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La Voz de Gran Canaria

¿Desaparecerá la Unión Deportiva?

¿Desaparecerá la Unión Deportiva?

TOMÁS PULIDO CASTRO
Presidente del Comité Local del Centro Canario CCN
Ex-Director General de Industria del Gobierno de Canarias
Ex-Vicepresidente del Partido de Gran Canaria

La difícil situación en la que se encuentra la UD Las Palmas, abocada a su desaparición después de haber sido, durante muchos años, embajadora de Canarias, y muy especialmente de Gran Canaria, en el resto del Estado, nos obliga a un análisis serio y responsable.

Sin animo de crítica creemos que la UD se encuentra en esa situación debido a que se han tratado de resolver sus problemas mediante soluciones económicas y organizativas, olvidando a lo que significa el corazón de ese histórico club: su afición. Cuando el 22 de agosto de 1949, en los salones del antiguo Real Club Náutico, se constituye la Unión Deportiva Las Palmas, lo hace con el respaldo de cinco equipos que estaban tremendamente arraigados en nuestra sociedad isleña de entonces: el Marino CF, el RC Victoria, el Arenas Club, el CD Gran Canaria y el Atlético Club. Aquellas cinco aficiones, que renunciaron a sus colores propios en aras de aquella unidad, se convirtieron en poco tiempo en el más sólido respaldo de aquel proyecto de club único. Hasta qué punto esa afición sentía ya nuestros colores y se sentía unida tras nuestra bandera lo describe magistralmente un artículo, publicado un par de meses después en el periódico Canarias Deportiva, donde podíamos leer: "Hay, pues, mucho de patriótico en esta unión. No en vano son los colores de nuestra bandera los que nos cobijan, colores de Gran Canaria defendidos por la ya por siempre gloriosa Unión Deportiva Las Palmas. Canario, quienquiera que seas y dondequiera que estés, únete a la causa. La Unión Deportiva Las Palmas, con los colores de tu bandera, necesita de ti. No lo olvidemos: en la unión está la fuerza; defendiendo los colores amarillos de nuestro equipo defenderemos a nuestra isla y haremos más grande a Gran Canaria". Y esa afición contó desde sus inicios con un lugar de reunión inigualable: el Estadio Insular. Ese estadio había sido construido por la directiva del Marino CF, bajo la presidencia de D. Eufemiano Fuentes, e inaugurado, con el nombre de Estadio Las Palmas y un aforo de ocho mil espectadores, a finales de 1944. El nacimiento de la UD Las Palmas hace que el Cabildo insular se involucre en el tema y adquiere aquel estadio para que sea patrimonio de toda la isla, realiza obras de ampliación para incrementar sus plazas hasta las 22.000 y procede a su inauguración, con el nuevo nombre de Estadio Insular, en un acto memorable: el partido UD Las Palmas-Real Madrid, inicio de liga de primera división, el 9 de septiembre de 1951.

Recuerdo, siendo un crío, asistir en aquellos años con mi padre a los partidos de la UD Las Palmas en el Estadio Insular. Recuerdo a algunos de los jugadores de entonces: Montes, Peña, Juanono... Recuerdo, años después, en la etapa de Molowny, a aquellos extraordinarios artistas del balón que llevaron a nuestro fútbol a las más altas cotas del deporte nacional (y con él a Gran Canaria y a toda Canarias): Tonono, Germán, Guedes, Paco Castellano... Pero sobre todo recuerdo a la afición. Recuerdo el aire festivo de los enjambres de aficionados que, como una riada humana, se desplazaban caminando desde todos los barrios: La Isleta, Cono Sur, Ciudad Alta... hasta las puertas del Estadio Insular. Recuerdo las guaguas que venían de todos los rincones de la isla. Recuerdo toda la zona de Alcaravaneras y Ciudad Jardín con las aceras invadidas de coches. Y recuerdo las gradas del Estadio, abarrotadas hasta la bandera, con mas de veinte mil personas animando y jaleando a la Unión Deportiva Las Palmas.

¿Dónde está esa afición? ¿Qué hemos hecho con ella? ¿Qué sacamos con conseguir nuevas ayudas económicas empresariales si no tenemos una afición que respalde al equipo? ¿Por qué seguimos hablando de deudas de 21 millones de euros, patrocinios de 30 millones y avales de 24 millones, y no hablamos de los 3.000 aficionados que asisten a los encuentros? ¿Por qué no tomamos medidas para que esos 3.000 se conviertan, ya, en 23.000?

Voy a hacer una propuesta descabellada, lo sé. Discúlpenme, porque no me mueve mas que la tristeza de ver cómo algo que es nuestro, que ha sido sinónimo de grancanariedad, que en los años 60 hizo cambiar la imagen que de Canarias se tenía en el resto de España, se dé hoy por fenecido, se hable de su desaparición con la mayor sangre fría, sin el menor rubor. Mi propuesta es la siguiente: que el Cabildo, de forma inmediata, proceda al reacondicionamiento del Estadio Insular, de su terreno de juego y de sus instalaciones, para que la Unión Deportiva Las Palmas vuelva a jugar sus partidos de liga en ese campo, haciendo un llamamiento a la afición para que vuelva, como antaño, al Estadio Insular a animar a nuestro equipo. ¿Iluso? Quizás. Pero pienso que si la Unión Deportiva Las Palmas vuelve a jugar en el Estadio Insular con una afición como la que tenía en los años 50 y 60, en dos o tres temporadas volvería a estar donde le corresponde, en 1ª División.

Y no se vea en mi propuesta un rechazo al nuevo estadio de 7 Palmas. Hay que aplaudir su construcción y agradecer el esfuerzo de todas aquellas personas que, como Gonzalo Angulo, tanto lucharon porque fuera una realidad. Pero el error, desde mi punto de vista, ha sido el hacer el traslado, del Insular al 7 Palmas, estando el equipo en Segunda B. Ya que tenemos la suerte de que, gracias a Lorenzo Olarte, no ha sido derruido, volvamos al Estadio Insular, volvamos a Primera, y cuando la Unión Deportiva Las Palmas se consolide en esa categoría y tengamos como equipos visitantes aquellos que lo fueron durante tantos años: Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla, Zaragoza, etc. entonces será el momento del traslado, del cierre de nuestro Estadio Insular y de su conversión en parque o zona de ocio y esparcimiento.

1 comentario

Alisios -

¡¡¡ Arriba d\\\'ellos !!!