La cosecha de vino del Monte corre peligro por las averías en la depuradora
RAUL GIL
La producción de vino de Las Palmas de Gran Canaria, y parte de Santa Brígida, corre serio riesgo de perderse por las continuas averías de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Barranco Seco, según denuncian los viticultores afectados. Estos agricultores aseguran que todos los veranos se quedan sin poder regar sus viñedos porque la depuradora sufre algún fallo, una incidencia que es especialmente delicada por estas fechas, cuando la planta está más expuesta por el alto calor y la falta de humedad en la tierra. Además, señalan los viticultores, la falta de riego afecta especialmente a las plantas más jóvenes, lo que pone en peligro la continuidad de esta actividad.
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Según los datos que maneja el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Gran Canaria, los cortes de agua afectan a cerca de una treintena de productores de las comarcas de Los Hoyos, Marzagán y Bandama, en el término municipal de Las Palmas de Gran Canaria, y del Monte, Cuesta del Reventón y La Atalaya, en Santa Brígida. En definitiva, casi 40 hectáreas de viñedos entre los dos municipios, lo que supone un 14% de la producción total de la Isla (cerca de 40.000 kilos de uva).
Los viticultores acusan al Consejo Insular de Aguas de poco previsor por no poner los medios necesarios para evitar estas incidencias en la EDAR de Barranco Seco. "El Consejo tiene que tener conciencia para desarrollar medidas preventivas a principios de año para que no haya estos problemas en verano, y a dos meses de la vendimia, cuando necesitamos regar los campos al menos dos veces al mes", dice Laureano Roca, presidente del Consejo Regulador.
Desde el Consejo Insular de Aguas, sin embargo se rechazan tales acusaciones ya que, aseguran fuentes de este organismo, la gestión de la EDAR de Barranco Seco está en manos del Ayuntamiento capitalino y de Emalsa. Técnicos del Consejo Insular sí reconocen que la depuradora ha registrado incidencias los dos últimos veranos que han obligado a cortar el agua de riego. Según estos especialistas, el verano pasado, el terciario de Barranco Seco sufrió una rotura en el tratamiento de ultrafiltración, lo que originó varios cortes.
Además, las membranas nuevas para arreglar el terciario no han llegado y sigue funcionando a medio gas. Por si fuera poco, hace una semana se rompió el emisario terrestre de la EDAR y el riego volvió a cortarse uatro días más. A ello hay que sumar la contaminación salina del agua que llega a la depuradora. El último caso se registró hace unas semanas, cuando la obra subterránea de un edificio en la calle Aguadulce (Arenales) produjo una inundación de agua de mar que fue achicada directamente al alcantarillado y de ahí a Barranco Seco. La EDAR tuvo que suspender seis días el suministro porque los índices salinos de la misma eran el doble de lo permitido. Finalmente, el Ayuntamiento, a instancias del Consejo Insular de Aguas, paralizó la obra.
Los viticultores creen que incidencias como éstas podrían evitarse si el Consejo Insular aprovechara los estanques abandonados por la comarca para almacenar allí el agua en previsión de cortes. Desde el organismo insular se advierte a los productores que el almacenamiento de agua en estanques es competencia de las comunidades de regantes.
Información de: La Provincia, 4-8-2006
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