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La Voz de Gran Canaria

Gran Canaria autónoma

Gran Canaria autónoma

CARMELO DÁVILA NIETO

En una tertulia efectuada en un canal de televisión local, el miembro de Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria Pedro Quevedo se quejó de que el Gobierno de Canarias esté escorado descaradamente hacia Tenerife, pero añadió que no es "insularista", como si serlo fuera un deshonor, al contrario es una honra amar y defender la isla en la que se nació y se vive, pero sin extremismos como los áticos.

Si reconoce este palmario e indiscutible hecho, ¿por qué su partido no lucha abierta y firmemente en defensa de Gran Canaria? Esta denuncia, como otras similiares, no tiene eficacia alguna porque los áticos se burlan de ellas conociendo nuestra inoperancia. Ya está bien de lamentarse, hay que pasar a la acción. Fui regionalista en una época pasada pero cuando comprobé, al principio de las autonomías, en el alba de la democracia, que ATI pretendía, y lo ha logrado, la hegemonía absoluta de Tenerife, renuncié a mis ideas regionalistas y no dudé en unirme a Carlos Bosch Millares, Servando López Peláez, Arturo Cantero Sarmiento, Armando Vera Trujillo, Manuel Torres, los hermanos Felipe y Javier Baeza Betancor, y tantos otros a los que pido disculpas por no recordarles, para fundar AIGRANC, que tenía como objetivo la defensa de Gran Canaria,y en la que cupieron todas las ideologías, hasta que Jaime Llinares Llabrés propició su desaparición con el consiguiente perjuicio para nuestra isla; y escribimos muchísimos artículos publicados en este periódico denunciando las tropelías que sufría, y sigue sufriendo, Gran Canaria porque presumíamos la que se nos venía encima con la vuelta de facto a la provincia única, como ha sucedido.

Con toda razón el gran poeta y amigo don Saulo Torón me dijo que "sobre Gran Canaria pende una mano negra". Posteriormente surgió el Partido de Gran Canaria, acaudillado por el fallecido urólogo Gregorio Toledo, que frustró posteriormente sus expectativas con un cambio de actitud incomprensible y cuyo secreto se llevó a la tumba. No creo que su sucesor, Onelio Ramos, consiga resultados destacables para Tamarán, no le veo entidad política. Nardi Barrios o Román Rodríguez, no me dirijo a los representantes de los partidos nacionales porque aquí, desgraciadamente, no sucede como en la isla del Teide, donde todos olvidan sus diferencias ideológicas y forman un sólido bloque para lograr para ella beneficios y mejoras porque por encima de todo son tinerfeños (como debe ser); así han conseguido mantener operativo el peligrosísimo aeródromo de Los Rodeos sea el que sea el gobierno de la nación (¡dos aeropuertos en una isla pequeña!, ¡que derroche de dinero público!) y la subvención millonaria para su absurdo tranvía mientras a nuestra ciudad se le reduce la asignación para las guaguas, ¿será porque gobierna el PP? ¿Qué ha hecho el ministro Juan Fernando López Aguilar por su isla? Absolutamente nada. Creo que comete un error al renunciar al Ministerio para optar a una hipotética presidencia autonómica, repito Nardy Barrios y Román Rodríguez deben convencerse de que no es posible pensar en la utopía de la región mientras exista el cáncer de ATI, ahora disfrazado de Coalición Canalla, y que tiene que luchar por la autonomía para Gran Canaria, que es posible pues el número 2 del artículo 142 de la Constitución dice: la iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de los municipios cuya población represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o ISLA (las mayúsculas son mías).

Hay que despertar al anestesiado, dócil, sumiso, entreguista y débil pueblo grancanario -como se logró con la multitudinaria manifestación por la Universidad- y convencerle de que la única solución válida para nuestra supervivencia y progreso es la autonomía. ¿Qué beneficios ha deparado a Gran Canaria su pertenencia a la comunidad autónoma? Ninguno en absoluto, sólo opresión y expolio. El nuevo estatuto no contempla nuestras aspiraciones y mantiene los privilegios de Tenerife. No estamos fatalmente obligados a pertenecer a ella. En los presupuestos para 2007, el Jodierno autónomo, con la connivencia de los traidores consejeros y viceconsejeros grancanarios, asigna dos millones de euros más a la capital tinerfeña que a la nuestra; esto es lo que ha conseguido Josefa Luzardo al pactar con el ático Miguel Zerolo la Ley de capitalidad despreciando la iniciativa de Nardy Barrios. Y a San Bartolomé de Tirajana seiscientos mil euros mientras Arona recibe cuatro millones de euros. Y el ayuntamiento tirajanero ni siquiera protesta. ¡Cómo se burlan de nosotros!.

Una vez lograda la autonomía mantendremos relaciones fraternales con Tenerife, pero en igualdad de condiciones. Y pido la autonomía solamente para Gran Canaria y no para la provincia porque quizá Fuerteventura y Lanzarote no quieran seguirnos y no queremos forzar su voluntad, sobre todo a la segunda, donde he observado que no nos tienen mucho cariño -los lanzaroteños son prochicharreros-, ignoro por qué, ya que siempre la hemos tratado bien y no la hemos explotado ni obstaculizado en su desarrollo como hizo Tenerife cuando la capitalidad única, lo que refiere muy detalladamente el malogrado e inolvidable lanzaroteño Agustín de la Hoz Betancort en su interesante libro Lanzarote, y los lanzaroteños que se han radicado aquí han sido recibidos con los brazos abiertos, como no podía ser de otra manera -no con el desprecio con el que tratan en Tenerife a los de las otras islas, sobre todo a los gomeros, objeto de degradantes chistes- y se han integrado en nuestra sociedad. También en Fuerteventura comienza a notarse cierto resentimiento antigrancanario, antes inexistente, sin que se conozcan los motivos, quizá esté alentado por el aticismo. Si Lanzarote y Fuerteventura quieren unírsenos serán bien recibidos.

Insisto: si se desea que Gran Canaria supere prontamente su decadencia y recobre su pasado esplendor es urgente y necesario que acceda a su autonomía -se deberían publicar las rentas per cápita de las dos islas llamadas capitalinas, y de sus capitales, para salir de dudas y en general conocimiento-. Por ello, y a falta de otros caudillos, emplazo a Nardy Barrios y a Román Rodríguez -sin olvidar que fue coalicionero y que, despechado por no haber sido designado candidato para ser reelegido presidente autonómico, abandonó Coalición, cayó en la cuenta de que Gran Canaria (su isla) está siendo preterida y fundó Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria-.

¿Qué hizo por ella cuando fue presidente? Absolutamente nada, pero bienvenidos sean los arrepentidos, para que sean sus impulsores en la seguridad de que los grancanarios saldrán de su prolongadísimo letargo y los seguirán sin reservas en la empresa.

¡Que resurja Gran Canaria!

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