Paraíso de abandono
Mientras la alcaldesa de la capital grancanaria anuncia a bombo y platillo su intención de desarrollar cuatro grandes parques entre el Estadio de Gran Canaria y Lomo Los Frailes, los vecinos exigen al Ayuntamiento que antes de "vender grandes proyectos" subsane la imagen de desidia que se aprecia en los numerosos espacios ajardinados de Ciudad Alta.
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Sin ir más lejos, el barrio de Lomo Los Frailes, un punto en plena expansión inmobiliaria, ofrece al visitante como carta de presentación una amplia zona verde, justo en el acceso a la zona antigua, cubierta por un montón de maleza amarillenta, cacas de perros y basura. La misma situación de descuido se observa en los jardines de la calle José y María y en el amplio espacio verde de la calle Escultor José de Armas, en dirección al terrero de lucha. El lugar cuenta con numerosos árboles, algunos de ellos plantados por los propios residentes.
Los momentos de regadío, llevados a cabo por la empresa adjudicataria del servicio de jardines, son tan escasos que muchas de las plantas, entre las que se encuentran dragos y palmeras, sobreviven gracias a las lluvias y a la humedad nocturna. Más impactante resulta la impresión que produce el estado del parque situado en la trasera del colegio Alfredo Kraus, donde las papeleras brillan por su ausencia y las palmeras canarias y otras especies arbóreas plantadas en el lugar hace una década carecen de unos cuidados mínimos. En cualquier rincón de este paraje natural puede localizarse una variada muestra de latas de refrescos, preservativos, papeles, botellas y todo tipo de desperdicios.
La situación no resulta más alentadora en el histórico barrio de Tamaraceite. La hilera de árboles que adornan la vía principal, cultivados hace tres años, coincidiendo con el proyecto de reforma de las aceras, aparecen mortecinos y la mayoría están a expensas de los cuidados de los vecinos. Por su parte, el parque infantil de San Jorge, única zona de recreo de los niños residentes en las casas del patronato Francisco Franco, resulta un lugar poco recomendable para que los más pequeños den rienda suelta a su faceta más lúdica. Las madres se muestran temerosas ante la posibilidad de que vuelvan a repetirse hechos tan preocupantes como que una niña llegue a pincharse con una jeringuilla, tal como ocurrió hace un par de años.
Juan Calderín, presidente de la asociación de vecinos Aytami, confirma el deterioro de las zonas ajardinadas y de los parques infantiles. En este sentido, añade que Ciudad Alta carece de una infraestructura deportiva y de ocio adecuada al incremento demográfico. El barrio de La Galera se encuentra en plena efervescencia residencial.
Sin embargo, el elevado precio de las viviendas en construcción, con un mínimo establecido en torno a los 160.000 euros no se corresponde con el descuidado aspecto del entorno.
Más de medio millar de viviendas están pendientes de entregar antes de final de año en las inmediaciones del instituto de enseñanzas secundarias Tamaraceite. Para el disfrute de los futuros vecinos se ha construido un parque infantil, situado en una pendiente y cuyo pavimento de corcho ya está levantado en su práctica totalidad.
Al lado, se distingue una cancha de baloncesto que antes de ser inaugurada ya presente un apreciable hundimiento en el pavimento de asfalto, supuestamente resultado de una deficiente cimentación. Por si fuera poco, las canastas han sido colocadas a casi cuatro metros de altura. Sin duda, un reto inalcanzable incluso para el internacional Pau Gasol. Los vecinos ya establecidos en La Galera denuncian que en ningún momento han podido hacer uso de las instalaciones deportivas por su deficiente estado.
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Sin ir más lejos, el barrio de Lomo Los Frailes, un punto en plena expansión inmobiliaria, ofrece al visitante como carta de presentación una amplia zona verde, justo en el acceso a la zona antigua, cubierta por un montón de maleza amarillenta, cacas de perros y basura. La misma situación de descuido se observa en los jardines de la calle José y María y en el amplio espacio verde de la calle Escultor José de Armas, en dirección al terrero de lucha. El lugar cuenta con numerosos árboles, algunos de ellos plantados por los propios residentes.
Los momentos de regadío, llevados a cabo por la empresa adjudicataria del servicio de jardines, son tan escasos que muchas de las plantas, entre las que se encuentran dragos y palmeras, sobreviven gracias a las lluvias y a la humedad nocturna. Más impactante resulta la impresión que produce el estado del parque situado en la trasera del colegio Alfredo Kraus, donde las papeleras brillan por su ausencia y las palmeras canarias y otras especies arbóreas plantadas en el lugar hace una década carecen de unos cuidados mínimos. En cualquier rincón de este paraje natural puede localizarse una variada muestra de latas de refrescos, preservativos, papeles, botellas y todo tipo de desperdicios.
La situación no resulta más alentadora en el histórico barrio de Tamaraceite. La hilera de árboles que adornan la vía principal, cultivados hace tres años, coincidiendo con el proyecto de reforma de las aceras, aparecen mortecinos y la mayoría están a expensas de los cuidados de los vecinos. Por su parte, el parque infantil de San Jorge, única zona de recreo de los niños residentes en las casas del patronato Francisco Franco, resulta un lugar poco recomendable para que los más pequeños den rienda suelta a su faceta más lúdica. Las madres se muestran temerosas ante la posibilidad de que vuelvan a repetirse hechos tan preocupantes como que una niña llegue a pincharse con una jeringuilla, tal como ocurrió hace un par de años.
Juan Calderín, presidente de la asociación de vecinos Aytami, confirma el deterioro de las zonas ajardinadas y de los parques infantiles. En este sentido, añade que Ciudad Alta carece de una infraestructura deportiva y de ocio adecuada al incremento demográfico. El barrio de La Galera se encuentra en plena efervescencia residencial.
Sin embargo, el elevado precio de las viviendas en construcción, con un mínimo establecido en torno a los 160.000 euros no se corresponde con el descuidado aspecto del entorno.
Más de medio millar de viviendas están pendientes de entregar antes de final de año en las inmediaciones del instituto de enseñanzas secundarias Tamaraceite. Para el disfrute de los futuros vecinos se ha construido un parque infantil, situado en una pendiente y cuyo pavimento de corcho ya está levantado en su práctica totalidad.
Al lado, se distingue una cancha de baloncesto que antes de ser inaugurada ya presente un apreciable hundimiento en el pavimento de asfalto, supuestamente resultado de una deficiente cimentación. Por si fuera poco, las canastas han sido colocadas a casi cuatro metros de altura. Sin duda, un reto inalcanzable incluso para el internacional Pau Gasol. Los vecinos ya establecidos en La Galera denuncian que en ningún momento han podido hacer uso de las instalaciones deportivas por su deficiente estado.
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