La Virgen une a los grancanarios
El camino que las carretas y grupos folclóricos de Gran Canaria y de las otras islas del Archipiélago debían hacer desde el Castañero Gordo hasta la imagen de la Virgen del Pino, a las puertas de la Basílica, se prolongó por primera vez justo el tiempo deseado, entre las cuatro y media y las siete de la tarde. El horario fijado por la televisión para transmitir el acto permitió que la ofrenda se desarrollara con cierta fluidez, pues de lo contrario
se corre el riesgo de que a los últimos en salir no les vean en casa.
El hecho de que ayer fuera día laborable y el pasado año fuera festivo pasó factura. El jefe de la Policía Local de Teror estimó que unas 60.000 personas, 20.000 menos que el año anterior, se congregaron en la villa mariana para participar y ver la ofrenda a la Virgen. Eso sí, a medida que avanzaba la tarde llegan más fieles a Teror. Pero el alcalde de ese municipio, Juan de Dios Ramos, se sentía, pese a esto, muy satisfecho con la participación de los romeros, cada vez mejor ataviados con los trajes regionales, y con la cantidad de productos del campo y elaborados, que habían traído hasta la villa, y que serán distribuidos a los centros benéficos.
Juan de Dios aseguró que por fin se ha conseguido que la romería alcance un grado de calidad y buen gusto. Hasta el tiempo resultó menos caluroso de lo esperado. Desde que la imagen de la Virgen del Pino se colocó en la fachada de la basílica unas nubes dejaron sin fuerza al sol. Y todos lo agradecieron.
La ofrenda la abrió un desfile de caballos y un rebaño de ovejas. La primera carroza fue la de Teror, que destacó por su gran bocata de chorizo. Además, fue una de las pocas que estaba montada sobre una auténtica carreta, pues que cada año son más los municipios que echan mano de una plataforma de madera sobre ruedas de automóviles. Ahora bien, todas iban tiradas por una pareja de bueyes. Entre carroza y carroza los grupos folclóricos de Gran Canaria y del resto de islas del Archipiélago ponían la nota musical a la fiesta. Mientras los romeros descargaban los mejores productos del campo a los pies de la Virgen cortejada por el párroco, Vicente Rivero, y otros sacerdotes, los miembros de los grupos folclóricos bailaban y cantaban seguidillas, folías, isas. Cada uno sabía en qué lado se colocaba, y en lo que se desarrollaba el baile las carrozas, tras dejar sólo parte de su ofrenda, en la que no faltó el chorizo de Teror, el queso de Valsequillo, el bizcocho de Moya, los tomates de Ingenio, el pescado de Agaete, iban camino de la sacristía para culminar la descarga.
Respetando el orden establecido, también hicieron el recorrido desde el Castañero Gordo las carretas del Cabildo de Gran Canaria, San Nicolás de Tolentino, Mogán, Ingenio, Valsequillo, Agaete, Guía, Vega de San Mateo, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Lucía, San Bartolomé de Tirajana, Valleseco, Tejeda, Moya, Agüimes, Telde, Santa Brígida, Gáldar, Firgas, Arucas. Cada una de ellas iba precedida por el alcalde del municipio, así lo hicieron Josefa Luzardo, Francisco Valido, Juan de Dios, Antonio Calcines, Marco Aurelio Pérez, Tomás Pérez, todos ataviados con traje regional, así como el presidente del Cabildo, José Manuel Soria, mientras que el delegado del Gobierno de Canarias, José Segura, se unió a los representantes de San Nicolás de Tolentino para hacer la ofrenda.
Tras la ofrenda, la mayoría se acercaba a saludar al presidente del Cabildo o del Gobierno, así como a los consejeros y demás autoridades que acudieron a la villa mariana. Por supuesto, que todos cumplieron y se pusieron el traje regional, aunque alguien hizo algún apaño y cambió la bota por un elegante zapato de punta fina. La consejera de Empleo, Águeda Montelongo, comentó a un ganadero de Tejeda que era majorera, pero prefirió no probar la leche de cabra recién ordeñada.
Adán Martín llegó con retraso, cerca de las seis de la tarde, y argumentó que hubo Consejo de Gobierno. El presidente canario dijo que pedía a la Virgen del Pino que a los canarios nos vaya bien, sobre todo que mejore la sanidad y se reduzca el desempleo. Preguntado por si le pedía por la "salud" del pacto de Gobierno, respondió que "no hay que meter a la Virgen en esos problemas". Curiosamente el más aclamado de los participantes fue José Vélez, que esta vez iba junto a la comitiva de la carroza de Telde. Pero no era la primera romería del cantante canario, era la primera que iba con la representación del municipio donde nació. Acompañado de su pareja, aceptó dejarle por unos momentos para hacerse más de una foto con sus fans. Por cierto, romeros de todos los barrios de Telde estaban presentes en Teror ayer. Llamó la atención ver la cantidad de mujeres, niños y hombres que seguían a la carroza. Fue la representación mayoritaria de la ofrenda.
