que no aparece precisamente como ganador ante la sociedad española. No sé lo que va a pasar y tampoco me importa demasiado ese tema.
El delegado del Gobierno, José Segura, afirma que el problema de política canaria es que hay muchos gandules. ¿Comparte esa opinión?
- Primero, no me doy por aludido, porque si tengo alguna virtud es que soy muy trabajador. Hay de todo, como habrá en todas las actividades y profesiones, pero me parece que ese tipo de afirmaciones dichas desde la política no ayudan precisamente a crear un clima receptivo hacia los políticos. Es una concesión un pelín demagógica hacia la opinión generalizada de convertir a los políticos en focos de las iras.
Alguna vez ha dicho que su gran frustración como presidente del Parlamento de Canarias fue no crear una oficina parlamentaria en la isla de Gran Canaria. ¿Es todavía una reivindicación razonable?
- La idea que se plasmó en el Estatuto de Autonomía de compartir las sedes y buscar un equilibrio no está plenamente conseguida. Creo que ha sido un error que el Parlamento se haya concentrado única y exclusivamente en Santa Cruz de Tenerife, sin perjuicio de que sea la sede. Porque al igual que la Delegación del Gobierno tiene la sede en Las Palmas de Gran Canaria, eso no significa que no haya un subdelegado del Gobierno en Santa Cruz. También los vemos en el Gobierno de Canarias, la sede de una consejería podrá estar en un sitio, pero tiene oficinas en las otras islas porque esa es nuestra realidad. Me parece que sigue siendo una asignatura pendiente. Lo que pasa es que se frustró por muchas razones, incluso internas del PP, porque María Eugenia Márquez como presidenta del Cabildo ofreció al Parlamento un edificio gratuito para esa oficina. El PSOE estaba dispuesto, el que no estuvo dispuesto fue el PP, tengo que decirlo. En CC había sectores, pero como el más fuerte es siempre ATI, ese es el que prevaleció. Si el PP hubiera tenido una visión más amplia en ese momento, hoy tendríamos una oficina del Parlamento en Gran Canaria.
Recientemente ofreció usted una conferencia en Estados Unidos sobre la construcción europea y aprovechó la ocasión para explicar las singularidades del sistema económico y fiscal de Canarias. ¿Hay interés allí por invertir en las Islas?
- Tuve el honor de ser invitado a Atlanta para explicar la experiencia española en los 18 años de incorporación a Europa. Naturalmente he aprovechado para hablar de Canarias y explicar el REF, las razones de por qué tenemos una tributación más baja, por qué tenemos medidas para compensar la lejanía e insularidad, nuestra condición de región ultraperiférica. Si en un foro de esas características transmites las ventajas de Canarias, sería pedante pensar que eso vaya a producir directamente ningún tipo de inversión. Pero la economía es cada vez más global y precisamente el objetivo de esos foros internacionales es dar información, por lo que pueden surgir oportunidades de negocios o de interrelación con despachos de otros países.
Los sectores económicos están muy preocupados por el futuro del sector turístico y líderes políticos como Jerónimo Saavedra han dado la voz de alarma. ¿Se pueden sacar ya conclusiones sobre los efectos de la moratoria?
- Siempre pensé que la moratoria llegó tarde, pues se pensó para un momento de gran aceleración económica, de una gran actividad constructora y una excesiva ampliación de la oferta turística en Canarias. Pero cuando llega la moratoria coincide con un bajón y una parada en el mercado turístico. Llega en un momento económicamente inadecuado. Por otra parte, yo soy bastante reacio al intervencionismo público en la esfera privada, me parece que las reglas del mercado son las que marcan más estas cosas. Eso no debe confundirse con que yo sea partidario de que cada uno haga lo que le dé la gana o en cualquier sitio. Los poderes públicos están para controlar, por ejemplo, que no se construya en espacios protegidos, para preservar la altura de las construcciones o la calidad de la oferta turística, pero ir tan al pie de la letra en la intervención sobre la propia actividad económica no produce buenos beneficios. No debemos ser alarmistas, pero debemos estar seriamente preocupados con la situación actual y debemos aprender la lección. Es decir, ni una carrera precipitada a la sobreoferta y a la construcción indiscriminada. Tampoco al sálvese quien pueda y a la insularización excesiva de esa oferta, de manera que unas Islas hagan competencia desleal a las otras al poner un exceso de oferta.
