Nuestro Cabildo, un museo provisional para la obra del pintor galdense Antonio Padrón
La obra de Antonio Padrón, desde sus primeros y titubeantes cuadros hasta la pieza que estaba pintando el día que murió, se puede admirar de forma conjunta en la Casa Palacio del Cabildo de Gran Canaria; convertido, a partir de hoy, en un museo provisional para reivindicar su figura.
C.D. Aranda
Los pescadores, los campesinos, las secadoras de jareas, los casteadores de gallos, las queseras, las alfareras y las aguadoras salidos de la mente de Antonio Padrón (Gran Canaria, 1920-1968) se han mudado a la Casa Palacio del Cabildo de Gran Canaria. Desde esta noche y hasta el próximo 17 de enero, la sala de exposiciones de la Corporación insular será el nuevo hábitat de estos personajes surgidos del entorno más arcaico y rural de Gran Canaria y llevados al terreno contemporáneo por el pintor expresionista.
Esta tarde, a las 19.00 horas, se inaugura la muestra, titulada El viaje de Padrón, que reúne 27 piezas del artista galdense que permiten apreciar su evolución, desde las primeras obras que hizo tras acabar sus estudios de Bellas Artes a La Piedad, el cuadro en el que trabajaba cuando murió.
«La obra de Padrón recupera las costumbres y los paisajes», explica César Ubierna, director del museo dedicado al pintor, que estos días está cerrado por remodelación. «Su obra tiene un contenido indigenista y una forma expresionista», abunda el experto en la figura de Padrón.
La exposición reúne una cuarta parte de la obra del pintor, que tampoco fue muy extensa por su repentina muerte. También se exhiben varias esculturas, algunas talladas en madera y otras hechas con la técnica de reducción al negro; cerámica con apariencia de piedra pómez gracias al barro ennegrecido tras cocerse bajo tierra. «En el museo tenemos 120 obras suyas», apunta Ubierna. Otras 40 piezas del artista están catalogadas y en distintas manos.
A pesar de su dedicación a la pintura, el arte no fue su sustento. «Vivía del campo. Eso le dio la independencia creativa que solo es posible cuando hay independencia económica. Si pintaba era por vocación, por una necesidad vital», sostiene Ubierna.
Padrón fue criado por su tía. Cuidar de ella fue el principal impedimento para buscar nuevos horizontes más allá de la Isla. Y, aún hoy, su pintura apenas se conoce más allá de nuestras fronteras. «La deuda de la cultura canaria con Antonio Padrón –asegura Ubierna– es exponer su obra fuera de la Isla».
La Casa Museo de Antonio Padrón volverá a abrir sus puertas a finales del próximo febrero. Tras su ampliación, el atractivo del museo crecerá porque, además de reunir la obra del artista y recrear su taller, el inmueble situado en la calle Drago de Gáldar albergará el Centro de Arte Indigenista, según explicó el director del museo, César Ubierna.
Las piezas del galdense convivirán con 30 obras de indigenistas canarios como Plácido Fleitas, Felo Monzón, Santiago Santana, Jorge Oramas y Jesús Arencibia, entre otros.
«Es uno de los movimientos más interesantes del siglo XX en España», indicó Ubierna, que sostiene que, mientras en América también se cultivó este estilo, en el resto del país no germinó. «Es un movimiento exclusivo de Gran Canaria, que surgió en la Escuela Luján Pérez», abundó.
Canarias7, 21-11-2013
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