Los agricultores denuncian que Emalsa les restringe el agua en plena ola de calor
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Canarias volvió a denunciar ayer las restricciones en el suministro de agua depurada por la compañía Emalsa, producidas en los últimos días y coincidiendo con las jornadas en las que ha arreciado la ola de calor que afecta a las Islas, con temperaturas próximas a los 40 grados en zonas de Medianías.
La situación se repite en menos de un mes. La COAG denunció a finales de julio, cuando se produjo la primera ola de calor de este verano, que Emalsa restringía deliberadamente a unos 4.000 agricultores el abasto de aguas depuradas para uso agrícola para "presionar" y hacerse con la gestión completa de ese servicio de la planta de Barranco Seco, sobre la que tiene ahora competencias el Consejo Insular de Aguas.
Entonces el suministro se había rebajado de 20.000 metros cúbicos de la demanda diaria a sólo 8.000, en un momento en que se producía una sobredemanda para hacer frente a la deshidratación de los cultivos. El presidente de la COAG, Rafael Hernández, señaló ayer a este periódico que el suministro se paró la pasada semana, desde el martes al fin de semana, cuando se reanudó aunque con escaso caudal. a compañía servía, hasta ayer, según Hernández, unos 12.000 metros cúbicos, muy por debajo de los 20.000 diarios de demanda que aumentan en condiciones climáticas como las que viven las Islas desde la pasada semana.
Emalsa justifica la reducción en la alta salinidad de las aguas residuales tratadas en la planta, lo que obliga a la restricción en el suministro al considerar que no son aptas para el regadío.
Vertidos
Además, según la COAG, a eso hay que añadir que Emalsa no lleva a cabo un estricto control sobre los vertidos a la red que alteran las condiciones y sistemas de depuración de las aguas. En opinión de Hernández, "los problemas de la desaladora ya no existen. La situación es producto de la incompetencia de Emalsa para controlar de manera eficaz esos vertidos".
La situación se repite en menos de un mes. La COAG denunció a finales de julio, cuando se produjo la primera ola de calor de este verano, que Emalsa restringía deliberadamente a unos 4.000 agricultores el abasto de aguas depuradas para uso agrícola para "presionar" y hacerse con la gestión completa de ese servicio de la planta de Barranco Seco, sobre la que tiene ahora competencias el Consejo Insular de Aguas.
Entonces el suministro se había rebajado de 20.000 metros cúbicos de la demanda diaria a sólo 8.000, en un momento en que se producía una sobredemanda para hacer frente a la deshidratación de los cultivos. El presidente de la COAG, Rafael Hernández, señaló ayer a este periódico que el suministro se paró la pasada semana, desde el martes al fin de semana, cuando se reanudó aunque con escaso caudal. a compañía servía, hasta ayer, según Hernández, unos 12.000 metros cúbicos, muy por debajo de los 20.000 diarios de demanda que aumentan en condiciones climáticas como las que viven las Islas desde la pasada semana.
Emalsa justifica la reducción en la alta salinidad de las aguas residuales tratadas en la planta, lo que obliga a la restricción en el suministro al considerar que no son aptas para el regadío.
Vertidos
Además, según la COAG, a eso hay que añadir que Emalsa no lleva a cabo un estricto control sobre los vertidos a la red que alteran las condiciones y sistemas de depuración de las aguas. En opinión de Hernández, "los problemas de la desaladora ya no existen. La situación es producto de la incompetencia de Emalsa para controlar de manera eficaz esos vertidos".
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