"Los padres se equivocan al dar tantas cosas materiales a los hijos"

Entrevista a María Menéndez-Ponte sobre su libro Nunca seré tu héroe, que ha conquistado el mercado literario juvenil con su vigésima cuarta edición. El argumento es el siguiente: Andrés no sólo no es un niño perfecto sino que en plena adolescencia ya se siente la oveja negra de su familia. No acierta a descubrir la fórmula para competir con el brillante expediente académico de sus dos hermanos, no encuentra su lugar en el mundo, otro le ha quitado la novia y, en definitiva, se siente el patito feo. En mitad de tanto caos, Andrés se siente en la obligación de ayudar a una buena amiga que tiene un grave problema. Comienza entonces la metamorfosis de Andrés y el desarrollo de su propio potencial. Descubre que el secreto para la superación está en la confianza en sí mismo.

- ¿Se sienten reflejados los alumnos a los que se dirige en sus charlas en el personaje de Andrés?

- Mucho, porque es un personaje escrito en primera persona, habla como ellos. Además son muchos los padres que lo han leído y que aseguran que es su propio hijo o hija y, en este sentido, ya normalizan la situación que están atravesando sus hijos en plena adolescencia. El libro sirve también de automensaje porque ayuda a muchos chicos a superarse como Andrés, el personaje principal, y a esforzarse por sacar el curso.

- ¿Qué errores están cometiendo los padres de hoy en día para que haya un índice tan elevado de jóvenes desorientados, frustrados, con malos resultados académicos y afectados por problemas tan graves como las drogas?

- Dimitir de padres y no haber puesto ciertos límites desde que los hijos son pequeños, porque cuando el niño llega a la adolescencia ya es difícil corregir ciertos comportamientos. Los padres de hoy han pecado al dar demasiadas cosas materiales a sus hijos. En cambio, existe una gran ausencia en la parte afectiva porque en la actualidad, en casi todas las familias, los dos progenitores trabajan fuera de casa y no tienen un horario que sea compatible con la familia.

Cuando se dan cuenta han perdido al chico o a la chica, que tienden a cerrarse en sí mismos como conchas y tienden a creer más en lo que les dicen los amigos. Otro factor negativo es la televisión, que está ofreciendo unos modelos perjudiciales y falsos.

Se ofertan unos modelos de gente que alcanza la fama gritando y mintiendo, así como el triunfo fácil y sin esfuerzo de aquellos que participan en los reallity show. Luego los anuncios te presentan modelos físicamente perfectos y, por eso, nos encontramos a niñas que con quince años ya quieren aumentarse el pecho.

- ¿Por su experiencia con los jóvenes, a través de las charlas que mantiene en los centros de educación secundaria, es tan alarmante el vacío que sienten los adolescentes actuales como apuntan determinados expertos en pedagogía?

- No se puede ni imaginar. Me da mucha pena lo perdidos que están. Hay, incluso, consumismo en el sexo. El amor como tal ha sido destrozado. En el fondo, a esa edad siguen buscando sexo, pero con amor, y luego se sienten totalmente defraudados. Las chicas han querido equipararse con los chicos y en este afán han copiado lo peor de los hombres. Sueles escuchar que se enrollan con tres y luego te confiesan que no están nada satisfechas. Me escriben niñas con 14 y 15 años por cuyas mentes ya ronda la idea del suicidio por este tipo de desengaños.

- ¿Cuáles son las inquietudes que le transmiten los jóvenes y lo que más les preocupa?

- Creo que están tan pasados de rosca que ya todo les da igual. No tienen ganas de luchar. Lo penoso es que su diversión máxima es salir el fin de semana a ponerse ciegos de alcohol. Van a beber porque no les gusta esta sociedad. Están perdidos y no se ha desarrollado su creatividad para que puedan estudiar música, pintura... No tienen ilusiones. La mayoría de ellos han tenido padres sobreprotectores en aspectos tan nefastos como no asistir a clase.

- ¿Cree que se están adoptando medidas a nivel administrativo para estimular a los jóvenes?

- En absoluto no. Incluso, creo que las campañas que se están llevando a cabo en los centros docentes para combatir el tabaco o los malos tratos no van en buena dirección. Las chicas de hoy tienen anulada su dignidad y son capaces de dejarse hacer de todo con tal de llegar a tener novio.