Las personas que, como usted, han estado en primera línea de la política, nunca se acaban de retirar de ella. ¿Que actividad tiene ahora?
- No sé si soy una excepción a esa regla. Creo que en este año que no ocupo cargo político he demostrado que no tengo ningún tipo de nostalgia, no he hecho críticas ni guardo rencor a nadie. Ahora no tengo actividad política alguna.
A usted le atribuyen muy buenas relaciones con Mariano Rajoy, que a partir de octubre ya será el líder claro del PP. ¿Eso puede llevarle a participar de nuevo en la vida interna del PP?
- No, en principio lo descarto. Tengo buena relación con Rajoy, le admiro mucho, sé que es una cabeza privilegiada desde el punto de vista político. Le deseo lo mejor a él y al partido, pero nunca he tratado de que esa relación de amistad pudiera servirme de catapulta para nada. Y menos en las circunstancias actuales, que estoy concentrado en mi profesión.
Por contra, se dice que las relaciones de Rajoy con la cúpula del PP canario no son las mejores y que José Manuel Soria actúa por libre. De hecho, se ha insinuado una futura unión con CC, la denominada ´upenización´.
- Estoy tan desconectado de la actividad política que desconozco el grado actual de esas relaciones. Supongo que serán buenas. El PP es el que es en este momento y yo no tengo nada que decir al respecto. De la ´upenización´ o de formar un gran centro-derecha en Canarias se habló mucho porque había sectores de CC que lo proponían. Sin ninguna connotación política y como comentario de un simple ciudadano, pienso que eso era factible cuando en PP gobernaba, ahora que el PP no gobierna desconozco si un sector de CC está a favor de unirse a algo que no aparece precisamente como ganador ante la sociedad española. No sé lo que va a pasar y tampoco me importa demasiado ese tema.
El delegado del Gobierno, José Segura, afirma que el problema de política canaria es que hay muchos gandules. ¿Comparte esa opinión?
- Primero, no me doy por aludido, porque si tengo alguna virtud es que soy muy trabajador. Hay de todo, como habrá en todas las actividades y profesiones, pero me parece que ese tipo de afirmaciones dichas desde la política no ayudan precisamente a crear un clima receptivo hacia los políticos. Es una concesión un pelín demagógica hacia la opinión generalizada de convertir a los políticos en focos de las iras.
Alguna vez ha dicho que su gran frustración como presidente del Parlamento de Canarias fue no crear una oficina parlamentaria en la isla de Gran Canaria. ¿Es todavía una reivindicación razonable?
- La idea que se plasmó en el Estatuto de Autonomía de compartir las sedes y buscar un equilibrio no está plenamente conseguida. Creo que ha sido un error que el Parlamento se haya concentrado única y exclusivamente en Santa Cruz de Tenerife, sin perjuicio de que sea la sede. Porque al igual que la Delegación del Gobierno tiene la sede en Las Palmas de Gran Canaria, eso no significa que no haya un subdelegado del Gobierno en Santa Cruz. También los vemos en el Gobierno de Canarias, la sede de una consejería podrá estar en un sitio, pero tiene oficinas en las otras islas porque esa es nuestra realidad. Me parece que sigue siendo una asignatura pendiente. Lo que pasa es que se frustró por muchas razones, incluso internas del PP, porque María Eugenia Márquez como presidenta del Cabildo ofreció al Parlamento un edificio gratuito para esa oficina. El PSOE estaba dispuesto, el que no estuvo dispuesto fue el PP, tengo que decirlo. En CC había sectores, pero como el más fuerte es siempre ATI, ese es el que prevaleció. Si el PP hubiera tenido una visión más amplia en ese momento, hoy tendríamos una oficina del Parlamento en Gran Canaria.
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