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La Voz de Gran Canaria

Otra vez lo de siempre

Otra vez lo de siempre ÁNGEL TRISTÁN PIMIENTA

Desde que Paco Ucelay decidió que ya estaba bien de mirar el pastel sin poder comerlo y repartirlo, y los poderes económicos de Tenerife pusieron en marcha la moción de censura contra Jerónimo Saavedra, para echar a los socialistas, "esos descamisados", del poder, per saecula saeculorum, el Gobierno de Canarias ha sido una jaula de grillos donde la regla ha sido la crisis y la excepción la gobernabilidad. Como dice la copla "ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio, contigo porque no vivo, y sin ti porque me muero", o así, que uno no es coplero y las letras le bailan en la memoria.

El invento definitivo para consolidar la hegemonía electoral fue Coalición Canaria, una cosa (¿qué otro nombre
se le puede dar?) que en la práctica constituyó una excelente idea de marketing. En realidad sólo se trataba de una envoltura en papel brillante: grandes ideas con gancho, nosotros, lo nuestro, la canariedad, que puso en marcha un victimismo científico que siempre supo quedarse en el término medio para no producir excesivos rechazos. Era un nacionalismo amante del Estado, que se enfurruñó cuando la plena integración de la OTAN puso en duda el mando español sobre el Archipiélago. Como convivía la derecha con el centro y la izquierda, un, dos, tres, adelante atrás, la economía fue como un potaje de berros sin berros. Hay guiños a África, folklore americano, bajo el cual se pone a punto la recaudación de votos, y un convencido pragmatismo europeísta. Por una razón elemental: porque en Bruselas están los cuartos.

Muchas veces las contradicciones internas han puesto a prueba la fortaleza de la operación. Durante una década las crisis se han encadenado, y solo se han consumado en serio con la tocata y fuga de la pata grancanaria liderada por el ex presidente Román Rodríguez, lo que no significa que en el futuro no sea posible un acuerdo. Carlos Garaicoechea rompió el PNV, pero luego su Eusko Alkartasuna posibilitó, de igual a igual, los gobiernos
de Ardanza e Ibarretxe. Todo depende. Una de las claves de la supervivencia de CC es la desmemoria. Dentro y fuera siempre se tiende a olvidar el pasado, los hechos verdaderamente ocurridos, y cada conflicto se plantea como si fuera la primera vez que sucede una cosa igual. Se ponen caras de asombro, se analiza el texto y el pretexto, pero se olvida el contexto.

Una vez más, a perro flaco todo son pulgas y la opinión pública está desconcertada por el nuevo espectáculo:
mientras Nueva Canarias comienza su implantación y los jueces anulan el congreso hecho a imagen y semejanza de ATI y sus aliados, surge la batalla del Istmo. Los socios del ejecutivo, Coalición y el PP, se enfrentan al parecer a sangre y fuego. Los amores entre Mauricio y Soria terminan con amenazas y resentimientos... pero a las amenazas y a los resentimientos los curan los euros y la lujuria de los despachos y los coches oficiales.

¿Cuántasveces, por Dios, hemos presenciado lo mismo?, ¿cuántas veces los populares y los nacionalistas se han tirado los trastos a la cabeza?, ¿cuántas veces se han traicionado sin tapujos, se han zancadilleado y se han alegrado de ver al otro darse de morros contra el suelo? Infinitas ocasiones. ¿O nos olvidamos de que dirigentes de ICAN denunciaron a un consejero del PP al que llevaron al juzgado, y que luego fue absuelto por los tribunales con todos los pronunciamientos a su favor? Aquello no fue óbice ni ápice, como dirían los ripios famosos, para que los líderes siguieran con sus componendas en busca de la gobernanza permanente.

Verdad es que a veces ha parecido imposible que el consorcio siga a flote, que la barca no se estrelle contra los arrecifes, que no se haga realidad aquello de reunión de capitanes barco a pique, o, mejor, junta de boyeros, ganado por el risco. Pero así son las cosas. Dentro del equipo que dirige Adán Martín hay de todo menos unidad de criterios y lealtad como es debido. Repasemos las hemerotecas. Como en el circo, pasen señores y señoras y vean los mayores fenómenos de la historia, los consumados funanbulistas, los domadores de fieras, los terribles leones que pasan por el aro de fuego.... Pasen y vean.

Dicen que otra vez se masca, se toca la ruptura, que Mauricio ha pasado del amor al odio, y que Soria ha lanzado temerariamente demasiados órdagos. Pero eso no es nuevo, ni inédito, ni insólito. "Es más lo que nos une que lo que nos separa", dice un pequeño empresario popular que se deja querer por los otros, aunque los
otros opinen que es un empresario nacionalista que se deja querer por los populares. ¿Llegará la sangre al río? Puede que sí, pero puede que no. El lío de La Gran Marina sucede a otros embrollos que han ido quedando sepultados por sucesivas e interesadas capas de olvido. Lo que parece más probable es que los socialistas
sigan fuera del Gobierno y que si este rifirrafe acaba en divorcio eso no significa que no se permanezca como pareja de hecho. Falta técnicamente mucho para el 2007 y la experiencia enseña que aun es pronto para preparar el atrezzo del montaje electorero. La esencia actual de la política canaria es el caos organizado
en el caldo de cultivo de la falta de vergüenza.
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