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La Voz de Gran Canaria

El descrédito de la política

El descrédito de la política José A.Alemán

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Y en hablando de y tú más, el cutrerío de Soria. Mintió a la juez con que no intervino en la votación parlamentaria a favor de Anfi del Mar. El video de la votación no deja lugar a dudas. Como mentir parece genético en él, paso del hecho para preguntarme en qué basaba, aparte de en un prepotente sentido de la impunidad, su seguridad de que el caso se archivaría en cuanto él compareciera (encantado) ante la Justicia.

Soria votó a favor y al hacerlo demostró estar al loro del expediente que dijo haber conocido hace apenas tres meses, cuando el malevo Carlos Sosa envió los papeles a la Fiscalía. Viene a decir que votó a ciegas un proyecto que el Cabildo por él presidido declaró de interés general con los votos del PP y envió al Parlamento. Ni siquiera sintió curiosidad por conocerlo al tratarse del amigo que lo llevó en avión privado a orearse. Raro, raro, raro.

Lo que lleva al caso de Tebeto. Porque si Soria es capaz de afirmar su desconocimiento del proyecto de un amigo en la isla que él gobernaba, no va a serlo menos para hacer de Paquita Luengo la única responsable del desaguisado eximiendo a quienes eran entonces sus superiores; entre ellos su hermano Luis. Ni que fuéramos bobos porque. ¿cómo es posible que una secretaria técnica se impusiera a un director general, a un viceconsejero, a un consejero y hasta a un Consejo de Gobierno al que, imagino, correspondería la decisión final? Visto su poderío es inexplicable que no la contratara Anfi.

Soria desacredita la política con la estrecha colaboración de CC. Al rabolleva de feos asuntos que arrastra se añaden mentiras flagrantes (y fragantes, por lo que huelen) con el abierto respaldo de CC que anticipara ya la vergonzosa investigación parlamentaria del caso eólico. Su defensa de Soria implica que los paulineses consideran normal que desconociera el proyecto de Anfi, a pesar de presidir la corporación que lo impulsó y que en lo de Tebeto exima a consejeros del Gobierno para culpar a una subordinada. No creo que la militancia psocialista de Luengo baste para ocultar tamaño disparate ofensivo para el sentido común de quien lo tenga.

Información de: CanariasAhora.com, 5-12-2008

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