Estadio de Gran Canaria: ¿los colores de un pueblo o el gris de la indefinición?

MIGUEL ANGEL PERERA CURBELO

Si acudimos a la historia de la UD Las Palmas, de don Antonio de Armas de la Nuez, podemos leer lo siguiente: “Uniformidad.- Camisa amarilla lisa, calzón azul fuerte liso y medias azules con borde amarillo”.

El 20 de octubre de 1949 en el periódico Canarias Deportiva se podía leer: “Ahora que el equipo único, la Unión Deportiva Las Palmas, es una realidad, cuando todos los canarios abrimos nuestro corazón a la esperanza y soñamos con ver los colores representativos de Gran Canaria, el oro de nuestras playas y el azul de nuestro mar, es de justicia recordar a sus auténticos creadores. Vis unita est fortior, decían los romanos. En la unión está la fuerza, reza el dicho español. Acabamos de unirnos todos los canarios y es nuestra Unión Deportiva Las Palmas el lazo indisoluble que nos une”.

Leído lo antedicho cabe preguntar a los políticos que rigen una de las instituciones más queridas por los canarios, una de las de más arraigo entre nuestro pueblo, ¿nos avergüenza poner al Estadio de Gran Canaria los colores amarillo y azul, que son los colores representativos de todos los grancanarios?

Creo que en este año histórico, para el histórico y representativo equipo de fútbol de nuestra tierra y dado el apoyo y esfuerzo hecho por los aficionados, y grancanarios en general, para que esta Unión Deportiva no desapareciera, el Estadio de Gran Canaria se merece llevar los colores representativos de nuestra isla y de nuestro equipo señero.

Queridos políticos de nuestro queridísimo Cabildo de Gran Canaria, ¿quieren ustedes moverse entre el color gris de la indefinición o entre el amarillo y azul del pueblo grancanario?
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