Blogia
La Voz de Gran Canaria

Casa de Colón : fabricar la historia

Casa de Colón : fabricar la historia La Casa de Colón es un icono inconfundible de Las Palmas de Gran Canaria. Cerca de 200.000 turistas la visitan cada año y disfrutan de esta quimera arquitectónica que tuvo su principal valedor en el escritor y melodista Néstor Álamo. El cincuenta aniversario de su fundación, que tuvo lugar el 18 de julio de 1951, es una ocasión ideal para profundizar en las razones de su construcción, en las leyendas que la envuelven y en su aportación a las relaciones entre Canarias y América. El sueño megalómano de Álamo, que reivindicó insistentemente el paso de Colón por la ciudad, se materializó en un estético puzzle que deja boquiabiertos a quienes se asoman a la plaza del Pilar Nuevo.

Cuando el visitante baja la calle Espíritu Santo y atraviesa la plaza del Pilar Nuevo se encuentra de frente con una imagen insólita. La portada verde de la Casa de Colón parece transportarle al momento de mayor esplendor de los viajes por el Atlántico y a las hazañas de los grandes marinos que recalaron en el Real de Las Palmas en los primeros años de la Conquista.

Cuenta el historiador Antonio Bethencourt Massieu que un eminente catedrático de Arte que vino a Las Palmas de Gran Canaria y se topó de repente con esta ensoñación arquitectónica creyó haber descubierto un prodigio. “Al desembocar en el Pilarillo, tiró de la cámara y a una velocidad de película consumió dos rollos de 36 negativos. Al acabar, exclamó gozoso: ‘¡Menuda aportación, la de esta portada! Encierra la clave del tránsito del gótico tardío al Nuevo Mundo’. Me costó Dios y ayuda convencerle de que la hermosa portada verde acababa de ser labrada”, explica Bethencourt.

El historiador Antonio Rumeau de Armas escribía en el prólogo de la obra de Néstor Álamo El Almirante de la mar océana en Gran Canaria, publicada en 1956: “El señor Álamo se ha convertido desde hace años en el pionero de una causa patriótica. Ésta es la exaltación del papel decisivo de Canarias en la obra ingente e impar de España en América”.

La idea de construir la Casa de Colón surgió tras una conversación de Álamo con Matías Vega Guerra, que en 1951 ocupaba la presidencia del Cabildo Insular. “Se trataba de dar un aire nuevo a Vegueta”, explica Álamo en el libro Mis tardes con Néstor Álamo de Luis Armando Doreste.

La función que iba a desempeñar en un principio era la de acoger el Archivo Historico Provincial y, al mismo tiempo, reivindicar el paso de Colón por la ciudad. En el primer Anuario de Estudios Atlánticos del año 1955 se lee: “La iniciativa del Cabildo Insular de Gran Canaria de crear la Casa de Colón ha obedecido a una doble finalidad: primera, la de rememorar en forma vívida y tangible el paso del insigne navegante por nuestras islas, última escala en sus viajes inmortales; segunda, la de instituir en una provincia en que la cultura medieval no tiene apenas representación por la relativa juventud de la civilización del Archipiélago, un núcleo de suficiente entidad histórica, arqueológica y artística que ofrezca para el visitante y para el estudioso un interés permanente de goce y estímulo”.

Las palabras que recoge el Anuario son reveladoras y expresan la vocación de grandeza que impregnó aquellos momentos de fundación. El franquismo reclamaba el pasado glorioso de la España de las Conquistas y el proyecto de Álamo encajaba perfectamente en este contexto.

“Néstor Álamo, Matías Vega y el pintor Santiago Santana, que colaboró en los diseños de la remodelación de la Casa, querían crear un centro de alta cultura. Gran Canaria carecía de Universidad y la Casa de Colón se fue convirtiendo en un referente para el arte, la Historia, etc.”, asegura Elena Acosta, actual directora del Museo. Acosta reconoce la aportación de Néstor Álamo como primer promotor de la obra.

La leyenda

Durante los primeros años se envolvió a la casa de un halo de misterio. Se hablaba de pasadizos subterráneos que comunicaban la cripta con la Catedral o el Obispado. Una máquina de garrote vil quedó instalada en el sótano. Gestas, papagayos, el descanso del almirante, hazañas marítimas. Todo formaba parte de un artificio que pretendía dar solera a la Casa, atraer al visitante y cubrir las expectatativas que se habían creado con la fundación.

Néstor Álamo salió de la Casa de Colón resentido cuando el Cabildo decidió prescindir de él en marzo de 1962 y dar un cambio de rumbo a los objetivos de la institución. “Sobre todo con Alfonso de Armas las cosas empezaron a ponerse en su sitio. La Casa fue el embrión de toda la cultura promovida por el Cabildo Insular en los años sesenta y setenta. Aquí se expuso la primera muestra de Picasso, éste fue refugio de intelectuales y artistas”, afirma Acosta. “La Casa de Colón se ha convertido, además, en un referente fundamental en las relaciones entre Canarias y América. Los coloquios que realizamos cada dos años, las exposiciones o el museo colombino han estrechado los Uno de los argumentos más importantes para justificar la construcción del edificio fue la reivindicación del paso del almirante Cristóbal Colón por Gran Canaria y, más concretamente, por la morada del gobernador, que se situaba en una de las casas que forma parte del complejo del actual Museo.