Tras el desfile, el párroco Vicente Rivero aprovechó para agradecer la participación a los grancanarios en este encuentro "tan fraterno, en honor de los pobres".
se corre el riesgo de que a los últimos en salir no les vean en casa.
El hecho de que ayer fuera día laborable y el pasado año fuera festivo pasó factura. El jefe de la Policía Local de Teror estimó que unas 60.000 personas, 20.000 menos que el año anterior, se congregaron en la villa mariana para participar y ver la ofrenda a la Virgen. Eso sí, a medida que avanzaba la tarde llegan más fieles a Teror. Pero el alcalde de ese municipio, Juan de Dios Ramos, se sentía, pese a esto, muy satisfecho con la participación de los romeros, cada vez mejor ataviados con los trajes regionales, y con la cantidad de productos del campo y elaborados, que habían traído hasta la villa, y que serán distribuidos a los centros benéficos.
Juan de Dios aseguró que por fin se ha conseguido que la romería alcance un grado de calidad y buen gusto. Hasta el tiempo resultó menos caluroso de lo esperado. Desde que la imagen de la Virgen del Pino se colocó en la fachada de la basílica unas nubes dejaron sin fuerza al sol. Y todos lo agradecieron.
La ofrenda la abrió un desfile de caballos y un rebaño de ovejas. La primera carroza fue la de Teror, que destacó por su gran bocata de chorizo. Además, fue una de las pocas que estaba montada sobre una auténtica carreta, pues que cada año son más los municipios que echan mano de una plataforma de madera sobre ruedas de automóviles. Ahora bien, todas iban tiradas por una pareja de bueyes. Entre carroza y carroza los grupos folclóricos de Gran Canaria y del resto de islas del Archipiélago ponían la nota musical a la fiesta. Mientras los romeros descargaban los mejores productos del campo a los pies de la Virgen cortejada por el párroco, Vicente Rivero, y otros sacerdotes, los miembros de los grupos folclóricos bailaban y cantaban seguidillas, folías, isas. Cada uno sabía en qué lado se colocaba, y en lo que se desarrollaba el baile las carrozas, tras dejar sólo parte de su ofrenda, en la que no faltó el chorizo de Teror, el queso de Valsequillo, el bizcocho de Moya, los tomates de Ingenio, el pescado de Agaete, iban camino de la sacristía para culminar la descarga.
Respetando el orden establecido, también hicieron el recorrido desde el Castañero Gordo las carretas del Cabildo de Gran Canaria, San Nicolás de Tolentino, Mogán, Ingenio, Valsequillo, Agaete, Guía, Vega de San Mateo, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Lucía, San Bartolomé de Tirajana, Valleseco, Tejeda, Moya, Agüimes, Telde, Santa Brígida, Gáldar, Firgas, Arucas. Cada una de ellas iba precedida por el alcalde del municipio, así lo hicieron Josefa Luzardo, Francisco Valido, Juan de Dios, Antonio Calcines, Marco Aurelio Pérez, Tomás Pérez, todos ataviados con traje regional, así como el presidente del Cabildo, José Manuel Soria, mientras que el delegado del Gobierno de Canarias, José Segura, se unió a los representantes de San Nicolás de Tolentino para hacer la ofrenda.
Tras la ofrenda, la mayoría se acercaba a saludar al presidente del Cabildo o del Gobierno, así como a los consejeros y demás autoridades que acudieron a la villa mariana. Por supuesto, que todos cumplieron y se pusieron el traje regional, aunque alguien hizo algún apaño y cambió la bota por un elegante zapato de punta fina. La consejera de Empleo, Águeda Montelongo, comentó a un ganadero de Tejeda que era majorera, pero prefirió no probar la leche de cabra recién ordeñada.
Adán Martín llegó con retraso, cerca de las seis de la tarde, y argumentó que hubo Consejo de Gobierno. El presidente canario dijo que pedía a la Virgen del Pino que a los canarios nos vaya bien, sobre todo que mejore la sanidad y se reduzca el desempleo. Preguntado por si le pedía por la "salud" del pacto de Gobierno, respondió que "no hay que meter a la Virgen en esos problemas". Curiosamente el más aclamado de los participantes fue José Vélez, que esta vez iba junto a la comitiva de la carroza de Telde. Pero no era la primera romería del cantante canario, era la primera que iba con la representación del municipio donde nació. Acompañado de su pareja, aceptó dejarle por unos momentos para hacerse más de una foto con sus fans. Por cierto, romeros de todos los barrios de Telde estaban presentes en Teror ayer. Llamó la atención ver la cantidad de mujeres, niños y hombres que seguían a la carroza. Fue la representación mayoritaria de la ofrenda.
Tras el desfile, el párroco Vicente Rivero aprovechó para agradecer la participación a los grancanarios en este encuentro "tan fraterno, en honor de los pobres".
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