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La Voz de Gran Canaria

Sacar colores a la fachada turística

Sacar colores a la fachada turística

El empresario Francisco Déniz invierte más de 8.000 euros en embellecer los muros públicos junto a su restaurante en San Agustín.

Thaidi Llamas

Los empresarios de la Playa de San Agustín exigen la rehabilitación de la zona turística. Algunos piden al consistorio mayor implicación. Otros, como el propietario del Restaurante El Pescador, actúan de inmediato y buscan soluciones ingeniosas al entorno urbanístico que afecta a la afluencia de turistas en su local. A golpe de pinceladas de color, este restaurador ha coloreado los huecos vacíos del edificio abandonado aledaño a su negocio, "por eso de ofrecer a los clientes un escaparate atractivo a la vista". Déniz invita a que los comerciantes arrimen el hombro en la mejora de la imagen del municipio.

Francisco Déniz lo tiene claro: "No hay que esperar a que el Ayuntamiento mejore la imagen turística del Sur de la Isla, sino que es una labor donde los comerciantes también tienen que arrimar el hombro". Este veterano de la hostelería de San Agustín ha invertido cerca de 8.000 euros en colorear con motivos costumbristas los muros del antiguo restaurante La Rotonda, aledaño a su local y convertido en un vertedero desde hace años "que espanta hasta las moscas".

Un muro cercano a 1.200 metros refleja a brocha fina las escenas costumbristas típicas de la idiosincracia canaria en la playa sureña de San Agustín. Se trata de un colorido escaparate que "maquilla" la imagen de la zona de cara al turista y disimula el estado obsoleto y decadente en el que se encuentra el emblemático restaurante La Rotonda.

El edificio en ruinas, ubicado en la parte trasera de La Terraza El Capitán, de la que es propietario Francisco Déniz, acumula en su interior basura, gatos y escombros desde que sus puertas se cerraron al público hace cerca de una década.

"Al ser propiedad privada, el Ayuntamiento no puede intervenir en la limpieza de este edificio vacío y como ese estado de suciedad me perjudica personalmente a la hora de atraer clientes, decidí arreglarlo con dinero de mi bolsillo", resaltó orgulloso el empresario.

Un desembolso cercano a 8.000 euros es la partida que ha tenido que gastarse Déniz en embellecer las paredes de los alrededores de su local. En concreto, ha contratado a un artesano canario desde hace cinco meses que rejuvenece a base de pinceladas el espacio viejo y sucio que estorba el tránsito diario de clientes.

La entrada al pueblo de Teror, un barrio marinero con pescadores por sus calles, un barco encallado en la playa o paisajes de las medianías del interior de la Isla. Éstas son las imágenes que Déniz ha ordenado plasmar a lo largo del muro, "ya que muchos turistas no visitan otros municipios de la Isla y ésta es la manera de transmitirles nuestra cultura autóctona".

No es la primera vez que Déniz adecenta los accesos a su restaurante, ya que el año pasado empleó a varios operarios para que limpiaran el parking abandonado anexo a su negocio. "Contraté a un tractor para que trasladara las pérgolas de chapa, que habían dejado los propietarios del recinto en su interior y luego desinfecté la zona, ya que una mosca en un plato de comida de mi restaurante puede significar perder a un cliente", aclaró el vecino de San Agustín mientras se paseaba por los accesos a su local.

En esta ocasión, la preocupación por el cuidado del entorno le costó más de 6.000 euros, ya que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Déniz construyó una caseta de ladrillos para la basura con termostato incluido y una fuente en la entrada.

Entre las dos obras, Déniz ha destinado más de 14.000 euros en mejorar los accesos a su restaurante en propiedad privada que no le pertenece; sin embargo él considera que "es una inversión a largo plazo en un momento donde no se pueden perder visitantes". El 80% de los clientes de su local son turistas repetidores "que hay que mimar".

Bajo el concepto Hazlo tú mismo, este emprendedor sureño pretende también incluir a los más pequeños de la casa en el decorado exterior de su local mediante castillos, que simulen la morada de algunos personajes de cuentos infantiles. Todo para dar una mejor carta de presentación.

La Provincia, 24-11-2013

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