José Manuel Castellano, historiador: ´Estamos en el peor momento de la historia de Canarias en gestión cultural´
TONY MONTESDEOCA
- ¿Cómo se ha concebido El paraíso según Adán?
- El libro básicamente es una recopilación de artículos publicados en diversos medios de comunicación, impresos y digitales. Hay dos coautores, Ramón Pérez Almodóvar, un periodista joven, pero curtido, y yo, que soy historiador. El libro se divide en dos bloques, uno con los artículos de Pérez Almodóvar, donde analiza la situación política, económica y medioambiental de Canarias, aunque particularmente de Tenerife. La segunda parte la abordan diversos aspectos relacionados con el mundo de la cultura de Canarias. Es un libro de opinión, una recopilación de artículos sobre esa temática. El libro se editó a finales de noviembre, prácticamente ya se han agotado las dos primeras ediciones y estamos preparando una tercera.
- ¿Qué analiza la parte cultural del libro?
- Se analizan distintos aspectos de la política cultural, desde la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias, hasta la de los cabildos, también incluye reseñas de alguna exposición. Hay cosas muy diversas, en general no deja de analizar la política cultural de las islas.
- ¿Cómo trata el libro la política cultural que se lleva en Canarias?
- En el libro se aborda en distintos artículos. En general es una visión crítica sobre el panorama político, económico, social y cultural de Canarias y que se sintetiza en el título El paraíso según Adán: 25 años de caciquismo autonómico.
- ¿Cuáles serían los problemas de la cultura en Canarias?
- La verdad es que son bastantes. La política del Gobierno de Canarias está basada en grandes infraestructuras. En Tenerife vemos cómo el dinero se destina a la construcción de un auditorio donde se triplica el presupuesto, de cuatro mil millones de pesetas pasó a quince mil millones de pesetas. En el Instituto Óscar Domínguez, una partida inicial de tres mil millones de pesetas ya ha duplicado su presupuesto, sin haberse inaugurado todavía. La política cultural que hace el Gobierno parece muy vinculada al mundo de la construcción. Es una política distinta, donde no se invierte en la base, sino en grandes eventos. No existe una política cultural homogénea para todo el archipiélago, en realidad es una política a nivel insular y comarcal. No hay una estrategia ni un plan cultural claro y definido.
- ¿Existió alguna vez ese plan cultural?
- Hubo épocas, en los primeros momentos de la democracia, en los que se intentó definir una línea cultural. Pero ahora estamos quizás en el peor momento de la historia de Canarias a nivel de gestión y política cultural por parte de las instituciones, no sólo por parte del Gobierno de Canarias, sino los cabildos y los distintos ayuntamientos. Existe una desconexión entre todas las instituciones y no hay intentos de aunar esfuerzos entre ellas.
- ¿Por dónde pasa la solución?
- Hay muchos que están viviendo del pesebre institucional y no hay una visión crítica. Apenas hay presencia de los intelectuales valorando cuál es la situación. Lo primero que se necesita es sentarse a planificar y hacer una redistribución de los fondos públicos de un modo equilibrado e intentando establecer las conexiones necesarias entre las instituciones. Pero hay que tener claro que una cosa es la cultura y otra cosa es la gestión cultural. Son dos mundos totalmente distintos.
- ¿Hay una brecha entre la creación cultural y la política?
- Siempre la cultura ha estado al margen del poder, aunque en algunas ocasiones el poder la utiliza para fundamentar su ideología. El intelectual es un hombre creador, independiente y libre de ataduras. Pero en Canarias lo que se fomenta es totalmente todo lo contrario. Otra cosa es la gestión política de la cultura, es decir, hacia dónde se dirige el dinero, esto define las acciones culturales.
Recogido de: La Provincia
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