El circo de los imputados por corrupción en Telde
La mañana del viernes comenzó a animarse con los primeros rayos de sol que dieron calor al ambiente: vecinos, curiosos, simpatizantes y detractores de los detenidos se concentraron frente a los Juzgados y tomaron posiciones para no abandonarlas hasta ya entrada la noche. Comenzaba una larga jornada en el municipio de los faycanes.
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Un "entrenamiento importantísimo" fue la sesión de fotos a todos y cada uno de los detenidos que entraban en coches policiales, que no tenían absolutamente nada que ver, pero, como se respiraba la tensión, "por si acaso".
El retraso de la llegada del primer detenido, el empresario Felipe Ojeda, que se prevía a las 9.00 horas, provocó la confusión entre los medios que hicieron su primer sprint, ya que el coche camuflado de la Polícía no entró por el garaje sino que paró en la puerta principal y bajaron al imputado. Ojeda se vio rodeado de cámaras y dijo: "Joder, esto me pasa por ser el primero".
El ir y venir de espontáneos que intentaban mantener informados (unos mejor que otros) a los periodistas no cesó. "Espero a Toñi para que me vea la cara", decían unos; "no me dejó construir y al otro sí", expresaba indignada una vecina teldense; "ya era hora", fueron los comentarios oidos a lo largo de la jornada.
La llegada del segundo imputado, Antonio Nadal, responsable en Gran Canaria de la empresa Cobra, llegó pasado el mediodía con la cara tapada, sembrando la confusión entre los vecinos que aseguraron que no era él sino el marido de la concejala, Enrique Orts. A las 14.00 horas, la vecindad decidió refugiarse en sus casas para almorzar y la tranquilidad se adueñó de la calle, con la espinita de no haber podido decir "cuatro verdades a los políticos".
Sin embargo, no todo el público asistente a las puertas de los Juzgados del municipio de los faycanes era detractor de la responsable de la Concejalía de Obras Públicas. De hecho, a las 15.00 horas tan sólo quedaban dos "amigas de toda la vida" de la concejala popular que, desde primerísima hora de la mañana, estaban dejando constancia del aprecio que le tienen a María Antonia Torres. "Estamos aquí acompañando a una amiga de toda la vida".
Empujones, insultos y amenazas
Poco después de las 15.30 horas ya se había congregado un pequeño grupo de unas quince personas alrededor de la puerta de entrada de los vehículos a los Juzgados. Sin duda, habían planeado cómo iban a actuar en el momento de la llegada de Toñi Torres. La larga y tensa espera ya había hecho mella en todos los presentes, y a las 16.00 horas, cuando el Citroen Saxo azul que trasladó a la concejala apareció en escena comenzó el jaleo.
En ese instante, los periodistas comprendieron que el grupo de personas que esperaban a Toñi Torres en realidad estaba formado por familiares -entre ellos sus hijos y su ex marido-, amigos y simpatizantes, que se avalanzaron sobre el vehículo a la vez que se despojaban de chaquetas y algunas otras prendas para tapar con ellas los critales del coche con el objetivo de evitar que los reporteros gráficos tomasen imágenes de la concejala.
Empujones que terminaron en alguna que otra caída al suelo, gritos e insultos a los periodistas y a las madres de estos, e incluso alguna que otra amenaza a los fotógrafos y cámaras de televisión. Ése fue el verdadero espectáculo de la jornada.
Una hora más tarde llegaba el interventor municipal, Enrique Orts, el único que fue trasladado a Telde en un vehículo oficial de la Policía Nacional y acompañado por agentes uniformados. "¡Estamos contigo Enri!, ¡Te apoyamos!".
Una larga tarde entre bocadillos y móviles
A las 17.00 horas ya habían entrado todos los que tenían que entrar al Juzgado: El matrimonio detenido, el abogado de estos, el secretario judicial, el fiscal Anticorrupción y el juez. Ahora sólo quedaba esperar. "Este juez tiene fama de ser rápido, a ver si lo demuestra", comentó una periodista.
Las bolsas de supermercado con bocadillos de pata de cerdo y alguno de calamares se entremezclaban con las continúas llamadas de móviles para informar de cómo estaba transcurriendo la movida o para intentar descubrir algún que otro dato de interés sobre el caso.
El frío ya calaba los huesos y hacía su trabajo en algún que otro lumbago cerca de las 20.30 horas, momento en que abandonó las dependencias judiciales el fiscal, Luis del Río. Media hora más tarde se iba también el juez. Ya se sabía que Enrique Orts saldría en libertad bajo fianza y que la concejala sería trasladada hasta Salto del Negro.
Lágrimas finales
Cuatro furgones de la Policía Nacional indicaron que Toñi Torres y su marido estaban a punto de salir. Cerca de 75 personas, la mayoría llamadas por la novelería, se agolpaban alrededor de la misma puerta por la que habían entrado los detenidos. "Agáchate mamá!", gritó la hija de la concejala a través de esta entrada.
La sorpresa la dio Enrique Orts que salió por su propio pie y, encantado, atendió a los medios de comunicación. Una estrategia que, según reconoció, le sirvió para "despistarles" mientras salía el vehículo policial con Toñi Torres en su interior.
Si el espectáculo lo dieron los familiares y amigos de Toñi Torres a la llegada de ésta, el momento más dramático lo protagonizaron los hijos de la concejala cuando se dieron cuenta que el marido de su madre hablaba con los periodistas. Entre lágrimas y gemidos se avalanzaron sobre el interventor, abrazándole con fuerza sin parar de decir su nombre. Aplausos de los testigos de tan emotivo reencuentro.
"Tu madre es inocente, todo lo que tiene es política. Está muy bien, saldrá muy pronto". Habrá que seguir esperando a ver si eso es verdad.
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