Pero, ¿pasó Colón por Las Palmas de Gran Canaria en su primer viaje» Según el historiador Antonio Tejera Gaspar hay pruebas claras de la presencia del navegante genovés en la ciudad durante el segundo y el cuarto viajes. Existe una carta manuscrita que el marino dirige a Fray Gaspar Gorricio y que fecha en la Isla.

Colón en Gran Canaria

De su estancia en la Isla durante el primer viaje no queda duda alguna, lo que está en discusión es si sus naves arribaron a Gando, en la costa de Telde o al puerto de Las Isletas en Las Palmas de Gran Canaria. Tejera Gaspar sostiene, con el apoyo de un texto de Fray Bartolomé de las Casas, que las carabelas fondearon en el puerto de Gando, sin embargo, añade en su libro Los cuatro viajes de Colón y las Islas Canarias (1492-1502), editado en 1998: “El silencio de las fuentes no me parece un argumento excluyente y sólido para negar tal posibilidad, pero tampoco para afirmar su presencia en el Real. Se ha propuesto, y a mi juicio con toda razón, que en el supuesto, bien evidente de que Cristóbal Colón estuviera en Gando con sus naves, en tanto se reparaba la Pinta, debió de acercarse a la, por entonces, recién fundada Villa para presentar sus credenciales y manifestar sus respetos al representante real, el gobernador Francisco Maldonado”.

Colón debió orar en Gran Canaria, lo que no sabemos es dónde. Sin embargo, la discusión parece haberse agotado en lo que se refiere a la Casa de Colón. La dirección del Museo lleva años apostando por la rigurosidad histórica y se concentra en ofrecer a los visitantes un retrato fidedigno de los viajes del almirante hacia América. Una vez creados el CIC y el CAAM, el Museo se ha ido especializando en el estudio de la Historia y se muestra muy activo en la organización de exposiciones y muestras de diverso carácter. Además, edita los Anuarios de Estudios Atlánticos, convoca los premios Viera y Clavijo, así como una serie de becas de investigación. El sueño de Álamo ha cristalizado.

El Museo ofrece un recorrido por las relaciones entre Canarias y América

La Casa-Museo Colón alberga muchas referencias a los viajes transatlánticos y a las relaciones entre Canarias y América a lo largo de la Historia. Pero eso no es todo. A través de unos paneles se dan detalles sobre el poblamiento americano, así como de las áreas culturales y los pueblos de la América Precolombina. Esta sección se llama ‘América antes del Descubrimiento’.

El navegante genovés que da nombre a la Casa tiene un apartado denominado ‘Colón y sus viajes’. Otra parte de las instalaciones está dedicada a Canarias como enclave estratégico y base de experimentación del Nuevo Mundo. Aparece, además una Historia y génesis de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

La Casa-Museo cuenta también con un depósito de pinturas de los siglos XVI al XX que incluye un fondo de piezas del Museo del Prado. Las obras son de diferentes latitudes y tienen temáticas que van desde temas mitológicos y sacros, hasta el costumbrismo o el retrato. A esto hay que sumar todo el rico patrimonio histórico que ha acumulado la Casa en sus 50 años de vida.

Datos sobre la Casa de Colón de Gran Canaria

Génesis. La obra se encargó al arquitecto Secundino Zuazo, que presentó un anteproyecto al Cabildo Insular. El edificio iba a albergar el Archivo Histórico Provincial y un museo de Bellas Artes. En esta primera aproximación se respetaba la estructura tipológica del edificio, según un estudio de José Luis Gago. Las obras comenzaron basadas en esta propuesta, sin embargo, más tarde fue desestimada y rechazada la idea del museo de Arte.

Portada verde. En 1957 Néstor Álamo y Santiago Santana se hacen cargo del diseño de muchas de las partes de la Casa. El propio Álamo dibuja la famosa portada verde de la Plaza del Pilar. La piedra se extrae de la finca Tirma. La portada irá instalada sobre la preexistente estructura de hormigón que tenía la casa Rivero.

Trasvases. El primer patio de la Casa está manipulado para acoger los restos del claustro del Convento de Santo Domingo. Los materiales eran desproporcionados para el espacio con que se contaba. Para adaptarlos se colocó una portada a dos alturas y se construyeron nueve escalones secuenciados en tres grupos. En varios lugares del edificio se fuerzan los desniveles o se instalan algunos innecesarios para crear efectos de altura. Varios de los techos de las salas están sacados de iglesias de la zona.

Inauguraciones. La primera inauguración de la Casa de Colón fue el 18 de julio de 1951, pero hubo varias sucesivas porque las obras avanzaban año a año. La segunda tuvo lugar el mismo día del año siguiente.

Visitas. El museo recibe al año unas 200.000 visitas de turistas y curiosos que se acercan a disfrutar del Museo colombino, de la exposición pictórica permanente o del propio edificio, que es una joya por sí mismo.

1 comentario

Enrique -

Muy buenas,

Sobre los pasadizos subterráneos que comunicaban la cripta con la Catedral y demás, no estoy de acuerdo en que fueran únicamente parte de una campaña para envolver de un halo de misterio la recien inaugurada Casa de Colón, es cierto que existieron, y puede que aun queden en pie partes de ellos, en los alrededores de la casa de armas original y que tienen como inicio el emplazamiento (la crujía) del pozo original (no el que está expuesto hoy en día que viene del convento de los agustinos).

Imagino que Doctores Arquitectos amantes de Vegueta como Gago Vaquero serán conocedores de dichos pasajes que ya citó el bueno de Néstor. Una lástima que no se publique o simplemente se investigue sobre el tema.

Saludos cordiales,

Enrique J.