¿Qué han hecho con nuestra tierra?
MARCIAL FRANCO BUENO
Ni siquiera con la manipulación de la mayoría de los medios de comunicación logran convencer a una ciudadanía que comienza tardíamente a reaccionar con hastío e indignación. Lo evidente no se puede rebatir pero siempre se podrá maquillar con la demagogia a la que estamos acostumbrados. Por tanto, les insto a abandonar la hipotética ciudad de las mil maravillas para aterrizar en la nuestra, la que pisamos los ciudadanos de a pie sin vehículo oficial.
Maestros de la demagogia, agudicen sus sentidos y elocuencia para demostrarnos que no vivimos en una ciudad sucia, descuidada, en la que se descatalogan inmuebles a conveniencia, se realizan proyectos absurdos, se cierran empresas y son sustituidas por comercios chinos instalados ya casi masivamente en todas nuestras calles principales, que se toman decisiones basadas en intereses económicos personales (corrupción encubierta), que estamos indefensos ante los monopolios, que nuestros gastos corrientes crecen más que nuestros ingresos, que patrimonios de personajes públicos crecen desmesuradamente sin que se realicen inspecciones o auditorías.
No crean que realmente espero respuesta a tales afirmaciones, puesto que les conviene seguir haciendo oídos sordos ante las opiniones de nuestra gente publicadas en periódicos como éste o en televisiones independientes de Canarias no supeditados a sus dineros. Sin embargo, lo anecdótico es que ustedes, nuestros desgobernantes sí que ven y leen la opinión popular, pues en definitiva de ello dependen sus poltronas.
En esta coyuntura me pregunto, qué podemos esperar de un Ayuntamiento que basa sus previsiones de ingresos en multas y sanciones a los ciudadanos y que no acierta ni por casualidad con las decisiones que toma, de un Cabildo dictatorial que maneja los dineros públicos como si fueran los suyos propios malgastando nuestros fondos de forma narcisista en publicidad y en edificaciones faraónicas con mármol incluido en su propia sede institucional. Y qué podemos esperar de un Gobierno de Canarias que no se responsabiliza de nada y cuya etapa de Gobierno ha propiciado que naufragaran todos los sectores económicos de la isla y de la Provincia de Las Palmas, deleitándonos con una Televisión Canaria que nos muestra diariamente las excelencias de Tenerife, alimentando así el pleito insular y aderezándolo con decisiones que de forma continua se inclinan a favor de dicha isla.
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