ATI-CC se rebela contra la creación de un Arzobispado de Canarias con sede en la capital grancanaria
La previsible puesta en marcha de nuevas regiones eclesiásticas, después que el Vaticano apruebe la reforma de los Estatutos de la Conferencia Episcopal Española, reabre la posibilidad de que Canarias cuente con una sede arzobispal, que integraría la Diócesis de Canarias, con sede en la capital grancanaria, y la de San Cristóbal de La Laguna, agrupando a las Islas de la provincia occidental del Archipiélago. En la actualidad, las diócesis canarias están adscritas a la provincia eclesiástica de Sevilla, regida por el Arzobispo y cardenal, Carlos Amigo.
Sin embargo, el establecimiento de un arzobispado en Canarias suscita, antes de nacer, una controversia política, alentada por el insularismo recalcitrante. Destacados componentes de Coalición Canaria-ATI en Tenerife han hecho llegar a la Iglesia su frontal oposición a que la sede de ese futuro arzobispado se fije en Las Palmas de Gran Canaria, desoyendo los sólidos argumentos que la jerarquía de la institución religiosa maneja para justificar esa posible decisión. El rechazo expresado por dirigentes políticos del insularismo tinerfeño contiene al mismo tiempo su apuesta por el mantenimiento de la situación vigente, que subordina a las diócesis canarias al arzobispado de Sevilla, donde tienen sus sedes los tribunales eclesiásticos que resuelven los casos de demandas de anulación matrimonial, entre otras actividades propias de la sede arzobispal, junto a las representativas de mayor rango protocolario.
RAZONES HISTÓRICAS
Los partidarios de la candidatura arzobispal de Las Palmas de Gran Canaria argumentan los 600 años de vida de la Diócesis de Canarias frente a los 185 de la tinerfeña de San Cristóbal de La Laguna, y que ésta es hija de la otra; los Estatutos de su catedral son copia de los de la Catedral de Canarias (la de Gran Canaria), fundada en 1483. Desde los comienzos ésta fue llamada Catedral de Canarias porque lo era de todas las Islas y la única, siendo también basílica a partir de 1894. El templo catedralicio ha cumplido 500 años de vida, desde el inicio de su construcción en 1504. Los mismos promotores abundan en otros detalles y balances. Recuerdan que la Diócesis de Canarias ha celebrado nueve sínodos, y la tinerfeña sólo uno. Además, cuatro obispos de la diócesis canariense alcanzaron la púrpura del cardenalato: Manrique, Delgado y Venegas, Romo, y Lluch y Garriga.
DATOS
Telde. El primer Obispado de Canarias fue el de Telde. Se remonta a 1351 y concluyó en 1393 con la muerte de los misioneros de Mallorca, arrojados por los aborígenes en la sima de Jinámar, por su presunta implicación en el comercio de esclavos.
Antigüedad. La Diócesis de Canarias tiene 600 años. De 1404 a 1483 tuvo su centro en Rubicón (Lanzarote). A partir de 1483 se fijó en Las Palmas de Gran Canaria, donde ha cumplido 521 años como sede. La Diócesis de San Cristóbal de La Laguna se fundó el 1 de febrero de 1819; ha alcanzado, por tanto,185 años. Fue suspendida el 1 de marzo de 1851 y restablecida en 1877.
Obispos. 67 obispos han gobernado la Diócesis de Canarias; de ellos, cuatro llegaron a cardenales. La de San Cristóbal de La Laguna ha tenido 11 prelados.
SEMINARIOS
Las diferencias entre una y otra diócesis de las Islas se reflejan también de forma abrumadora en cuanto a los seminarios. El Conciliar de Las Palmas de Gran Canaria fue creado en 1777 por el Obispo Cervera para permitir la formación de todos los seminaristas del Archipiélago durante 227 años, convirtiéndose en Universidad Pontificia en 1897. El de La Laguna se fundó en 1832 para cerrarse dos años después y reabrirse en 1877.
PRECEDENTE
Los conflictos entre Gran Canaria y Tenerife por los intentos de intromisión política en los asuntos de la Iglesia también están documentados. El obispo Buenaventura Codina alertaba al Nuncio Brunelli e120 de agosto de 1851 sobre el problema de fondo del Archipiélago, cuando Tenerife pretendía ser única sede del Obispado de Canarias. "Desde mi llegada a este Archipiélago -escribe el prelado- conocí la rivalidad que existía entre Santa Cruz y Canaria (Gran Canaria), y entre la misma Santa Cruz y La Laguna, punto donde ha estado siempre la Catedral de Tenerife, desde su erección. Si se atiende al empeño de no sé qué habitantes de Santa Cruz, la rivalidad va a tomar un incremento cuyos resultados no es fácil calcular: los odios irán en aumento; los lazos del amor patrio que deben tener reunidos en buena armonía las partes que componen el todo de la sociedad civil, se aflojarán; y este Archipiélago, que hasta ahora ha sido un país proverbialmente pacífico, podrá verse devorado por la discordia".
Buenaventura Codina no sólo era contrario a la supresión de obispados en Canarias, sino que propugnaba su aumento. Pero su razonada posición, compartida por otras voces no menos autorizadas de la Iglesia, tropezaron con la aplicación estricta del Concordato, que determinó entonces la unión de la diócesis de Tenerife a la de Canaria (Gran Canaria), aunque admitiendo el establecimiento de obispos auxiliares "en Ceuta y Tenerife".
