La gestión en La Caja ha sido lamentable
Las cuentas de la entidad de ahorros desaparecida y de su Obra Social se "solapan" de tal modo que no se sabe a ciencia cierta qué activos son ahora de Bankia o de la Fundación La Caja de Canarias.
La Fundación La Caja de Canarias, la heredera de la antigua Obra Social de la extinta Caja Insular de Ahorros de Canarias, lleva meses auditándose a sí misma en un largo proceso de constitución que no termina de ver la luz. Este lunes, durante la presentación de sus dos programas sociales, el presidente de la comisión gestora de la Fundación, Blas Trujillo, puso el dedo en el ojo de las finanzas del futuro Patronato, marcado por la herencia recibida.
"Corresponde a quienes dirigieron la entidad valorar su gestión, pero me permito una reflexión como canario: lamentable", aseguró con claridad el presidente de la gestora a la hora de repasar los números de la Fundación, que no se conocen al detalle, ni es probable que se conozcan nunca, porque La Caja y su Obra Social eran lo mismo a la hora de la gestión interna, de tal manera que sus activos son objeto de debate entre Bankia y la Fundación.
"No tengan la menor duda, [que con una adecuada gestión de los anteriores directivos de La Caja] nuestro presupuesto sería ahora mayor", resaltó Blas Trujillo, casi mordiéndose la lengua del desastre financiero interno que se atisbaba de sus gestos, en un momento en el que la Fundación, su gestora, anda en busca de patronos para crecer económicamente. "La Fundación tiene recorrido, porque visto el retroceso de una situación pretérita a la actual, es como si hubiese tocado suelo", dijo Trujillo. En 2008 manejó 12 millones de euros, y ahora se queda en 600.000 euros, la mitad destinados a ayuda social.
Pero por mucho dinero que se tenga, si la gestión no es mínimamente correcta, el fracaso está a la vuelta de la esquina. Esa es la herencia recibida en todo el proceso de desaparición de La Caja en Bankia, hasta el punto de que el solapamiento de las cuentas es tal que por no haber, "no había ni separación física" entre La Caja y la Obra Social. "Sólo nos queda crecer, y vamos a ver si lo logramos a un ritmo más rápido que el de la salida de la crisis", dijo Trujillo, confiado en que entre la Fundación y Bankia debe haber filin.
Pinturas y alquileres
Por ley, el fondo de rescate bancario prohibe a las extintas cajas participar en sus antiguas obras sociales, pero en la Fundación se apuesta por la fórmula de la responsabilidad social corporativa para incorporar ingresos de Bankia a futuros presupuestos más boyantes de la entidad de la Alameda de Colón.
De momento, se conoce que el patrimonio de la Fundación es de 25 millones de euros, en inmuebles fundamentalmente, y en especial su sede del CICCA, la más valiosa pieza, por no decir la única, pero también a través de su colección pictórica. Los 3.000 cuadros del CICCA están valorados en unos tres millones de euros, según las tasaciones oficiales realizadas. A ello, con una auditoría pendiente y con visos de salir negativa por no poder concretar hasta el último de los activos, se unirían unos 10 millones de euros de tesorería.
A la Fundación, sin embargo, le queda por delante pulir esa auditoría con la propia Bankia, con quien debate si esta u otra pintura era de La Caja o de la Obra, o con quien comparte de un modo recíproco inmuebles: oficinas de Bankia, como la de la Alameda de Colón, están en un inmueble propiedad de la Fundación; y el Monte de Piedad de la Obra, con sus cámaras acorazadas, está ubicado en una propiedad que es ahora de Bankia.
"Estamos obligados a llegar a un entendimiento en muchos aspectos", recalcó este lunes el presidente de la gestora. "En algunos, estamos condenados a entendernos", como los casos expuestos, o la sucursal de Teguise, ubicada en propiedad de la Fundación. Trujillo no entró a valorar la política de Bankia de cierre de oficinas (Artenara, Tejeda, en la cumbre de Gran Canaria; La Graciosa, en la octava isla), pero sí aseguró que "sería razonable, por el origen común, que Bankia participara en el futuro Patronato".
Solo así, y con la presencia del capital canario que, de momento, responde con un "la cosa está díficil", el objetivo de la Fundación La Caja de Canarias podrá alcanzarse en próximos ejercicios. "Estamos haciendo un gran esfuerzo, pero hasta que no veamos el cuadro cerrado de tesorería, ya auditada, y con qué patronos contamos, no podremos aventurarnos a dar cifras de próximos presupuestos", dijo Trujillo.
El presidente de la comisión gestora valoró también que los inmuebles, como el CICCA, servirán para aportar algunos ingresos futuros alquilando parte de ellos, o también la colección pictórica a la hora de ser expuesta. Por lo demás, resaltó "el rédito social" que supone albergar en inmuebles de la Fundación inciativas como la Escuela Municipal Infantil de Arrecife o el Club de Ajedrez de la capital conejera, más allá del valor catastral que puedan tener propiedades como la finca de Los Moriscos o el CICCA de Lanzarote.
CanariasAhora.com, 16-9-2013
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