Un año más, la patrona de Canarias, de los tinerfeños
MARÍA DEL PINO VÁZQUEZ BRUNO
Se ha dicho y repetido en todos los tonos, por activa y por pasiva, por voces muy documentadas y por las del pueblo llano, que con tanta fuerza transmite siempre sus legados, que no existe patrona de Canarias. Cada diócesis tiene la suya: la Virgen de Candelaria lo es de la Diócesis Nivariense (Tenerife, La Palma, El Hierro y La Gomera). A su vez, la Virgen del Pino es patrona de la Diócesis de Canarias (Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote). Así que, en todo caso, lo que sí existe son dos patronas de Canarias.
Pero los tinerfeños no pueden permitir ese despojo. ¿Cómo se atreven esos canariores envidiosos a dudar de que la única patrona de Canarias es la que se venera en suelo chicha?, pensarán. Y la justificación es lógica. ¿Donde están el Parlamento, el Gobierno, las sedes, etc.? En una palabra, ¿dónde está todo el poder y la representación de esta tierra? ¿En Tenerife, no? Entonces, ¿dónde tiene que estar la patrona de Canarias por ley natural, y hasta por legado divino? En Tenerife, sólo y obligatoriamente en Tenerife. Y si hace falta por decreto. También por decreto decidieron allí que Cristóbal Colón nunca estuvo en Gran Canaria. Así se deben hacer las cosas: con seriedad, firmeza y autoridad. Dándoles carácter oficial definitivo para la historia.
Y siguiendo en esta línea, de más está decir que son los tinerfeños los que dirigen ordenan y mandan en esta tierra nuestra (ahora sólo de ellos). Con un Gobierno regional instalado -¿o enquistado?- en la perpetuidad de forma mediática.
Naturalmente, no solo tienen acceso directo a todos los medios de comunicación -televisión en especial-, sino poder y capacidad económica para decretar lo que se tiene que decir en ellos. Desde todas las cadenas de televisión se ha venido comentando estos días la celebración de la Virgen de Candelaria como las de la patrona de Canarias. No sólo en la Televisión Canaria -que es directamente de ellos-, sino que sus tentáculos llegan al resto de las cadenas nacionales e incluso privadas.
Así que, amigos grancanarios, por mucho que nos desgañitemos aclarando lo de las dos patronas, con sus datos históricos incluidos, nada sacaremos. La patrona de Canarias es la de los tinerfeños, pues así lo han usurpado ya de modo oficial. Y no es que con la Iglesia hayamos topado. En este caso, con el chicha hemos topado.
No son simples rivalidades pueblerinas, como algunos quieren hacer ver. Se trata de una punta más del iceberg. Por ello, hay que prestar la debida atención a estas actitudes y no pasarlas por alto. Tengamos presente que un fanatismo con poder, hasta puede llegar a convertirse en algo peligroso.
Se ha dicho y repetido en todos los tonos, por activa y por pasiva, por voces muy documentadas y por las del pueblo llano, que con tanta fuerza transmite siempre sus legados, que no existe patrona de Canarias. Cada diócesis tiene la suya: la Virgen de Candelaria lo es de la Diócesis Nivariense (Tenerife, La Palma, El Hierro y La Gomera). A su vez, la Virgen del Pino es patrona de la Diócesis de Canarias (Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote). Así que, en todo caso, lo que sí existe son dos patronas de Canarias.
Pero los tinerfeños no pueden permitir ese despojo. ¿Cómo se atreven esos canariores envidiosos a dudar de que la única patrona de Canarias es la que se venera en suelo chicha?, pensarán. Y la justificación es lógica. ¿Donde están el Parlamento, el Gobierno, las sedes, etc.? En una palabra, ¿dónde está todo el poder y la representación de esta tierra? ¿En Tenerife, no? Entonces, ¿dónde tiene que estar la patrona de Canarias por ley natural, y hasta por legado divino? En Tenerife, sólo y obligatoriamente en Tenerife. Y si hace falta por decreto. También por decreto decidieron allí que Cristóbal Colón nunca estuvo en Gran Canaria. Así se deben hacer las cosas: con seriedad, firmeza y autoridad. Dándoles carácter oficial definitivo para la historia.
Y siguiendo en esta línea, de más está decir que son los tinerfeños los que dirigen ordenan y mandan en esta tierra nuestra (ahora sólo de ellos). Con un Gobierno regional instalado -¿o enquistado?- en la perpetuidad de forma mediática.
Naturalmente, no solo tienen acceso directo a todos los medios de comunicación -televisión en especial-, sino poder y capacidad económica para decretar lo que se tiene que decir en ellos. Desde todas las cadenas de televisión se ha venido comentando estos días la celebración de la Virgen de Candelaria como las de la patrona de Canarias. No sólo en la Televisión Canaria -que es directamente de ellos-, sino que sus tentáculos llegan al resto de las cadenas nacionales e incluso privadas.
Así que, amigos grancanarios, por mucho que nos desgañitemos aclarando lo de las dos patronas, con sus datos históricos incluidos, nada sacaremos. La patrona de Canarias es la de los tinerfeños, pues así lo han usurpado ya de modo oficial. Y no es que con la Iglesia hayamos topado. En este caso, con el chicha hemos topado.
No son simples rivalidades pueblerinas, como algunos quieren hacer ver. Se trata de una punta más del iceberg. Por ello, hay que prestar la debida atención a estas actitudes y no pasarlas por alto. Tengamos presente que un fanatismo con poder, hasta puede llegar a convertirse en algo peligroso.
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