Hoy, 153 años después de aquel Concordato, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife rivalizan de nuevo por un rango eclesiástico, en este caso una sede arzobispal. Los menos interesados aparentemente en una confrontación son los prelados de ambas diócesis.
Sin embargo, el establecimiento de un arzobispado en Canarias suscita, antes de nacer, una controversia política, alentada por el insularismo recalcitrante. Destacados componentes de Coalición Canaria-ATI en Tenerife han hecho llegar a la Iglesia su frontal oposición a que la sede de ese futuro arzobispado se fije en Las Palmas de Gran Canaria, desoyendo los sólidos argumentos que la jerarquía de la institución religiosa maneja para justificar esa posible decisión. El rechazo expresado por dirigentes políticos del insularismo tinerfeño contiene al mismo tiempo su apuesta por el mantenimiento de la situación vigente, que subordina a las diócesis canarias al arzobispado de Sevilla, donde tienen sus sedes los tribunales eclesiásticos que resuelven los casos de demandas de anulación matrimonial, entre otras actividades propias de la sede arzobispal, junto a las representativas de mayor rango protocolario.
RAZONES HISTÓRICAS
Los partidarios de la candidatura arzobispal de Las Palmas de Gran Canaria argumentan los 600 años de vida de la Diócesis de Canarias frente a los 185 de la tinerfeña de San Cristóbal de La Laguna, y que ésta es hija de la otra; los Estatutos de su catedral son copia de los de la Catedral de Canarias (la de Gran Canaria), fundada en 1483. Desde los comienzos ésta fue llamada Catedral de Canarias porque lo era de todas las Islas y la única, siendo también basílica a partir de 1894. El templo catedralicio ha cumplido 500 años de vida, desde el inicio de su construcción en 1504. Los mismos promotores abundan en otros detalles y balances. Recuerdan que la Diócesis de Canarias ha celebrado nueve sínodos, y la tinerfeña sólo uno. Además, cuatro obispos de la diócesis canariense alcanzaron la púrpura del cardenalato: Manrique, Delgado y Venegas, Romo, y Lluch y Garriga.
DATOS
Telde. El primer Obispado de Canarias fue el de Telde. Se remonta a 1351 y concluyó en 1393 con la muerte de los misioneros de Mallorca, arrojados por los aborígenes en la sima de Jinámar, por su presunta implicación en el comercio de esclavos.
Antigüedad. La Diócesis de Canarias tiene 600 años. De 1404 a 1483 tuvo su centro en Rubicón (Lanzarote). A partir de 1483 se fijó en Las Palmas de Gran Canaria, donde ha cumplido 521 años como sede. La Diócesis de San Cristóbal de La Laguna se fundó el 1 de febrero de 1819; ha alcanzado, por tanto,185 años. Fue suspendida el 1 de marzo de 1851 y restablecida en 1877.
Obispos. 67 obispos han gobernado la Diócesis de Canarias; de ellos, cuatro llegaron a cardenales. La de San Cristóbal de La Laguna ha tenido 11 prelados.
SEMINARIOS
Las diferencias entre una y otra diócesis de las Islas se reflejan también de forma abrumadora en cuanto a los seminarios. El Conciliar de Las Palmas de Gran Canaria fue creado en 1777 por el Obispo Cervera para permitir la formación de todos los seminaristas del Archipiélago durante 227 años, convirtiéndose en Universidad Pontificia en 1897. El de La Laguna se fundó en 1832 para cerrarse dos años después y reabrirse en 1877.
PRECEDENTE
Los conflictos entre Gran Canaria y Tenerife por los intentos de intromisión política en los asuntos de la Iglesia también están documentados. El obispo Buenaventura Codina alertaba al Nuncio Brunelli e120 de agosto de 1851 sobre el problema de fondo del Archipiélago, cuando Tenerife pretendía ser única sede del Obispado de Canarias. "Desde mi llegada a este Archipiélago -escribe el prelado- conocí la rivalidad que existía entre Santa Cruz y Canaria (Gran Canaria), y entre la misma Santa Cruz y La Laguna, punto donde ha estado siempre la Catedral de Tenerife, desde su erección. Si se atiende al empeño de no sé qué habitantes de Santa Cruz, la rivalidad va a tomar un incremento cuyos resultados no es fácil calcular: los odios irán en aumento; los lazos del amor patrio que deben tener reunidos en buena armonía las partes que componen el todo de la sociedad civil, se aflojarán; y este Archipiélago, que hasta ahora ha sido un país proverbialmente pacífico, podrá verse devorado por la discordia".
Buenaventura Codina no sólo era contrario a la supresión de obispados en Canarias, sino que propugnaba su aumento. Pero su razonada posición, compartida por otras voces no menos autorizadas de la Iglesia, tropezaron con la aplicación estricta del Concordato, que determinó entonces la unión de la diócesis de Tenerife a la de Canaria (Gran Canaria), aunque admitiendo el establecimiento de obispos auxiliares "en Ceuta y Tenerife".
Hoy, 153 años después de aquel Concordato, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife rivalizan de nuevo por un rango eclesiástico, en este caso una sede arzobispal. Los menos interesados aparentemente en una confrontación son los prelados de ambas diócesis.
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